"La escapada más aterradora de mi vida", dijo Jesse Esparza, pasajero que comenzó su viaje en San Antonio (Texas). Él fue uno de los testigos que vio cómo descendían miles de metros mientras se producía un 'bombardeo' de granizo, rayos y fuertes rachas de viento hacia el avión en el que iba montado.
Los efectos de la tormenta se pueden ver en la imagen: los cristales de la cabina hecho añicos y el morro del avión hundido. Por esta razón, el piloto no pudo llegar a Phoenix, su destino principal y se tuvo que desviar a El Paso, según recoge The Independent.
Fueron ellos los que retrataron la situación, que calificaron como los "cinco minutos del infierno". En ese momento cientos de objetos volaban por los aires, las personas buscaban bolsas para vomitar y sufrían ataques de pánico. Incluso enviaban mensajes de despedida a sus familiares por si se producía un fatídico final. Por suerte, ninguno de los 130 pasajeros a bordo resultó herido grave, tampoco la tripulación.