La foto realizada por el exmilitar nepalí y experto alpinista, Nirmal Purja, dejo helado a todo el mundo al denunciar la aglomeración que sufre la cima del Everest.
El alpinista se encontraba en pleno descenso cuando se vio envuelto en un mar de personas que querían llegar a lo más alto. La moda de las redes sociales y el objetivo de conseguir la mejor foto, se han convertido en muchos casos en un gran peligro. El Everest ha pasado de ser una prueba de superación o de apasionados de las grandes alturas a una obligación para aquellos que buscan un selfie de altura.
Purja quiso denunciar lo que estaba viendo, y para ello, se quitó los guantes y con las manos heladas y los dedos entumecidos hizo la foto que daría la vuelta al mundo. Él mismo sintió el peligro de una avalancha que se cobró la vida de diez personas.
“Escalar montañas extremas no se puede convertir en una cuestión de ego", asegura el alpinista que además se está preparando para alcanzar los 148 miles en 7 meses, reto que solo lo ha conseguido un aventurero y tardó unos 7 años. Purja defiende la aventura de subirse al Everest, pero no la locura. Apoya la idea de tomar medidas, y que aquellos aventureros vayan preparados para conquistar la cima, aunque sea acompañados de una aglomeración de alpinistas y de sus restos de basura que hacen pensar que ya no hay nada que conquistar.