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Del vermut del fin de semana al chupito después de comer: cuándo pasas la barrera del consumo social de alcohol

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El consumo excesivo de alcohol es un problema. Unsplash
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MadridUna celebración parece que no está completa si no hay un brindis al final, normalmente con una copa de champán. Tampoco una reunión con amigos parece igual si no se toma un vermú o una cerveza, dependiendo de la hora a la que se quede. Hay quien no disfruta igual la comida si no la toma con una copita de vino o se toma un chupito después, para ayudar a que la digestión sea más ligera.

Son pequeños gestos que en ocasiones hacemos sin pensar demasiado, pero que demuestran lo habitual que es el consumo de alcohol en nuestro día a día, lo que hace que no siempre sea sencillo notar el momento en el que un consumo social u ocasional pasa a ser un problema real de adicción. 

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A pesar de que es una sustancia muy aceptada y normalizada en nuestra sociedad, no se puede olvidar que se trata de una sustancia que crea adicción y que puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, incluso en pequeñas cantidades. Beber demasiado, ya sea una sola vez, como al salir de copas una noche, o de manera habitual, puede tener efectos para nuestra salud. 

El alcohol puede afectar la forma en que el cerebro funciona, cambiando su estado de ánimo y el comportamiento. También puede dañar el corazón, provocando miocardiopatía o arritmias, entre otros males, puede provocar un mal funcionamiento del hígado, del páncreas y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer. 

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Si bien se suele recordar que el consumo de alcohol es mejor que sea moderado, también se señala que para la salud es mejor evitarlo. Sobre todo si vemos que puede convertirse en un problema de adicción y ya no se trata de un consumo social, casual y esporádico. 

Cuándo pasas la barrera del consumo social de alcohol

El alcohol es una bebida que suele estar presente en muchos de nuestros momentos de ocio, su consumo está normalizado a pesar de ser una droga legal que crea adicción. Se denomina bebedor social a quien no ha llegado a desarrollar una dependencia con el alcohol, que solo lo consume con ciertas actividades o contextos sociales. No sienten la necesidad de beber cada día y limitan el consumo de alcohol a sus días libres, fines de semana o tardes con amigos. 

Una persona alcohólica siente la necesidad de beber sin importar el lugar, la hora, la compañía o el momento que sea. Es bastante habitual que un alcohólico comience siendo un bebedor social, por lo que frenar el consumo social de alcohol puede ser una buena manera de evitar pasar la línea. Desde Alcohólicos Anónimos señalan que una vez que se pasa de ser un bebedor social a uno compulsivo ya no hay vuelta atrás. 

Si se ha consumido más alcohol del que se tenía pensado, se miente sobre el consumo de alcohol y este genera problemas en tu vida, si se antepone el alcohol a otras actividades, por su culpa te has visto en situaciones peligrosas o has tenido síntomas de abstinencia al no consumir (insomnio, temblores, sudores…), puede ser señal de que hay un problema serio que es necesario tratar.