Una enfermera cristiana es torturada en un hospital paquistaní tras ser acusada de blasfemia

  • Tabitha Nazir Gill, de 30 años, fue atacada en el hospital en el que trabajó nueve años

  • Ella desafió a un compañero de trabajo por romper las reglas y aceptar dinero del paciente

  • Pakistán tiene leyes estrictas contra la blasfemia que conllevan la pena de muerte

Una enfermera cristiana fue atada y torturada por una turba en un hospital después de que un compañero musulmán la acusara falsamente de blasfemia. Tabitha Nazir Gill, de 30 años, fue atacada y golpeada por el personal del hospital de maternidad Sobhraj, en la localidad de Karachi (Pakistán), donde ha trabajado durante nueve años, informa Rabwah Times.

Gill, jefa de enfermería, fue acusada falsamente de blasfemia después de que desafió a un compañero de trabajo por aceptar dinero de un paciente. Se dice que Gill implementó una regla que impide que el personal reciba dinero de las personas que utilizan los servicios del hospital. Después de ver a un compañero de trabajo musulmán romper la orden, les contó sobre su incumplimiento y el miembro del personal posteriormente los acusó de blasfemia.

Han aparecido imágenes en las redes sociales que muestran a un grupo de personas en el hospital golpeando a la mujer. Se puede ver a varias mujeres rodeándola, golpeándola mientras otra parece golpearla con un objeto parecido a un palo.

Se puede ver a un hombre en la multitud enojada tratando de trepar por una ventana para llegar a la mujer antes de que accedan a la habitación en la que se encuentra. También hay denuncias de que fue atada por la turba enfurecida, torturada y encerrada en una habitación antes de ser llevada a la comisaría.

La periodista Naila Inayat tuiteó "el jueves (28 de enero), Gill fue golpeada por el personal del hospital que alegó que hizo comentarios despectivos".

Pakistán tiene leyes estrictas contra la blasfemia que imponen la pena de muerte para las personas que insulten al profeta Mahoma, el Islam, el Corán o ciertas personas santas. Un 98% de la población sigue el Islam y los críticos dicen que la ley apunta a miembros de otros grupos religiosos, incluidos hindúes y cristianos.

Grupos de derechos humanos nacionales e internacionales afirman que las acusaciones de blasfemia a menudo se han utilizado para intimidar a las minorías y ajustar cuentas personales.