La policía macedonia ha utilizado gas lacrimógeno y granadas aturdidoras para detener el avance de cientos de migrantes, cansados de los retrasos para entrar el país, que rompieron una puerta de la frontera griega.
Los inmigrantes lanzaron piedras a los policías, pero no ha habido detenciones ni lesiones. Hay unas 6.500 personas varadas en el lado griego de la frontera, algunas llevan ocho días allí con poca comida y agua, mientras Macedonia solo acepta a pocas personas cada día.