La inflación y la competencia china amenazan a Wolfsburgo, la ciudad que vive para Volkswagen

Elon Musk se ha implicado de lleno en la campaña electoral de Alemania, apoyando abiertamente a la ultraderecha. Este domingo se celebran esas elecciones en una situación económica muy delicada, tras casi dos años en recesión técnica. Una de las razones, la crisis de uno de sus sectores económicos puntales, el automóvil.

Una de las ciudades alemanas que vive por y para el automóvil es Wolfsburgo donde se encuentra la famosa fábrica de Volskwagen, la mayor de Europa. Y es que la mitad de los 126.000 habitantes de esa ciudad trabajan en la producción de estos coches.

"El 90% de los padres de mis amigos del colegio trabajan en Volskwagen. Ahora nosotros hemos seguido su ejemplo", cuenta uno de los trabajadores de la fábrica. El sector del automóvil y fábricas como esta han sustentado durante décadas a la economía alemana, pero la inflación, las tensiones geopolíticas y la irrupción del coche chino amenazan con cambiarlo todo. De hecho, en Wolfsburgo han llegado a temer convertirse en la nueva Detroit europea.

El modelo chino amenaza el coche europeo

Allí la tormenta ha sido perfecta. La inflación ha hecho que la gente compre coches más baratos que les proporciona China. Producción a gran escala y a menor coste. Pekín ha pasado de ser cliente a competidor.

Con todo, Volskwagen se planteó cerrar varias plantas, pero tras negociar con los sindicatos, lo descartaron. Thorsten Gröger, director del sindicado IG Metal, apunta a una crisis más amplia.

Reducciones de plantilla de hasta 35.000 personas hasta 2030

"Las ayudas al coche eléctrico se han suprimido de la noche a la mañana. Ahora los chinos no solo han alcanzado a los europeos en el tema de la movilidad eléctrica, sino que en algún aspecto los han superado. Hay que volver a ponerse por delante en la competencia con buenos modelos, con tecnología, con liderazgo tecnológico y con innocaciones", sostiene Gröger.

Sin embargo, habrá un recorte de 35.000 puestos de trabajo en los próximos cinco años. Una situación que en menor medida afecta a otras marcas como Mercedes o Porsche con un descenso de las ventas y los beneficios. El nuevo gobierno tendrá que dar impulso a un sector que necesita volver a arrancar.

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