Toda España está en alerta y sufre ya los estragos del fuerte viento con el que ha llegado la borrasca Hortensia. Con fuerza, huracanada, irrumpía en plena protesta de los hosteleros mallorquines que huyen en estampida para ponerse a salvo. El vendaval, con rachas de 140 kilómetros por hora, ha derrumbado fachadas, cornisas, palmeras y deja ya una mujer herida. La borrasca se extiende como si fuera un enorme muro de nubes negras que avanzan amenazantes. De poco sirve oponer resistencia ante un viento que puede con todo.
Los servicios de emergencia no dan abasto para atender los cientos de llamadas por desprendimientos de cornisas, tejados, caída de árboles. Solo en Barcelona 300 avisos en apenas dos horas. Muchos ciudadanos han sido afectados por cortes de luz y los desperfectos en vehículos, viviendas y comercio.
Cuando se cumplen ya las dos semanas desde el final de las Navidades, la epidemia sigue imparable. Los datos son muy malos. Alarmantes los 131 muertos en Cataluña, la cifra más alta de la tercera ola. Jornada tras jornada en Andalucía o Galicia pulverizan las cifras del día anterior. Más de 10.000 entre las dos. La gravedad y fuerza de esta tercera ola es demoledora en Valencia. 1 de cada 4 fallecidos en España es de allí. Datos aciagos que se traducen, además, en una presión asistencial insostenible.
El escándalo de la vacunación irregular llega hoy a la cúpula militar. La ministra de Defensa les pide explicaciones tras conocer que ya han sido vacunados contra el coronavirus el jefe del Estado Mayor y otros altos mandos. Y mientras hay Colegios de Médicos, como el de Alicante, que denuncian que se está vacunado a profesionales jubilados y a familiares de trabajadores cuando aún hay médicos en primera línea sin vacunar.
Toda la actualidad del día con David Cantero y Alba Lago.