Salud

La urolitina A, postbiótico antienvejecimiento por el que apuestan los científicos expertos en longevidad

Los frutos rojos, la granada o las fresas promueven la fabricación de Urolitina A por nuestro intestino.. Pexels
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La carrera de los compuestos que pueden ayudarnos a envejecer mejor está llena de tropiezos y de marcas discretas. La metformina estaba en cabeza hasta hace poco tiempo, incluso se anunció un ensayo clínico con miles de personas para probar su eficacia, pero el ensayo está paralizado y el medicamento solo se receta para la diabetes. Otros compuestos, como el resveratrol o la rapamicina están bien situados, pero no acaban de ratificar su eficacia con resultados concluyentes. Ahora, la apuesta de los investigadores está en la urolitina A. Te contamos por qué.

Con varios ensayos clínicos terminados que han demostrado que mejora la salud mitocondrial, la urolitina A retrasa el deterioro muscular, protege las articulaciones, modula el sistema inmune e incluso tendría potencial terapéutico frente a ciertos cánceres. Lo mejor de todo es que lo fabrica nuestro cuerpo, solo hay que ayudarle un poco.

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¿Qué es la urolitina A?

La urolitina A no está en los alimentos tal cual. Es un postbiótico que fabrica nuestra microbiota intestinal cuando ingerimos elagitaninos y ácido elágico, compuestos presentes sobre todo en la granada, las nueces y los frutos rojos como frambuesas, fresas o moras. De manera sencilla podemos decir que un prebiótico es lo que come la bacteria; un probiótico es la bacteria que vive en nuestra microbiota y un postbiótico es lo que produce la bacteria (y nos beneficia).

No todas las personas producen la misma cantidad, depende de la composición individual de la microbiota. Hay “productores altos”, “bajos” y “no productores”, algo que ya se ha documentado en varios estudios de metabolismo de urolitinas.

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¿Por qué se asocia con el envejecimiento?

El interés en urolitina A explotó cuando se comprobó que activa la mitofagia, un proceso de “reciclaje” de mitocondrias dañadas, clave para mantener la energía celular. También se ha visto que tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes en distintos modelos celulares y animales.

Ensayos probados

Un ensayo clínico en adultos de 65 a 90 años durante cuatro meses doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo, es decir, con las máximas garantías demostró que quienes fueron tratados con Urolitina A mejoraron la resistencia muscular en un test de bicicleta fatigándose menos que el grupo de control. También aumentó los marcadores de función mitocondrial en sangre.

Los autores del estudio, que fue publicado en JAMA Network Open en 2022, interpretan que urolitina A puede ayudar a contrarrestar parte del declive relacionado con la edad en la función muscular, aunque no es una “píldora mágica” y se estudió en combinación con recomendaciones de estilo de vida.

Articulaciones y salud del cartílago

En 2022, un trabajo en Aging Cell analizó el efecto de urolitina A sobre células de cartílago humano y en un modelo de osteoartritis en ratones. El estudio mostró que, en condrocitos humanos, urolitina A aumentó la mitofagia y mejoró la función mitocondrial. En ratones con osteoartritis, redujo la degeneración del cartílago y la inflamación sinovial, y alivió el dolor.

Se trata de pruebas sólidas pero preclínicas, ya que se realizaron en células y en animales. Son muy sugerentes para la salud articular, pero aún se necesitan más ensayos clínicos largos en pacientes con artrosis para traducir esto en recomendaciones clínicas.

Sistema inmune

En los últimos años se ha empezado a estudiar el efecto de urolitina A sobre el sistema inmune, especialmente en el envejecimiento inmunitario. Un ensayo aleatorizado y controlado en unos 50 adultos mayores mostró que 4 semanas de suplementación con urolitina A mejoraban la función mitocondrial de linfocitos T y marcadores asociados a mayor producción de células T “de memoria de larga duración”.

Este “rejuvenecimiento” energético de las células inmunes podría ayudar a mejorar la respuesta frente a infecciones y vacunas, si bien son resultados preliminares que aún no se han traducido en datos clínicos.

Un trabajo de revisión sobre el papel inmunomodulador de urolitina A resume múltiples estudios in vitro y en animales donde se observa reducción de inflamación y mejor control de procesos inflamatorios crónicos.

Cáncer: potencial con mucha cautela

Aquí es donde más titulares se generan… y donde más prudencia piden los científicos. La urolitina A se ha estudiado como molécula con potencial quimiopreventivo y como sensibilizadora de ciertos tratamientos oncológicos en modelos celulares y animales, sobre todo por su capacidad de modular la mitofagia y la inflamación. Un grupo del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre y la Universidad Complutense de Madrid ha publicado resultados preclínicos donde urolitina A muestra efecto protector frente al mieloma múltiple en líneas celulares y modelos animales. Además, podría potenciar la eficacia de fármacos como bortezomib. Se trata de resultados preclínicos, no ensayos en pacientes, y se requiere mucha más investigación antes de hablar de “tratamiento” o “cura” del cáncer. Otros grupos internacionales de investigación exploran urolitina A como coadyuvante en inmunoterapia y otras estrategias oncológicas, pero hablamos todavía de una etapa muy experimental.

Dónde se puede obtener

Se puede obtener por vía natural tomando alimentos ricos en elagitaninos, como la granada, las nueces o los frutos rojos, moras, frambuesas, fresas, algunos vinos y el té verde. Estos alimentos no tienes urolitina A, pero permiten que tu microbiota la produzca. La producción de urolitina A depende de tu microbiota: algunas personas casi no la generan. No existe hoy una forma sencilla de saber en la práctica clínica si eres “buen productor”, salvo mediante estudios especializados. No obstante, incluir estos alimentos en una dieta equilibrada es razonable por muchos motivos, ya que aportan fibra, grasas saludables y polifenoles, independientemente de cuánta urolitina A produzcas.

Para asegurarte de que tu cuerpo disponga de este compuesto, algunas empresas ligadas a grupos de investigación han desarrollado suplementos de urolitina A purificada bajo marcas registradas como “Mitopure” o similares). Estos productos se han utilizado en los ensayos clínicos mencionados.

Lo que sí es seguro

Mientras la ciencia avanza, sí hay evidencia científica en ciertos hábitos que nos ayudan a envejecer mejor. Hay que cuidar la microbiota con una dieta rica en fibra, verduras, frutas y alimentos integrales. Si se incluye regularmente granada, frutos rojos y nueces puede favorecer la producción de urolitina A en quienes tienen las bacterias adecuadas.

La urolitina A actúa sobre la mitocondria… igual que el ejercicio regular y un buen descanso. Los ensayos la estudian como un complemento, no como sustituto.

Los suplementos pueden ser una opción, pero siempre informando al médico, especialmente si hay tratamientos oncológicos u otras terapias sensibles de por medio.

La urolitina A es un postbiótico —un producto de nuestras bacterias intestinales— que, según la evidencia mejora indicadores de salud mitocondrial y resistencia muscular en personas mayores. Muestra efectos protectores sobre el cartílago y la inflamación articular en modelos de osteoartritis. Tiene un papel prometedor en la modulación del sistema inmune y está siendo explorada en relación con el cáncer, incluido el mieloma múltiple, en trabajos como los del Hospital 12 de Octubre y la UCM.

No es, a día de hoy, una cura milagrosa ni un elixir de la juventud, pero sí un ejemplo de cómo la combinación de nutrición, microbiota y biología mitocondrial está abriendo una nueva generación de intervenciones para envejecer mejor, más que para “no envejecer”.