Pareja

Las cuatro reglas para salvar un matrimonio de Arthur Brooks, experto en felicidad

El amor puede ser duradero... si se trabaja. GETTY IMAGES
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Mantener la chispa del amor cuando una relación lleva muchos años o décadas no es tarea sencilla. La rutina se instala, las responsabilidades crecen, el tiempo libre se reduce y el entusiasmo del flechazo inicial se convierte en una convivencia marcada por las listas de tareas, la logística familiar y las preocupaciones diarias. En ese contexto, es normal que muchos matrimonios sientan que han perdido parte de la conexión que les unió.

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Sin embargo, el profesor y divulgador Arthur C. Brooks, experto en felicidad, tiene claro que el amor puede ser duradero, pero no sostenido solo con pasión, sino con prácticas concretas que fortalecen el vínculo todos los días. Y pone como ejemplo su propio matrimonio, que ya dura 33 años.

"Enamorarse puede ser emocionante, pero no es el secreto de la felicidad en sí mismo. El secreto de la felicidad es permanecer enamorado (...) La verdadera clave es la satisfacción en la relación, que depende de lo que los psicólogos llaman 'amor de compañía', un amor basado menos en altibajos apasionados y más en el afecto estable, el entendimiento mutuo y el compromiso", indica en sus redes sociales el profesor de la Harvard Kennedy School.

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En una entrevista en el podcast 'The Skinny Confidential, Him & Her', el experto se refirió a las claves para que una relación sea duradera ateniéndose a diversas investigaciones sobre bienestar, vínculos humanos y longevidad emocional, y que se pueden resumir en cuatro reglas sencillas y eficaces, según recopilan en 'Telva'.

Divertirse más juntos

Puede parecer obvio, pero muchas parejas olvidan al poco tiempo lo importante que es divertirse juntos. La conexión emocional se fortalece cuando la pareja comparte experiencias que les hacen reír, sentirse ligeros y fortalecen su complicidad. Eso sí, para divertirte más, antes hay que solucionar las diferencias.

El humor, los juegos, las escapadas improvisadas o las actividades lúdicas actúan como un recordatorio de que la relación no solo existe para afrontar problemas, gestionar gastos o tomar decisiones importantes. También está para disfrutar la vida en equipo.

Mucho contacto visual

La segunda regla invita a un gesto sencillo y poderoso: mirarse más a los ojos. Puede parecer pequeño, pero el contacto visual prolongado transmite presencia, interés y reconocimiento. "Es especialmente importante para las mujeres, porque les ofrece tres veces más oxígeno que a los hombres (...) Si miras a tu mujer a los ojos mientras hablas con ella, será como si no recordara por qué está tan enfadada contigo", indica Brooks.

Always be touching

La tercera regla es tan simple como directa: tocarse más. Un roce, una caricia rápida, un abrazo, la mano sobre el hombro, un pequeño apretón en la espalda. "Sí. Tóquense siempre. Cójanse de la mano", exhorta. El contacto físico frecuente reduce el estrés, incrementa la producción de oxitocina -la hormona del vínculo- y refuerza la sensación de seguridad afectiva. No se trata necesariamente de sexualidad, sino de mantener un puente físico constante. Las parejas que se tocan con frecuencia tienden a sentirse más apoyadas, más unidas y menos solas.

Leerse mutuamente

La cuarta regla de Brooks consiste en aprender a “leerse el uno al otro", es decir, en desarrollar una sensibilidad fina hacia el estado interno de la pareja. Esto significa notar cuándo algo preocupa al otro, cuándo requiere espacio, qué le hace ilusión o qué le hace daño, sin necesidad de que lo exprese explícitamente. Para Brooks, las parejas más sólidas no son las que nunca discuten, sino las que saben interpretar las señales de su compañero y responder con empatía.

Estas reglas no requieren grandes inversiones de tiempo ni esfuerzo, pero sí demandan trabajo diario. Cultivar rutinas de pareja que alimenten el vínculo. "Después de 33 años de matrimonio, puedo decir con certeza: estar casado con mi esposa, mi mejor amiga, ha sido la mayor fuente de felicidad en mi vida", resume Brooks.