Actualmente, al menos 700.000 personas mueren anualmente por infecciones farmacoresistentes, entre ellas 230.000 por una tuberculosis que no reacciona a los medicamentos. Mientras tanto cada vez más y más enfermedades que eran “comunes” tales como infecciones respiratorias, urinarias y de transmisión sexual se están convirtiendo en imposibles de tratar.
Al mismo tiempo, procedimientos médicos que salvan vidas se vuelven cada vez más arriesgados y los sistemas de alimentación más precarios. “La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores amenazas que enfrentamos como comunidad global. Este informe refleja la profundidad y el alcance de la respuesta necesaria para frenar su aumento y proteger un siglo de progreso en salud”, asegura la vicesecretaria general de la ONU Amina Mohammed.
Mohammed enfatiza que "no hay tiempo para esperar”, e insta a todas las partes interesadas a que sigan las recomendaciones del informe y trabajen urgentemente para proteger a la gente y asegurar un futuro sostenible para todos.
Según el informe los efectos de la resistencia a los medicamentos ya están teniendo consecuencias tanto económicas como de salud debido a las medicinas que pierden su efectividad. Es por ese motivo que el informe en cuestión recomienda lo siguiente:
"Estamos en un punto crítico en la lucha para proteger algunos de nuestros medicamentos más esenciales. Este informe hace recomendaciones concretas que podrían salvar miles de vidas cada año", ha subrayado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.