Psicología

Thomas Erikson, experto en lenguaje corporal, sobre cómo desenmascarar a un mentiroso: “Los gestos pueden no revelar nada”

Thomas Erikson
Thomas Erikson, experto en detectar mentirosos. Planeta
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Mentir es un acto tan antiguo como el propio lenguaje. Desde pequeñas mentiras 'piadosas' hasta engaños muy elaborados, lo cierto es que todos hemos estado en algún momento en ambos lados: diciéndolas y escuchándolas. De hecho, las mentiras son mucho más frecuentes y normales de lo que solemos admitir. Algunos estudios sugieren que dos personas que se conocen por primera vez se dicen hasta tres mentiras durante los primeros cinco minutos de la conversación. Por supuesto, no todas son maliciosas; algunas sirven para evitar dolor, proteger la autoestima o conservar una relación, pero cuando se convierte en un patrón de manipulación sus consecuencias pueden ser más graves.

Thomas Erikson, experto y coach en lenguaje corporal, profundiza en 'Rodeados de mentirosos' (Planeta) sobre qué son las mentiras, por qué las decimos y cuáles son las pistas más comunes que delatan a quien intenta ocultar la verdad. Aprender a detectar las señales del engaño resulta esencial. Más allá de los clichés, como pensar que quien miente siempre evita la mirada, existen indicios verbales, emocionales y conductuales que, nos permiten identificar cuándo alguien no está siendo completamente honesto.

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¿Qué estrategias usan los mentirosos?

Erikson proporciona algunas pistas sobre los mecanismos que suelen emplear los mentirosos con los que convivimos:

  1. Adaptan la mentira al interlocutor: algunas están hechas para “quedar bien” según el tipo de persona que escucha, sus expectativas, su estilo de comunicación.
  2. Recurren a omisiones más que a mentiras evidentes: muchas veces no se inventa una historia nueva, sino que se evitan detalles que pueden ser incómodos.
  3. Preparación: los mentirosos que se anticipan a las preguntas pueden estructurar relatos más plausibles y reducir contradicciones.
  4. Saben escapar al escrutinio: eluden preguntas clave, cambian de tema o apelan a ciertas emociones (culpa, pena, simpatía) para distraer.
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Cómo desenmascarar al mentiroso

Erikson sugiere que para desenmascarar el engaño, no basta con observar una señal aislada: se trata de juntar piezas, observar discrepancias, inconsistencias y comportamientos extraños contextualizados.

  • ¿Poli bueno, poli malo? Un buen truco, según el experto, es pensar en uno mismo como en un periodista agradable. Siempre es más eficaz ser el poli bueno que el malo. Una actitud amable ayudará a que la otra persona se muestre más abierta. Las personas con habilidad para detectar mentiras suelen hacer preguntas inesperadas, que incluso ni siquiera sean relevantes para la conversación. Esto consigue que la persona tenga que improvisar, lo que puede hacer surgir incoherencias o revelar detalles que antes omitió.
  • El lenguaje corporal no basta. El contacto visual, los gestos, las posturas o las microexpresiones son elementos que no hay que ignorar, pero Erikson advierte de que son insuficientes por sí solos, ya que un mentiroso habitual los puede falsear o suprimir. El mito de que los mentirosos no te miran a los ojos tampoco es un método fiable. Hay muchas personas que, por un motivo u otro, no sostienen la mirada. Algunas simplemente son tímidas
  • Evasión o respuestas genéricas. En lugar de contestar directamente, quien miente puede responder con ambigüedades, rodeos, ejemplos vagos o apelaciones emocionales del tipo 'ya sabes cómo soy'. Estas evasivas pueden ser una señal de que algo se está evitando. Erikson lo menciona como conducta habitual entre perfiles que buscan proteger su imagen o evitar enfrentamiento.
  • Incoherencia emocional. Aunque un gesto aislado no es fiable, una emoción que no coincide con lo que se dice sí puede ser motivo de sospecha. Hablamos de tonos de voz o expresiones faciales que no se ajustan al contenido del discurso.
  • Entender sus motivos. Desenmascarar a un mentiroso es un proceso delicado que implica entender los motivos, asegurarse de que la confianza no saldrá perjudicada irrevocablemente y, en un última instancia, buscar claridad. Detrás de cada mentira hay, por supuesto, un ser humano, con sus miedos, ambiciones y vulnerabilidades que puede tener razones para actuar como actúa. Erikson recomienda escoger un lugar neutral para la conversación, practicar la escucha activa y mantener un lenguaje corporal abierto.