¿Qué provoca que tengamos las manos siempre frías?: desde la anemia a problemas hormonales

Con la llegada del frío, el invierno y la bajada de las temperaturas, las manos de muchos de nosotros se congelan. Tener las manos frías no tiene por qué estar asociado a un trastorno de salud.

El cuerpo es sabio y cuando hace frío prefiere guardar el calor para mantener en buen funcionamiento los órganos vitales restando calor a las extremidades, por eso las manos y los pies son lo primero que se enfrían.

Cuando suben las temperaturas la afirmación anterior carece de sentido y es entonces cuando saltan las alarmas: ¿pueden unas manos frías indicar la existencia de algún tipo de patología? Pues en unos casos es un indicador, pero en otros no hay que preocuparse.

Posibles causas que provocan tener las manos frías

-Presión arterial: los problemas de circulación lo que pueden justificar el hecho de tener siempre las manos frías. El consejo es que, si hay sospechas de que se tienen un problema cardíaco o problemas de flujo sanguíneo, lo correcto es acudir a un médico lo antes posible.

-Cambios hormonales: el hipotiroidismo es otro de los factores que provoca esta tendencia al frío. Cuando las hormonas dejan de funcionar correctamente, es el caso del hipotiroidismo que provoca una disminución en la actividad de la glándula tiroides, el organismo trabaja más lento y uno de sus síntomas es la sensibilidad al frío.

-Cambios hormonales en mujeres: en el caso de las mujeres este fenómeno también se puede producir durante el embarazo y la menopausia y es consecuencia directa de una variación en los niveles de hormonas.

-Ansiedad: ante una situación angustiosa hay personas a las que le sudan las manos y a la vez las sienten frías. Lo que sucede es que se produce una alteración del riego sanguíneo que se manifiesta con una sudoración y un enfriamiento excesivo de las manos.

-Anemia: la anemia como una de las causas habituales de las manos frías. Se trata de una afección que provoca la carencia de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo y cualquier enfermedad que afecte al área metabólica o a las células sanguíneas desestabiliza la capacidad del cuerpo para regular su temperatura, especialmente en las extremidades.