Robin Wright, sobre volver a enamorarse a los 59: "Me siento vieja en el mejor sentido de la palabra"
La actriz ha vuelto a encontrar la felicidad al lado de Henry Smith, un arquitecto británico de 52 años
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Al llegar a cierta edad y acumular un bagaje más o menos amplio de decepciones amorosas, muchas personas piensan que ya han tenido bastante en cuanto a asuntos del corazón, pero la vida siempre deja un espacio abierto para la sorpresa. Porque nunca es demasiado tarde para volver a amar ni para sentirse amado. Es el caso de Robin Wright, que a sus 59 años y tres matrimonios a sus espaldas ha encontrado la felicidad al lado de Henry Smith, un arquitecto británico de 52 años.
Lo contaba la protagonista de 'La princesa prometida' en el programa de Drew Barrymore. "Me siento vieja en el mejor sentido de la palabra", le confesaba con una sonrisa serena. Una frase que condensaba la fuerza de su actual momento vital: la edad no es un límite, sino una oportunidad para librarse del peso superfluo, de lo que no sirve.
"Tengo 59 años, casi 60, y yo ya había dejado de buscar, pero él entró en mi vida y fue como 'eh, ahí estás", se confesaba Wright ante la emocionada conductora del show, que de repente encontraba con un nuevo motivo para seguir creyendo en el amor.
"¿Quién eres tú?"
La actriz de 'House of Cards' no imaginaba que el amor volvería a llamar a su puerta de la manera más inesperada, concretamente en un pub inglés, tal y como ha contado en una entrevista en 'The Sunday Times'. La actriz quiso dar de comer al perro de un desconocido y de repente se le acercó Henry y le preguntó: '¿Quién eres tú?', a lo que ella respondió de igual forma. Aquello fue el inicio de una conversación que pronto se transformó en algo más: una conexión auténtica.
Lo extraordinario de su historia no es solo que volvió a encontrar pareja, sino cómo vive su relación. Después de matrimonios pasados -con Dane Witherspoon, Sean Penn y Clement Giraudet- y de años de independencia, Robin tiene claro que no se casará de nuevo porque no lo necesita. Lo único que quiere es ser vista, aceptada y querida por lo que es, sin artificios.
Un hombre de verdad
Y eso es lo que le ofrece Henry. “Eso es exactamente lo que quería. Estoy a punto de cumplir 60 y me pregunto si es esto. Disfruté de estar sola muchas veces, pero ahora quiero crecer y compartir la vida con alguien, ver el mundo sin las prisas ni las presiones de antes”, resumía en dicha entrevista.
La actriz ha cambiado California por la calma de la costa inglesa, donde comparte sus días con Henry y sus perros, lejos del ruido y cerca de lo esencial. Él no la admira por su fama, de hecho, ni siquiera sabía que fuese actriz cuando la conoció, sino por su carácter y bondad. Y ella le define con ternura: “un buen hombre, decente, un adulto de verdad”. Así que sí, el amor puede llegar en un pub, en un instante fortuito, cuando ya ni siquiera se busca.
