Borja Iribarne, el malagueño que fundó una empresa de CBD para mitigar el dolor a su madre: "Está orgullosa de mí"

ProfesorCBD se ha convertido en pocos años en la empresa de referencia en España para la venta de productos con este compuesto
¿Cómo puede ayudar la marihuana que no coloca a los mayores de 50? "Disminuye dolores, ansiedad y estrés"
El uso de canabidiol (CBD), la 'maría' medicinal que ni coloca ni engancha, está experimentando un crecimiento notable entre las personas mayores de 50 años. Lo que hace apenas una década era un tema tabú o asociado únicamente a un consumo recreativo, hoy se ha convertido en una alternativa cada vez más recurrente para promover el bienestar y complementar tratamientos convencionales contra las dolencias típicas en esta fase de la vida, como el insomnio, la ansiedad leve o los dolores articulares.
Que la generación sénior está perdiendo el miedo histórico asociado al cannabis es algo que sabe de primera mano Borja Iribarne, CEO y fundador de ProfesorCBD, empresa de referencia en España para la venta de productos con este compuesto. "Cuando empezamos, la mayoría de nuestros clientes tenían entre 25 y 40 años. Hoy, un porcentaje creciente supera los 55", nos cuenta. Las cifras le dan la razón. Facturan 1,2 millones y acumula más de 100.000 clientes.
Lo curioso es que el proyecto de este malagueño tiene un origen muy personal: la compañía nació en 2018 para ayudar a su madre, que entonces tenía 61 años. Buscando remedios naturales para ella descubrió lo que era el CBD y se lanzó a la aventura.

Cuéntanos la historia: ¿cómo descubriste el CBD y en qué situación estaba tu madre cuando decidiste probarlo?
Lo descubrí en 2018 porque mi madre, tras superar un cáncer, me pidió ayuda con la búsqueda de antiinflamatorios naturales (tenía la tensión alta y no podía tomar los antiinflamatorios farmacéuticos). Yo venía de trabajar en empresas canadienses, había estado viviendo en Australia... por lo que había seguido muy de cerca el mercado anglosajón. Así que me puse a investigar y me topé con la reforma de Justin Trudeau sobre el cannabis en Canadá; y a partir de ahí me lancé a comprar CBD (uno externo, nada de nuestra marca). Se lo di a mi madre y le fue muy bien.
¿Recuerdas la primera vez que viste un efecto notable?
Sí, perfectamente. No fue algo milagroso ni inmediato, pero a los 3 o 4 días mi madre me dijo que se sentía mejor. Fue entonces cuando empecé a pensar si podía extrapolarlo al mercado español.
¿Cuál es su situación ahora?
Su situación es fantástica. Mi madre vive en Málaga con una rutina muy saludable y social. Usa a diario nuestro aceite de CBD hakunaOil Buenas NocheZzz 5% CBD, razón por la cual lo hemos bautizado como el aceite de las madres. En ocasiones, también usa nuestros geles de masaje hakuLab con CBD, pensados para quienes buscan una acción más localizada. Además, está muy orgullosa de mí :).
¿En qué momento decidiste convertir una solución doméstica en un proyecto de negocio?
Cuando empecé a compartir la experiencia con amigos y familiares, me di cuenta de que mucha gente estaba en la búsqueda de remedios naturales para pequeñas molestias o desequilibrios cotidianos, pero no tenían información fiable ni productos seguros. Ahí pensé: “Si yo he tenido que recorrerme medio internet para entender esto, ¿cuánta gente más se ha rendido por el camino?”. Hice un pequeño estudio de mercado y, con apenas 450 euros, creé el e-commerce ProfesorCBD. Hoy facturamos 1,2 millones y tenemos más de 100.000 clientes. Nuestra compañía nació para resolver dos problemas: acceso a productos de CBD legales, seguros y testeados, y acceso a información clara en un sector donde había demasiada confusión. Y creo que lo hemos conseguido.

¿Hubo resistencia familiar o social al principio por asociar el proyecto al cannabis?
Claro. En 2018-2019 hablar de cannabis en España seguía generando miradas de sospecha. La palabra “cannabis” era automáticamente asociada a “droga”, aunque estuviéramos hablando de CBD, que es una molécula no adictiva ni psicotrópica. Mi madre me apoyó desde el principio, pero sí hubo personas cercanas con dudas, que se disiparon cuando vieron que el proyecto era serio, regulado y con un impacto positivo real en las personas. A nivel social, la resistencia también se ha ido disipando, a medida que crecía la educación de la sociedad, obteníamos premios científicos, lanzábamos productos en farmacia o nacía nuestra división biotecnológica, Bioteacher. Nos hemos convertido en un player serio, creíble y confiable, después de mucho trabajo.
¿Cuáles han sido los mayores obstáculos administrativos y financieros que te ha encontrado?
El principal desafío ha sido emprender en un sector que, durante años, ha funcionado sin una regulación clara en España. A pesar de ser un producto legal, siempre ha estado rodeado de cierta indefinición: desde cómo producir o importar, hasta cómo financiarse o comunicar. Paradójicamente, esto nos ha obligado a hacerlo todo con un nivel de rigor, transparencia y trazabilidad muy por encima de la media, lo que con el tiempo ha acabado siendo una ventaja competitiva. Ahora, con la reciente Ley del Cannabis Medicinal en España, por fin vemos un marco que empieza a reconocer y ordenar un sector que llevaba demasiado tiempo en tierra de nadie.
En nuestro camino, los retos más importantes han sido:
- Un marco normativo difuso. La falta de pautas claras nos ha obligado a operar con criterios europeos y a buscar parte de nuestro suministro fuera de España, porque incluso los propios cultivadores nacionales trabajan aún en una incertidumbre constante. La nueva regulación debería corregir esta inseguridad y permitir que la industria española florezca en igualdad de condiciones.
- Financiación casi imposible al principio. Abrir una simple pasarela de pago fue una odisea. Tuvimos que pasar por más de una docena de bancos hasta encontrar uno que entendiera el proyecto y no lo asociara a una crisis reputacional. Con el tiempo —y más de un millón de euros de facturación anual— la situación se ha invertido: los mismos actores financieros que antes dudaban ahora buscan colaborar.
- Limitaciones en publicidad y comunicación. Las principales plataformas digitales (Google, Meta, etc.) siguen bloqueando campañas relacionadas con CBD, aunque sea legal y no psicotrópico. Esto nos ha obligado a construir la marca desde el contenido educativo, la fidelización y la reputación. Ha sido más lento, pero mucho más sólido.
- Necesidad de educar al consumidor. Ante tanta desinformación y mensajes contradictorios, hemos invertido mucho esfuerzo en explicar qué es el CBD, cómo se usa y qué se puede esperar de él. Ese trabajo pedagógico, aunque exigente, nos ha convertido en una referencia en información veraz y responsable.
¿Por qué es legal si la marihuana no lo es?
Porque no es lo mismo. La marihuana es una variedad de cannabis con niveles elevados de THC, que es el componente psicotrópico de la planta. El CBD, en cambio, procede del cáñamo industrial, otra variedad de cannabis que apenas contiene THC: no es psicotrópico, no altera la percepción ni genera dependencia. En España y gran parte de los países europeos el CBD es legal siempre que provenga de cáñamo industrial autorizado y que el producto final cumpla con los límites de THC establecidos por la normativa (generalmente <0,3%). Es como comparar un perro de presa con un perro de caza, ambos son perros, pero tienen distintas potencialidades y aptitudes.
¿Bajo qué condiciones se puede consumir?
En España, el CBD se comercializa principalmente para uso tópico o aromático, según el tipo de producto. En países como Alemania, Suiza o EE. UU., su uso es más amplio y está más normalizado como complemento de bienestar. Lo esencial es adquirir productos analizados, certificados y con trazabilidad, porque la calidad marca la diferencia.
¿Qué tipo de dolencias muestran mayor mejora con el CBD en adultos mayores de 50 años?
En España ya existen medicamentos autorizados que contienen cannabinoides como el CBD. Sativex, por ejemplo, se utiliza para la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple, una condición que afecta a muchos pacientes a partir de los 50 y para la que a veces los tratamientos convencionales no son suficientes. Epidyolex, por su parte, está aprobado para epilepsias graves y refractarias, incluidas aquellas que acompañan al paciente en la edad adulta.
Además, la nueva regulación del cannabis medicinal va a permitir que los hospitales elaboren fórmulas magistrales para situaciones muy concretas, como dolor crónico refractario, dolor neuropático, efectos secundarios de quimioterapia o espasticidad. Son escenarios clínicos que, lamentablemente, aumentan con la edad.
En ProfesorCBD no ofrecemos medicamentos ni hacemos alegaciones terapéuticas, pero sí observamos que muchos mayores de 50 se interesan por el CBD a raíz de estos avances clínicos, pero lo hacen desde una perspectiva de bienestar y equilibrio que repercute positivamente en su calidad de vida.
¿Puede un producto con CBD “colocar”?
No, un producto con CBD no puede “colocar”. El motivo es simple: el CBD no es psicotrópico, es decir, no activa los receptores cerebrales responsables de los efectos euforizantes o alteradores de la percepción. El THC, en cambio, sí es psicotrópico. Es la molécula del cannabis que produce el “colocón” porque interactúa directamente con los receptores CB1 del sistema endocannabinoide, que están presentes en el cerebro.
¿Existe riesgo de dependencia física o psicológica al usar CBD a largo plazo?
No hay evidencia científica de que el CBD genere dependencia física o psicológica. La OMS ya concluyó que no tiene potencial de abuso y que es un producto seguro incluso en uso prolongado.
¿Qué posibles riesgos para la salud deben conocer las personas mayores antes de probar CBD?
Los principales puntos a tener en cuenta son:
- Interacción con medicación, especialmente anticoagulantes: conviene consultar con el médico.
- Calidad del producto: si no tiene análisis de laboratorio, puede contener más THC del permitido o contaminantes.
- Los únicos efectos secundarios adversos descritos tras el uso de CBD tienen que ver con el aumento de transaminasas en el hígado, aunque solo con dosis gigantescas y muy superiores a las recomendadas. Sin embargo, por el principio de precaución, se recomienda a las personas con hígado graso que no usen CBD o lo consulten antes con su médico.
Con productos certificados, el perfil de seguridad es muy alto.
¿Qué formatos de vuestra gama de productos prefieren los sénior y por qué?
Nuestros clientes sénior se inclinan sobre todo por los aceites de CBD hakunaOil, que ofrecemos en varias concentraciones (10%, 15% y 30%), dos de ellos con GABA (nuestra linea Buenas NocheZzz, pensada para el uso nocturno) y una variedad 0% THC con aroma a menta (el resto tienen menos del 0,3% de THC, pero hay personas que, por un extra de tranquilidad, prefieren un 0%). Tienen una alta tasa de recurrencia y lo usan diariamente en sus rutinas de bienestar.
¿Has percibido un aumento del consumo del cliente sénior durante el tiempo que lleva en vigor el proyecto?
Sin duda. Cuando empezamos, la mayoría de nuestros clientes tenían entre 25 y 40 años. Hoy, un porcentaje creciente supera los 55.
Lo achacamos a tres factores:
- Mayor normalización del cannabis legal.
- Más información fiable en medios y profesionales sanitarios.
- Una generación que empieza a priorizar bienestar y busca soluciones naturales.
El cliente sénior ya no ve el CBD como algo “alternativo”, sino que lo pone al mismo nivel que otras rutinas de bienestar consolidadas, como pueden ser los suplementos alimenticios tradicionales, la melatonina para el descanso, las infusiones relajantes o incluso prácticas como el yoga y la meditación. No lo entienden como una moda, sino como una herramienta más dentro de un estilo de vida que busca sentirse mejor en el día a día.
