Lagrán, el pueblo alavés que ofrece casa por 166 euros al mes a quien levante la persiana del bar La Traviesa

Un pueblo requiere de muchos servicios para seguir vivo. Desde médico a escuela pasando por un cajero, iglesia o una tienda. Pero hay algo sin lo que un pueblo pierde su esencia y eso es el bar. Ese lugar en el que los vecinos echan la partida, se toman un café en la barra o charlan con sus vecinos. En Lagrán (Álava) están a punto de perder el suyo, por eso este pueblo ofrece vivienda por 166 euros al mes a quien reabra la persiana del restaurante La Traviesa, de propiedad municipal. La Traviesa es el complejo que aúna un bar-restaurante con el centro de interpretación de la Vía Verde del Vino y el Pescado. Los bares de la España vaciada piden subvención.

El local lleva desde el pasado mes de septiembre cerrado, a pesar de que la renta anual es de solo 2.000 euros y de que el Ayuntamiento, en su afán por atraer a algún hostelero a la localidad, se ofrece a pagar la mitad de la factura de la luz de La Traviesa. Un local con aforo para 125 comensales repartidos en dos plantas y una terraza al aire libre.

Un pueblo sin bar, un pueblo fantasma

Lagrán, Pipaón y Villaverde suman solo 176 vecinos. Un número que se incrementa en los meses de verano, pero que no parece suficiente para que alguien se anime a mudarse a este rincón de la Cuadrilla de Montaña Alavesa para dar vida a este establecimiento. De ahí la atractiva oferta del Consistorio: 166 euros al mes por una casa y la misma cantidad por la renta del bar.

Lagrán cuenta con dos locales: el restaurante La Traviesa y el bar El Frontón. Llevan años sufriendo el cierre alternativo de uno y otro. De hecho, hace ya mucho que los dos establecimientos no conviven abiertos al público. El 28 de abril de hace dos años, La Traviesa tras un tiempo con la persiana echada reabría mientras que El Frontón seguía cerrado. Desde hace más de medio año, los papeles se han intercambiado y es El Frontón el único que sigue activo, aunque no por mucho tiempo, si nada lo remedia, ya que en julio se acaba la concesión.

El Ayuntamiento y los vecinos no se imaginan un verano sin bar en el pueblo, por eso lanzan esta atractiva oferta firmes en su afán por evitar que el pueblo se quede sin su bar.

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