Estos minutos de paseo en los que nos concentramos en vivir el presente son ideales para conectar
¿Cuándo se empiezan a notar los beneficios de la meditación a los 50?
MadridUno de los ejercicios más recomendados a cualquier edad, pero sobre todo a partir de los 50, es caminar. No requiere demasiado tiempo, algo que suele usarse como excusa para no hacer deporte, tampoco se necesitan habilidades especiales ni entrenamiento previo, y el material necesario es muy básico, solo con las zapatillas adecuadas puedes comenzar tus rutinas.
Hacer ejercicio siempre es importante, pero conforme se cumplen años esto es más evidente, porque queremos mantener en forma nuestros huesos y músculos, sobre todo cuando los achaques y dolores repentinos empiezan a hacer acto de presencia. Caminar no es el más recomendable cuando lo que se busca es perder peso y quemar calorías, pero si lo que se quiere es mover el cuerpo y mantenerse saludable, puede ser el ideal.
Como sucede con todo el ejercicio, caminar no solo tiene beneficios para nuestra salud física, también es positivo para la salud mental. Ayuda a calmar la mente, reduce el estrés y nos ayuda a sentirnos mejor, efectos que podemos potenciar si lo que hacemos no es sencillamente caminar, sino que apostamos por el mindful walking.
Caminatas conscientes: guía para transformar tu paseo diario en terapia
Esta práctica combina el caminar con la atención plena, es decir, en lugar de simplemente caminar por la ruta que hemos decidido tomar, el minful walking aboga por hacerlo tomando conciencia del momento presente, conectando con todos nuestros sentidos mientras lo hacemos, sintiendo el suelo bajo nuestros pies o la brisa que acaricia nuestro rostro. Una forma de poder dejar de lado las preocupaciones y estar presente.
Para poder convertir nuestro paseo en una caminata consciente, hay ciertos aspectos que conviene tener en cuenta.
- Uno de ellos es encontrar un lugar tranquilo que nos permita vivir esta experiencia, si puede ser en la naturaleza, mucho mejor. Un parque puede ayudarnos a reconectar y también es un espacio seguro (evitaremos el tráfico), además proporciona estímulos agradables, como las vistas o los olores.
- La postura debe ser la correcta, relajada y erguida, también el ritmo, que debe ser ligeramente rápido, pero sin excesos.
- Durante el paseo debemos ser conscientes de nuestra respiración, pero también hay que implicar los sentidos, por ejemplo, prestando atención a cada paso que damos y las sensaciones que nos provoca.
- El movimiento del cuerpo es otro de los aspectos a los que podemos prestar atención, fomentando la gratitud por él.
- En ese espacio donde la naturaleza predomina podemos disfrutar de los sonidos, el viento entre las hojas, el canto de los pájaros, los niños jugando…
- Es normal que durante el camino la mente se distraiga, debemos aceptarlo cuando eso suceda y reconducir nuestros pensamientos al momento presente.
- El tiempo que dediquemos a este momento de caminar y meditar no hace falta que sea demasiado largo, con cinco minutos es suficiente. De hecho, es probable que al principio no resulte nada sencillo y nos cueste centrarnos en el momento presente y liberar nuestra mente. Con la práctica notaremos cómo es más sencillo y podremos disfrutar de esta combinación de meditación y ejercicio.


