El incendio de un submarino militar ruso diseñado para investigar el lecho oceánico ha acabado en una gran tragedia: 14 de sus tripulantes han muerto. Ha sido, concretamente, por envenenamiento “por los gases de combustión”, ha explicado el Ministerio de Defensa ruso.
El incidente ha tenido lugar cuando se encontraban en aguas territoriales del país recogiendo datos barométricos, –información sobre el medio marino–, y ha causado una gran conmoción en la nación.
Tras desatarse el fuego, gracias a “las abnegadas acciones” del resto de la tripulación del submarino, finalmente lograron extinguirlo.
El presidente Vladimir Putin ha expresado su dolor y sus “más profundas” condolencias a los familiares de los fallecidos, al tiempo en que la Armada rusa ha abierto la investigación pertinente, dirigida por su comandante en jefe, para esclarecer lo sucedido.
El líder del Kremlin, ha ordenado al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, “hacerlo todo para ayudar y apoyar” a las familias de las víctimas, pidiéndole así mismo que se desplace hasta Severemorsk, –donde se encuentra el sumergible, en la base principal de la Flota Rusa del Norte–, para seguir el curso de esa investigación abierta.
Entre los fallecidos hay siete capitanes de navío, dos de ellos condecorados como héroes de Rusia. “Se trata de una gran pérdida”, ha expresado el ministro de Defensa.