Las fuertes rachas de viento en la ciudad turca de Bursa han sembrado el pánico entre los vecinos de la zona que veían volar los escombros con los que había arrasado el propio vendaval.
Varias cámaras de seguridad captan los estragos que los fuertes vientos, de más de 100 kilómetros por hora, causan en una fundición de hierro. Con el paso de las horas, el viento aumentó su intensidad derrumbando árboles y arrasando con cualquier objeto que se encontrara en su camino.
Parapetado tras un asiento, un hombre corre a buscar refugio. En apenas unos segundos, empiezan a volar todo tipo de muebles, trozos de parachoques, diversos objetos métalicos pesados que el viento arrastra con enorme facilidad y que acaban golpeando las paredes.
Si bien se produjeron daños materiales, la policía y los bomberos que fueron enviados al lugar tras la notificación de los residentes del vecindario solo encontraron a una persona herida. Los que estaban en la calle tuvieron que huir para resguardarse.
El vendaval duró tan solo unos 20 segundos, pero fueron suficientes para que parte de esta zona industrial quedara destrozada.