El derbi de Manchester estuvo marcado por los incidentes. Una afición enfurecida arrojó objetos al campo. El primero en recibir un golpe fue el jugador del Manchester United Robin van Persie. Ocurrió mientras celebraba el gol de la victoria. Las consecuencias no fueron graves.
Peor suerte sufrió su compañero, el defensa Rio Ferdinand, que recibió un impacto en la ceja. El objeto lanzado era una moneda, proveniente de la grada rival, y le hirió en la ceja, que sangraba sin cesar, por lo que tuvo que ser atendido antes de comenzar el tiempo de descuento.