Yaya Bushcraft, la española que construye sola cabañas en el bosque: “A los 70 hago lo que no me atrevía a los 20"
A los 68 años empezó a ver vídeos de YouTube sobre cómo construir cabañas, y ahora dedica todo su tiempo a ello
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En un rincón del bosque y sin pretensiones convencionales, Yaya Bushcraft ha levantado su propia vida cuando muchos empiezan a pensar en frenar en seco. A sus 72 años, como ha confirmado la propia protagonista, ha decidido hacer real aquello que soñaba desde la infancia: dedicarse a construir, con sus propias manos, cabañas en la naturaleza. Ya lleva cuatro.
Las manos en la masa
Su nombre como creadora digital lo dice todo. “Yaya” honra la sabiduría de la edad; “Bushcraft”, la técnica de supervivencia y construcción natural. No hay adornos: a los 68 años comenzó viendo vídeos en YouTube sobre cómo hacer refugios con barro, piedras, ramas, y a los 70 puso en práctica el sueño.
Sin embargo, su primera cabaña se cayó. Ante este revés, Yaya no se rindió. Repitió, mejoró y hoy vive en una de sus construcciones, sin conexión a la red eléctrica, con placas solares y un huerto propio, y ha construido para otras personas hasta 4 cabañas más. Aunque reconoce que lleva retraso en la entrega de su último encargo. “A los 70 me he atrevido a hacer lo que no me atrevía a los 20”, asegura en sus redes.
De esta forma, levanta con barro, madera y paciencia su idea de libertad. No hay romanticismo naïf en su discurso, sino decisiones conscientes. La de dejar de pagar alquiler, vivir según su propio ritmo y poner el cuerpo a trabajar. Su vida se ha convertido en una especie de gimnasio físico y emocional donde no hay que levantar pesas, sino troncos.
Una hija que acompaña el viaje
Pero Yaya no está sola en su proceso de transformación. Su hija, aunque no vive con ella ni participa directamente de la aventura de su madre, es una presencia constante, emocional y práctica. En sus entrevistas, Yaya habla de ella con ternura y complicidad. “Mi hija me ayuda con la edición de vídeos, me anima y me dice: ‘Mamá, tú puedes’”, explica.
Ambas viven realidades distintas, pero se complementan: Yaya ha tomado un camino de rusticidad y autonomía radical, mientras su hija, más joven, opera desde la ciudad. Sin embargo, mantienen un vínculo que demuestra que el cambio de vida no significa cortar lazos. Al contrario, ya que la diferencia generacional en este caso crea una alianza fértil.
En un tiempo en el que la brecha generacional a menudo se manifiesta como incomunicación, esta pareja madre-hija ofrece un modelo inverso: el de la curiosidad mutua, el apoyo sin imposición y la escucha desde mundos distintos. “Me parece muy potente que la gente joven vea que no todo acaba a los 65”, afirma Yaya sobre su relación con su hija y sus seguidores más jóvenes.
Viral, pero con fundamento
Aunque su historia se ha hecho viral con más de 200.000 seguidores entre sus distintas redes sociales, y contando con vídeos de YouTube que superan el millón de visitas, Yaya rechaza la banalización de su proyecto. No quiere likes por ternura, sino que lo que quiere es compartir lo que ha aprendido a los 72, sin ocultar que el barro pesa, que el frío cala, que a veces se equivoca. Pero que también hay placer, logro y una libertad que no cambiaría por ninguna hipoteca. “Cuando vivía en la ciudad pasaba por calles y tenía necesidad de meter los dedos en la tierra”, recuerda.
Para muchas personas mayores que la siguen, Yaya Bushcraft es una inspiración tangible y cercana, no porque proponga una utopía salvaje, sino porque demuestra que se puede actuar, en presente, sobre el deseo, y construir (literalmente) una nueva etapa vital.
El legado de una cabaña no es de madera
Yaya no quiere convencer a nadie de que deje su vida urbana ni que siga su ejemplo. Lo que sí reivindica es que “la edad no te impide nada, solo si tú crees que te lo impide”. Y, sobre todo, quiere recordarle al mundo que cada persona mayor es mucho más que un dato demográfico: puede ser semilla, proyecto, revolución en miniatura. Su cabaña es real, su barro es real, y también lo es su mensaje: todavía puedes empezar.
