Si te gustaba el parchís, te encantará Catan: guía de iniciación a juegos de mesa modernos que están triunfando

Catan es el punto de encuentro entre la nostalgia del parchís y la estrategia moderna en una combinación de azar, negociación y planificación
Juegos de mesa para compartir con hijos y nietos y que son el arma infalible contra las pantallas
MadridJugar al parchís, a la oca o al dominó son momentos que forman parte de muchos hogares. Grandes tardes compartidas en familia o con amigos. Pero el mundo de los juegos de mesa va mucho más allá. En las últimas décadas ha evolucionado mucho y hoy existe una gran cantidad de juegos que combinan estrategia, negociación, recursos y ambientaciones originales. Entre ellos destaca Catan, considerado para muchos como el puente entre los juegos tradicionales y los modernos gracias a su accesibilidad, su profundidad moderada y su carácter social.
Los datos lo confirman: el mercado de los juegos de mesa ha experimentado un crecimiento notable en Europa y en todo el mundo. De hecho, se prevé que el mercado mundial de juegos de mesa alcance los 34.100 millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual sostenido de casi el 10% al año. Esto quiere decir que muchas personas, no solo niños y adolescentes, quieren disfrutar de estos juegos y alejarse un poco del móvil.
¿Por qué Catan encaja tan bien si se está acostumbrado a los juegos tradicionales?
Al igual que en el parchís, el Catan se juega por turnos, hay dados para obtener resultados y fichas que se colocan y van moviendo. Esto reduce en gran medida la curva de aprendizaje. No es como jugar desde cero, ya que utiliza símbolos conocidos.
En muchos juegos tradicionales la movilidad y el azar dominan el juego. Catan introduce otro componente más: la negociación. Durante el juego, los jugadores pueden intercambiar recursos como madera, ladrillos o lana entre sí para poder avanzar en la partida. Es una dimensión social que hace que el juego sea más interactivo, más humano y más divertido para grupos de amigos o familiares que buscan charlar, reír y divertirse. Esto hace que sea algo más que tirar los dados y avanzar.
Se trata de un juego sencillo de entender, ofrece suficientes decisiones para que no sea un simple juego de azar. La producción de recursos depende del tablero, de la ubicación de los poblados, de la competencia por ciertas posiciones. Además, a diferencia de algunos juegos modernos que pueden durar horas, una partida de Catan dura aproximadamente entre una hora y hora y media. Es ideal para una tarde entre amigos o familia sin que llegue a abarcar la tarde entera. Esta duración moderada hace que sea muy compatible con personas de más de 50 años que quieren disfrutar de ocio inteligente pero sin acabar agotados mentalmente.
Cómo jugar a Catan: reglar básicas para empezar
El éxito de este juego está en su combinación de sencillez con estrategia. No hace falta ser un experto para poder jugar, ya que cada partida plantea nuevos retos y decisiones. Su autor, el alemán Klaus Teuber, diseño este juego en 1995 con la intención de crear una experiencia de exploración y comercio entre amigos. El resultado fue algo revolucionario: un tablero modular, dinámico y en el que los jugadores no eran eliminados.
El juego se desarrolla en una isla ficticia llamada Catán, formada por hexágonos de terreno que representan diferentes recursos naturales: bosques (madera), colinas (ladrillo), pastos (lana), campos (trigo) y montañas (mineral). El objetivo es colonizar la isla construyendo poblados, ciudades y caminos, aprovechando esos recursos y comercializando con los demás jugadores. Cada partida se juega entre 3-4 personas, también existen expansiones para más jugadores.
Preparación del juego
Antes de comenzar, se construye el tablero de forma modular: los hexágonos se van colocando al azar rodeados por un marco de mar. Sobre cada terreno se coloca una ficha numerada del 2 al 12 (excepto en el desierto). Estos números corresponden al resultado de los dos dados: cuando en un turno sale, por ejemplo, un 8, todos los jugadores con un poblado o ciudad junto a un hexágono con el número 8 reciben el recurso que corresponde.
Cada jugador coloca dos poblados y dos caminos en los vértices del tablero. Esta es una decisión crucial para definir los recursos que va a ir obteniendo durante la partida. La clave está en escoger posiciones que permitan variedad y números con alta probabilidad de salir como el 6 o el 8.
Desarrollo del juego
En su turno, cada jugador lanza los dos dados y todos los jugadores reciben los recursos correspondientes a las casillas que tengan con ese número. Después, el jugador activo puede realizar una o varias de las siguientes acciones:
- Comercializar recursos con otros jugadores o el banco.
- Construir caminos, poblados o ciudades utilizando diferentes combinaciones de recursos.
- Comprar cartas de desarrollo las cuales otorgan ventajas o puntos de victoria.
- Mover el ladrón: cuando sale un 7 en los dados, nadie recibe recursos, y el jugador mueve la ficha del ladrón a un hexágono para bloquear su producción y robar una carta de recurso a otro jugador.
Cómo se gana
El objetivo es alcanzar 10 puntos de victoria. Estos puntos se pueden obtener de diferentes maneras: 1 punto por poblado, 2 puntos por ciudad, 2 puntos por tener la ruta comercial más larga (5 caminos consecutivos, 2 puntos por tener el ejército más grande (3 o más caballeros jugados) y puntos ocultos de las cartas de desarrollo. El primer jugador que consigue a esos 10 puntos, gana la partida.
La magia de este juego está en que cada partida es diferente: el tablero de monta de forma aleatoria, las interacciones van cambiando según los jugadores y el comercio genera alianzas momentáneas que se pueden romper en cualquier momento.

