Ejercicios físicos

Tres minutos de movilidad antes de levantarte de la cama que pueden cambiarte el día

Despertar y coger el móvil. Mal.
Deja de coger el móvil nada más levantarte y haz estos tres sencillos ejercicios. Redacción Uppers
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Levantarte de la cama puede parecer a veces toda una proeza tras haber pasado una noche agitada, pero, ¿y si en solo tres minutos de movilidad suave prepararas tu cuerpo para funcionar mejor durante todo el día? Solo con ejercicios ligeros, tan simples como estirar los brazos y las piernas, girar el torso o elevar los hombros, se puede activar la circulación, despertar el sistema nervioso y ayudarte a moverte con mayor soltura desde que sale el sol. 

Instituciones como la Universidad de Harvard ya lo recomiendan, afirmando que “hacer estiramientos antes de levantarse puede mejorar la circulación y activar el sistema parasimpático, lo que ayuda a preparar un día más tranquilo”. 

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Los músculos y las articulaciones necesitan una señal para «ponerse en marcha». Una rutina matinal mínima de 3 a 4 minutos ya puede ser suficiente para aflojar hombros, caderas y piernas, además de para activar el cuerpo. Sin embargo, no todos los estiramientos y ejercicios sirven igual para este propósito, y los expertos recomiendan ciertos estiramientos dinámicos matinales para estimular la movilidad general y mejorar el flujo sanguíneo al despertar. Esta movilidad matinal y estiramientos consiguen, incluso en dosis breves, mejoras en flexibilidad y sensaciones generales durante el día. 

Tres movimientos ideales (para realizar en la cama)

  • Flexión de tobillos y rodillas: tumbado boca arriba, eleva las rodillas un par de veces, luego rota los tobillos hacia dentro y fuera. Este gesto simple mejora la circulación en piernas y caderas.
  • Giros de tronco desde sentado: al sentarte al borde de la cama, gira el torso suavemente hacia cada lado, manteniendo la espalda recta y respirando. Esto lubrica la columna y despierta el tronco.
  • Arranque de brazos y hombros: estando todavía tumbado, estira un brazo hacia el techo, luego cruza hacia el lado opuesto, alargando el costado. Hazlo alternando y terminando con unos círculos de hombros. Este gesto abre pecho y mejora la postura.
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Puedes dedicar unos 60 segundos a cada bloque y completarlo en tres minutos mientras estás todavía preparándote para tu día. Nada complicado, solo movimiento intencionado.

Despertando

Beneficios que notarás (y rápido)

Aunque parezca sorprendente, unos pocos minutos de movilidad suave al despertar pueden traducirse en un cambio tangible en cómo te sientes durante toda la jornada. Uno de los primeros efectos es la mejora de la circulación: al mover suavemente tobillos, piernas y brazos, la sangre empieza a fluir con mayor intensidad, lo que ayuda a combatir la sensación de entumecimiento habitual tras horas de inactividad. También se reduce la rigidez muscular, esa que a veces hace que cueste incluso salir de la cama o dar los primeros pasos por la casa.

A nivel articular, estos movimientos previos a levantarse lubrican de forma natural la columna, las caderas y los hombros, facilitando un mayor rango de movimiento desde el primer momento del día. Esto no solo aporta agilidad, sino que también actúa como una especie de “seguro preventivo” frente a desequilibrios, tropiezos o pequeñas molestias musculares causadas por la inercia matinal.

Además, hay un beneficio psicológico nada desdeñable, ya que al incorporar una pequeña rutina de movilidad al despertar, se genera una sensación de autocuidado inmediato. Es una manera consciente de decirle al cuerpo “estoy contigo”, en lugar de pasar del sueño profundo al estrés del reloj o la pantalla. Y esa actitud marca la diferencia. Iniciar el día con un gesto amable hacia uno mismo puede influir incluso en el estado de ánimo, ayudando a afrontarlo con más calma y presencia.

Consejos para hacerlo tuyo

Hazlo como parte de tu ritual matinal: nada más desperezarse y apartar la manta, haz esos tres movimientos antes de ponerte a revisar las alertas del móvil o levantarte para iniciar el día. Puedes acompañar cada gesto con una breve inhalación consciente: la respiración modula el tono muscular y mejora la activación. Si un día, por el motivo que sea, tienes menos de tres minutos, haz al menos uno o dos movimientos, ya que la constancia es más importante que la duración exacta de cada ejercicio. Además, es importante tener presente que si aparecen molestias persistentes, lo mejor siempre es consultar con un profesional, y no dejarlo pasar.

Tres minutos pueden parecer insignificantes, pero usados con intención, pueden marcar la diferencia. No se trata de entrenar como un atleta, sino de activar el cuerpo antes de que arranque el día. Porque al fin y al cabo, la mejor jornada empieza no solo con un café, sino también moviendo el cuerpo para que responda con calma, claridad y soltura. Empieza desde la cama: tu día lo agradecerá.