Matrimonio renovable: la unión legal que dura entre 2 y 5 años para los que se replantean el 'hasta que la muerte nos separe'
Aunque se ha propuesto en Méjico, es una idea nacida en España en el año 1998
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Hoy en día el matrimonio es una unión ‘hasta que la muerte nos separe’, aunque datos como los de 2024, que nos chivan que en España hubo nada menos que 86.595 divorcios y separaciones, con un repunte del 8,2% respecto al año anterior, nos hacen replantearnos esta cuestión.
¿Y si el matrimonio tuviera fecha de caducidad? No por falta de amor, sino como una herramienta legal para adaptarse a los cambios de la vida. Esa es la lógica del “matrimonio renovable”, una figura civil que se plantea como opción jurídica en Jalisco (México) y que empieza a debatirse en foros jurídicos y sociales de otros países. La idea que propone es sencilla y, a la vez, radical: permitir un contrato matrimonial de duración limitada establecida entre dos a cinco años, que puede renovarse o disolverse automáticamente sin necesidad de formalizar un divorcio.
Se trata de una alternativa que cobra especial relevancia entre personas que ya han pasado por una ruptura o divorcio, y que, a partir de la mediana edad, se plantean nuevas formas de convivencia sin repetir estructuras rígidas o situaciones de su pasado. En una época de vínculos líquidos y compromisos conscientes, la propuesta está generando debate, resistencias y simpatías a partes iguales.
Una propuesta que hoy se hace en Méjico
El impulsor de esta figura legal es Enrique Velázquez González, diputado local del partido Hagamos, quien propone incluir el matrimonio temporal como opción en el Código Civil de Jalisco (aunque se trata de una figura que lleva dando vueltas por el imaginario mejicano desde hace más de una década). Esta figura permitiría contratos de matrimonio con una duración de entre dos y cinco años, con la posibilidad de renovarse o extinguirse al finalizar el plazo sin necesidad de divorcio.
El objetivo, explica Velázquez, es reducir el número de divorcios conflictivos y agilizar los trámites judiciales ante las separaciones. Los contrayentes podrían pactar desde el inicio cuestiones como custodia, bienes, vivienda o pensión alimenticia. La unión se extinguiría automáticamente si no se firma una renovación llegado el momento, lo que permitiría evitar juicios y simplificar las separaciones.
Esta medida es más entendible si miramos a las estadísticas, que constatan que en México más del 20% de los matrimonios se disuelven antes de cumplir cinco años, según cifras del INEGI.
Una idea nacida en España el siglo pasado
Aunque la iniciativa de la que hoy nos hacemos eco viene de México, en España se propuso una figura parecida en los años 90. La abogada Mercedes de la Puente Formoso y el psicólogo Jesús María Reiriz diseñaron en 1998 un modelo de “contrato matrimonial renovable”, que permitía reevaluar cada pocos años el vínculo, sin necesidad de ruptura expresa del vínculo.
“No se trataba de romper a los dos años, sino de aprovechar la revisión periódica para detectar tensiones y buscar soluciones”, declaró De la Puente. A diferencia del modelo que hoy se propone en Jalisco, esta propuesta tenía una orientación más terapéutica y se enmarcaba dentro del debate sobre mediación y contratos civiles adaptables. “La idea de este contrato”, explicaba Reiriz, “viene de lo que en psicología clínica y en la terapia marital se llaman ‘contratos conductuales’ o ‘de contingencia’”.
Sin embargo, “se presentó en un momento en el que la sociedad española aún no estaba preparada para algo así y se encontró con la oposición frontal de algunos estamentos, como la iglesia católica” afirmó Reiniz en su momento. Además, habría necesitado una reforma del código civil, y eso era algo que no iba a producirse, por mucho que los ideólogos de la propuesta fueran optimistas al respecto.
¿Contrato o compromiso?
La polémica y el debate están servidos. Colectivos conservadores, como la asociación Actívate México, han lanzado campañas contra esta propuesta con proclamas como “No permitamos esta locura en Jalisco. El matrimonio con fecha de caducidad degrada el compromiso y ataca a la familia”, denuncian.
Sin embargo, para otros sectores, el modelo responde a una realidad cambiante. Se trata de una figura adaptada a los nuevos modelos de familia, que prioriza el consenso, la autonomía de las partes y la eficiencia judicial. En la misma línea, existen comentarios a favor que afirman que “El matrimonio renovable sería una manera de probar sin hipotecarte emocional ni económicamente”.
Sin embargo, y por ahora, la propuesta no ha sido aprobada, pero se discute en la comisión de justicia del Congreso de Jalisco. Si se aprobara, sería la primera vez que un Estado legisla un matrimonio con duración determinada. Una figura que, según sus impulsores, no sustituiría al matrimonio tradicional, sino que amplía las opciones jurídicas disponibles.
Como concluía en su momento el psicólogo Jesús María Reiriz, verdadero artífice de este tipo de contrato: “Lo importante no es la duración del compromiso, sino la calidad del vínculo y la libertad de sus protagonistas para definirlo”
