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Poner la calefacción por primera vez este invierno: lo que debes hacer para no arruinarte

El truco para calentar la casa sin tener que poner la calefacción
Preparando la calefacción para el invierno. Redacción Uppers
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Poner la calefacción cuando llega el frío y se va acercando el invierno puede convertirse en una trampa silenciosa para tu factura de la luz y para tu bolsillo. El primer encendido, tras meses apagado, puede disparar el consumo si no se hace con cabeza. Son muchas las familias que cometen el mismo error cada año: subir la temperatura de golpe o mantenerla encendida más tiempo de lo necesario. Sin embargo, los primeros días son clave para marcar la diferencia en el gasto energético del resto del invierno. Y lo mejor es que, con unos pequeños ajustes, se puede empezar a ahorrar sin pasar frío. 

5 pasos para ahorrar en calefacción

Fija la temperatura desde el inicio

No se trata de pasar frío, sino de evitar que el sistema trabaje en exceso. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, una temperatura de 20‑21°C durante el día y entre 15‑17°C por la noche es la más recomendable. Además, cada grado adicional sobre ese rango sugerido puede aumentar el consumo energético en torno a un 7%. 

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Así que, al comenzar la temporada, pon el termostato en los 20°C, y evita subirlo más allá de los 23 °C pensando que “así calienta más rápido”, ya que ese extra en la temperatura será también un golpe al bolsillo sin necesidad.

Programa horarios y aprovecha los momentos clave

Si la casa está vacía unas horas o por la noche, bajar la temperatura unos grados puede suponer un ahorro relevante. El programa “Hogares Verdes” del Ministerio para la Transición Ecológica indica que ajustar la calefacción por estancias o apagarla en momentos de ausencia puede reducir el gasto entre un 10 y un 20%. 

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Por ejemplo, desde que llegas y hasta que te vas al trabajo puedes mantener 18°C, subir a 20 °C al volver y dejar 16‑17°C por la noche. Programar el termostato o usar válvulas termostáticas inteligentes ayuda a hacerlo sin descuidar el confort.

Mejora la eficiencia del sistema desde el primer uso

Un radiador bien purgado y sin obstáculos calienta más rápido y consume menos. Según una guía sobre ahorro, purgar los radiadores al inicio de la temporada es clave porque la formación de pequeñas burbujas de aire obliga a que la calefacción trabaje más tiempo para alcanzar la temperatura deseada. 

También es vital no cubrir los radiadores ni bloquearlos con cortinas, ropa o muebles: estos obstaculizan la difusión del calor y elevan la factura. Igualmente, también es importante revisar el aislamiento de puertas y ventanas, ya que las pérdidas de calor por las rendijas o por culpa de cerramientos deficientes pueden implicar hasta un 15‑20% de consumo extra. 

Archivo - Caldera, Calefacción,

Atento a la temperatura por estancias

No todas las habitaciones necesitan la misma temperatura. Por ejemplo, los pasillos o trasteros pueden mantenerse entre 15 y 17°C. Las zonas de estar o el salón sí que conviene que estén alrededor de 20‑21°C. De la misma forma, los dormitorios por la noche valdrían con una temperatura de 16‑17°C como suficiente para poder dormir cómodos y gastar menos. 

Al principio de la temporada, cuando aún no hace un frío persistente, ni demasiado intenso, es cuando todos estos pequeños ajustes marcan la diferencia, porque el sistema no arranca “en frío” sino que ya trabaja con menor carga térmica.

Mantén hábitos que ayuden a ahorrar sin sacrificios

Lo primero sería aprovechar las horas de luz solar de cada día. Por ello, sube las persianas durante el día para que los rayos del sol calienten la casa. También es importante ventilar de forma rápida y conjunta. Para ello, conviene abrir varias ventanas durante pocos minutos, dado que resulta más eficiente que hacerlo parcialmente durante largos períodos. También es recomendable usar mantas o ropa de abrigo dentro de casa en vez de subir la calefacción. Y es que hay que tener presente que la sensación térmica no depende únicamente del termostato

Al arrancar la calefacción para la temporada, no es solo cuestión de encenderla y quedarse a mirar cómo suben los grados en el termostato. En realidad es cuestión de elegir temperatura adecuada, planificar horarios, optimizar el sistema y ajustar según la estancia. Si lo haces desde el principio, puedes evitar el sobreconsumo innecesario que aparece cuando dejamos la calefacción “al azar” y sin control. Ahorrar no significa pasar frío: significa hacer que cada grado trabaje con inteligencia.