Madrid tendrá la primera residencia de mayores LGTBI del mundo

Prevé abrir antes de final de 2025, tras varios años de retrasos
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Después de décadas de que muchas vidas quedaran ocultas, la idea de envejecer sin armarios parece por fin materializarse. En el barrio de Villaverde, Madrid, la Fundación 26 de Diciembre impulsa la creación de una residencia única: la Residencia Josete Massa, pensada para personas mayores LGTBIQ+ que desean vivir sus últimos años siendo visibles, respetadas y libres de discriminación.
Este proyecto no es solo una infraestructura: es un acto de justicia simbólica y práctica. Esta residencia, de carácter público-concertado, ofrecerá 62 plazas residenciales y 15 plazas de centro de día. Se ubicará en la calle del Arroyo Bueno 20‑22, en el distrito de Villaverde, en un edificio que la Comunidad de Madrid cedió como parte del cumplimiento de la Ley 3/2016 contra la LGTBIfobia.
La residencia adoptará el nombre de Josete Massa, persona que fue la primera en ser atendida por el servicio de ayuda a domicilio especializado de la Fundación 26 de Diciembre y que legó sus bienes a la entidad para hacer realidad lo que ella no vivió: “un hogar donde ser y amar libremente hasta el último día”.
Nacer del dolor, transformarse en esperanza
La génesis de esta iniciativa surge de una necesidad urgente. Muchos mayores del colectivo no se sienten seguros en residencias convencionales, por temor a actitudes discriminatorias, a la invisibilización o a “volver al armario” en su vejez. Su promotor, Federico Armenteros, recuerda que las residencias tradicionales “parten de la heteronormatividad” y que los casos de homofobia entre el personal no son raros. Este proyecto responde a esas heridas hasta hoy silenciadas.
El edificio, que hoy está en pleno proceso de rehabilitación, estaba abandonado y llevaba años sin uso. El proyecto incluye espacios comunes amplios, luminosos, murales con los colores del orgullo y una distribución pensada para cuidados progresivos que permita prestar servicio desde personas autónomas hasta aquellas en condiciones paliativas. En su reforma figuran requisitos de accesibilidad y estructuras adaptadas al envejecimiento.
La residencia pasa así a ser una de carácter público-concertado, con colaboración entre la Administración regional y la fundación. Se la considera ya como la primera residencia pública para mayores LGTBIQ+ en el mundo.

Más que un simple edificio: memoria, dignidad y visibilidad
Este proyecto no solo busca ofrecer alojamiento, sino que pretende también reescribir parte de la historia mayor LGTBI. Se levanta como un acto de reparación: recordar que muchas personas mayores vivieron clandestinidad, terapias de conversión, rechazo familiar o discriminación institucional. En ese sentido, Josete Massa no es solo un nombre, también es símbolo y memoria hecha piedra.
Cada planta tendrá un color del arcoíris como homenaje, y se incentivará una narrativa comunitaria donde las historias de quienes viven allí no queden ocultas. Habrá atención psicosocial especializada en identidad, sexualidad y memoria afectiva.
Es también un puente generacional: la fundación responsable de este centro ya desarrolla proyectos como pisos tutelados, servicio de ayuda a domicilio y actividades comunitarias para mayores LGTBIQ+. Con esta residencia, esas piezas se ensamblan en un espacio centralizado.
Se trata de un proyecto que no ha sido fácil ni rápido de realizar. Las obras llevan años y han sufrido retrasos por la rehabilitación del edificio, la normativa de accesibilidad y la modernización. De hecho, ya en 2018 se reportaba que la apertura prevista para diciembre del mismo año quedaba postergada.
A pesar de los obstáculos, la apertura podría concretarse a finales de 2025, situándola entre los proyectos más visibles de residencias especializadas del país. Organizaciones sociales ya han calificado la residencia como “pionera” o “primera residencia de mayores LGTBI en España”.
Para que no quedara solo como un sueño simbólico, la Comunidad de Madrid también colabora, ya que cedió el inmueble originalmente y financia parte de las infraestructuras mediante subvenciones del 0,7% del IRPF. La entidad espera que esta residencia refleje además una apuesta por la inclusión real y duradera, no solo simbólica.

Lo que representa para el colectivo
La residencia Josete Massa significará una ventana de dignidad y pertenencia para muchas personas que jamás han podido vivir su última etapa con orgullo. En un contexto donde el 67% de las personas mayores LGTBI tienen pensiones mínimas o no contributivas, este tipo de proyecto rescata el derecho a vivir con seguridad, afecto, presencia y sin tener que silenciar lo que se es.
No será una clínica institucional ni un espacio cerrado, sino un hogar informado por la diversidad. Personas mayores LGTBI podrán envejecer siendo quienes siempre fueron. Porque la discriminación institucional no debe acompañar al final de la vida, y la memoria colectiva reclama que nadie deba “volver al armario para morir”.
Y si alguien duda de su impacto: al inaugurar este lugar, no solo se construye un edificio, sino que se transmite la señal clara de que la vejez también puede ser disidencia orgullosa, visibilidad pétrea, dignidad mantenida. Es un acto de reparación para quienes fueron silenciadas, discriminadas y excluidas. Y una puerta esperada, para quienes aún esperan en soledad. Por todas, por todes: que envejecer con orgullo sea un derecho, no un privilegio.

