Wilhelm Schmid o cómo lidiar con el duelo: "Creemos que podemos vivir infinitamente si no hablamos de la muerte"

El divulgador filosófico alemán se adentra en la experiencia del duelo tras la muerte de su esposa en 'Sobrevivir a la muerte' (Espasa)
Reyes López Casas, psicóloga experta en duelo crónico: “El dolor que no se nombra se enquista en el cuerpo y en la memoria”
La muerte es ese misterio que acompaña cada instante de la vida, y quizás el único destino que realmente compartimos todos los seres humanos. Pero ¿qué ocurre después del último aliento? ¿Hay algo más allá o solo queda el eco de la memoria? Preguntas como estas resuenan especialmente cuando nos enfrentamos a la ausencia de alguien que ha sido esencial. Entre la razón que busca respuestas y el corazón que tiene que hacerse al vacío, la muerte nos obliga a mirar hacia dentro. Y en gran medida eso es lo que hace el divulgador filosófico alemán Wilhelm Schimid en su último ensayo, 'Sobrevivir a la muerte' (Espasa).
Wilhelm se adentra en la experiencia del duelo tras la muerte de su esposa, y propone una reflexión sobre cómo seguimos viviendo cuando perdemos a quien amamos. En la respuesta puede hallarse el verdadero sentido de lo humano: aprender a coexistir con la incertidumbre y descubrir en la ausencia la forma más pura de la presencia.

¿Por qué nos sigue costando tanto hablar con naturalidad sobre la muerte?
La muerte es lo absolutamente desconocido, lo inimaginable, lo incomprensible. Es completamente entendible que la gente no quiera hablar de ella, con la esperanza de no tener que lidiar con ella. Es un error, pero vale la pena intentarlo.
¿La negación de la muerte es un mecanismo de defensa o un modo de prolongar la vida?
Mientras hablemos, no morimos. Solo cuando ya no salen palabras de nuestros labios, llega la muerte. Y así existe la silenciosa convicción de que podemos prolongar la vida infinitamente si hablamos de todo menos de la muerte. El más allá es una tierra sin palabras, dijo mi esposa antes de morir. Lo veía como su hogar. Pero no mucha gente lo ve así.
¿Creer en un “más allá” es una necesidad biológica, cultural o más bien espiritual?
La creencia en la vida después de la muerte surgió hace miles de años en el curso de la evolución humana. Surgió al comprender que algo extraño ocurre cuando una persona deja de hablar y mirar repentinamente, y la gente comenzó a colocar objetos en las tumbas para que los difuntos los usaran en el más allá. Ninguna cultura creía que una persona simplemente se desvaneciera en la nada.
¿Usted qué cree que hay después?
No lo sé. Nadie tiene un conocimiento certero sobre esto. Lo único que me parece seguro es que se trata de un estado energético. Esto se deriva de la ley de conservación de la energía en física. Las energías eléctricas actúan en nuestros corazones y cerebros, y desaparecen del cuerpo al morir. Según la ley de conservación, no pueden simplemente disolverse en la nada. Pero ¿qué se siente? ¿Puede existir algo así como sentir después de la muerte? ¿Es una especie de trance? ¿O como un sueño?

¿Hasta qué punto el duelo por un fallecido es una forma de mantenerlo con vida?
No tiene por qué ser tristeza. Pienso en mi esposa con alegría y gratitud. Este pensamiento, este recuerdo, es un impulso energético. En este impulso, ella está viva. Está en mí y a mi alrededor, en forma energética.
¿Qué sería, en su opinión, “una buena muerte”?
Me parece que mi esposa tuvo una buena muerte. Estaba bien preparada, pues se había formado como acompañante voluntaria en un hospicio y también había trabajado allí. Sabía mucho sobre la agonía y la muerte. Los niños, los profesionales y yo mismo la cuidamos con cariño durante sus últimas semanas, días y horas. Falleció arropada por los suyos. Nos miró a los ojos por última vez, en silencio, desde lejos pero muy cerca.
¿Estamos más preparados para vivir bien que para morir bien?
Probablemente sí. Ayuda haber tenido una vida plena, llena de experiencias, buenas relaciones familiares, amor y amistad. Depende de nosotros esforzarnos por tener experiencias y relaciones en la vida.
¿Por qué en algunas culturas se ve la muerte como un retorno en lugar de una pérdida?
Las culturas modernas asumen que todo pasa y que todo termina con la muerte. En ese caso, la muerte es pérdida. Muchas culturas antiguas asumen que todo regresa. En ese caso, la muerte es una transición a otra vida. ¿Cuál es la verdad? No la sabemos. Debemos decidir cómo queremos verla. Esto, entonces, influye en nuestra vida y nuestra muerte.
¿Es posible reconciliarse con la muerte sin volverse indiferente a la vida?
¿Indiferente a la vida? Esa es la actitud de quienes no quieren reconocer la muerte. Para quienes la toman en serio, la vida se vuelve preciosa. Ese es el significado de la muerte: hacer que la vida sea valiosa para nosotros. Si no hubiera muerte, la vida también carecería de valor. Ya no tendría nada especial.
¿Qué le diría a quien teme más a la muerte que a la vida misma?
No te preocupes, ya han muerto muchas personas. Tú también puedes.