Los médicos, tras dudar que fuera posible que este 'jogi' hubiese sobrevivido así a siete décadas, decidieron hacerle pruebas. Durante días estuvo en el hospital indio de Sterling controlado por 35 especialistas y vigilado durante las 24 horas del día por cámaras de seguridad.
De esta manera pudieron comprobar asombrados cómo en ningún momento comió o bebió absolutamente nada y, lo que era más sorprendente, no mostró ninguna muestra de debilidad. Según dicen, prefiere incluso las escaleras al ascensor.
Los médicos continúan sin encontrar una explicación científica a este caso y aseguran que el caso de Prahlad puede servir para desarrollar estrategias para sobrevivir en situaciones en las que no se disponga de agua y comida.
El ermitaño asegura que es capaz de sobrevivir Saji gracias a la bendición de una diosa que se le apareció a los doce años y le tocó la lengua con el dedo.