La piscina natural de Teruel que es un oasis turquesa y conjuga naturaleza, historia y tranquilidad
Se trata de un enclave reconocido por el Ministerio de Sanidad por su estado de conservación y la calidad de sus aguas
El pueblo de España con más piscinas naturales
Situadas a unos 4 km del núcleo urbano de Aguaviva (Teruel) como parte del valle del río Bergantes, las Pozas de Aguaviva representan una de las zonas de baño más destacadas del interior de España. Se trata de un enclave que está reconocido por el Ministerio de Sanidad por su estado de conservación y la calidad de sus aguas.
El río, de régimen torrencial, ha ido tallando con el paso del tiempo una serie de marmitas y cuevas que conforman las espectacular piscinas naturales de tonalidad turquesa que nos ocupan, y que parecen haber salido de un lienzo natural. Un bello paisaje tallado a lo largo de siglos y siglos con el paso del agua por la roca caliza, generando con ello una serie de playas naturales rodeadas de pinos y fauna autóctona.
El entorno de Aguaviva se integra dentro del Geoparque del Maestrazgo y figura como Lugar de Interés Comunitario, lo que garantiza su protección y preservación paisajística. Los 13 km del cauce del Bergantes en la provincia están protegidos y, junto con la implicación local, permite que las pozas sean las piscinas naturales con las aguas más limpias de Aragón. Senderos como los GR‑8 y PRTE‑129 conectan los núcleos urbanos con zonas de baño como Cananillas y otras pozas como Los Tres Tubos, Las Tres Cabezas y La Badina, ofreciendo una experiencia de turismo activo sin saturación.
Entre patrimonio y el baño libre
Uno de los elementos más distintivos del lugar es el puente renacentista de Cananillas, reconstruido tras la riada del año 2000, que se funda con restos medievales y ofrece una vista privilegiada sobre las pozas. Desde lo alto de este puente se disfruta de unas espectaculares vistas panorámicas sobre las pozas que constituyen una postal natural. Situado en un antiguo Camino Real que conectaba Tortosa, Morella y Castellote, el puente añade una dimensión de patrimonio que refuerza la riqueza paisajística del entorno .
El enclave destaca además no solo por la calidad de sus agua, sino también por su equilibrio entre accesibilidad, autenticidad y baja afluencia. Se trata de un espacio completamente gratuito, apto para la visita de todo tipo de públicos, con accesos de lo más sencillos desde el aparcamiento cercano y zonas de baño tan amplias, como seguras. Un pequeño paraíso desconocido para muchos que es capaz de convertirse en un refugio excepcional frente al calor estival con una propuesta ocio-naturaleza sin multitudes.
Además, Aguaviva ofrece la posibilidad de disfrutar de su gastronomía más auténtica, que incluye migas, embutidos o ternasco, y que sirve para complementar la visita con sabores locales, y experiencias culturales como las fiestas del Santísimo Misterio o arquitectura religiosa del siglo XVII visibles en la plaza porticada y la iglesia barroca.
Cómo llegar y qué tener en cuenta
Llegar a las Pozas de Aguaviva es sencillo y se puede acceder desde Teruel capital, con un trayecto en coche que dura aproximadamente 1 h 36 min por la N‐420, A‑2402 y A‑225, pasando por paisajes rurales de vigencia histórica. Una vez en Aguaviva, tan solo habría que seguir los indicadores hacia el puente de Cananillas para dejar el coche y caminar unos 200 m hasta las pozas; también es disfrutar de este paraje en bicicleta o realizar rutas a pie desde el casco mediante senderos señalizados .
El baño es libre y gratuito durante todo el año, sin requerir reservas ni horarios, aunque con precauciones básicas: calzado adecuado, evitar zonas peligrosas, cuidado del entorno y recogida de residuos, tal como recomienda la normativa de baño en playas continentales de Aragón para preservar estos espacios naturales.
Las Pozas de Aguaviva son un destino idílico y único para el bañista más exigente, al ofrecer agua turquesa, temperaturas templadas, un entorno boscoso y estar coronado por un puente histórico para completar su atractiva propuesta. Protegidas ecológicamente, accesibles sin muchedumbre y enriquecidas culturalmente, encarnan lo mejor del turismo interior. Para quien busca sumergirse en una experiencia limpia, serena y auténtica, esta joya del Bajo Aragón se erige como una de las piscinas naturales más recomendables del país.
