Por qué por la noche los problemas nos parecen mayores de lo que realmente son
Nuestro cerebro procesa la información de forma distinta dependiendo de la hora del día
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Si alguna vez has sentido que por la noche tus pensamientos son más pesimistas e incluso catastrofistas y a la mañana siguiente ya nada parece tan serio, lo que te pasa no es nada extraño y tiene una explicación lógica. Simplemente, tu cerebro procesa la información de forma distinta dependiendo de la hora del día.
Durante el día el cerebro opera bajo el control de la corteza prefrontal, que es la región encargada de tomar las decisiones difíciles y de regular nuestras emociones. Pero por la noche, especialmente cuando intentamos dormir, el cerebro cambia de ese modo activo a uno más introspectivo. El filtro diurno que nos ayuda a evaluar los problemas con lógica y perspectiva se debilita al caer la noche y tendemos a rumiar los pensamientos, a menudo negativos.
Si la actividad de la corteza prefrontal disminuye por la noche, otras áreas del cerebro ganan protagonismo, como el sistema límbico, donde se encuentra la amígdala, clave en la gestión de nuestras emociones, especialmente las relacionadas con el miedo y la ansiedad.
La psicóloga Lucía Luengas lo explica en un post de su cuenta de Instagram: “No es casualidad que por la noche todo te parezca más grave. Al reducirse la lógica, la amígdala toma el control y los pensamientos se vuelven más catastróficos”.
Diversos estudios como este han documentado que el reloj biológico del cuerpo humano influye siempre en el cerebro, y los niveles de ansiedad más altos suelen darse en las horas de la tarde y noche, incluso si psicológicamente se prefiere ese periodo del día. Por eso durante esas horas las inquietudes se vuelven más intensas, más circulares y menos racionales. Todo se magnifica, desde las preocupaciones económicas hasta las dudas personales.
Cambio hormonal nocturno
Pero además, al acercarse la hora de dormir, aumenta la melatonina, que es la hormona que regula el sueño, y disminuye la serotonina, que tiene que ver con el estado de ánimo y la autorregulación emocional, indica la psicóloga. Este cambio hormonal, unido a la disminución de la actividad lógica del cerebro, nos conduce al fenómeno conocido como ansiedad nocturna, o night time anxiety.
La ansiedad nocturna se refiere a un estado de preocupación y tensión que experimenta una persona durante la noche, dificultando conciliar el sueño o provocando incluso despertares nocturnos. Según la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión (ADAA), más del 50% de los adultos dicen que sus niveles de ansiedad afectan su capacidad de dormir durante la noche.
Cómo lidiar con la ansiedad nocturna
En este sentido, Luengas aporta algunos consejos prácticos para gestionar la ansiedad nocturna:
- Evita tomar decisiones importantes por la noche. Las decisiones que se toman en este estado no suelen ser las más adecuadas.
- Escribe lo que te preocupa en una nota o en un papel y revísalo por la mañana, cuando tu mente ya esté más despejada.
- Mantén rutinas de descanso estables, no intermitentes. Acuéstate y despiértate siempre a la misma hora todos los días para regular los ritmos circadianos.
- Deja de lado las pantallas al menos una hora antes de acostarte. Evita cualquier tipo de interrupción como la televisión o los dispositivos electrónicos que alteran tu estado de relajación, ya que la luz azul interrumpe la producción de la melatonina. Opta mejor por opta por actividades relajantes como la lectura o la meditación.
- Prioriza la exposición a la luz solar durante el día para equilibrar los ritmos circadianos y mejorar los niveles de serotonina.
