Antonio Jorge Larruy, experto en meditación: “Meditar es crear ese espacio donde uno escapa de la trampa de la mente”

  • Entrevista a Antonio Jorge Larruy uno de los mayores expertos en meditación de nuestro país y fundador de Espacio Interior

  • Hablamos con Antonio Jorge Larruy sobre el verdadero significado de la meditación, una práctica menos sublime y elevada de lo que muchos creen

  • Larruy comparte con NIUS por qué decidió compartir sus conocimientos con los demás después de una etapa en el mundo de los negocios: “Entendí que solo integras y vives algo cuando lo compartes”

Hace apenas cinco años decir que uno o una meditaba era una auténtica extravagancia. Lo recuerdo bien. Algunos me miraban extrañados, otros me preguntaban con curiosidad…¿cómo se hace?, ¿dónde has aprendido?, ¿qué es exactamente meditar? Las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Meditar se ha popularizado. Muchas personas hablan de un antes y un después de la pandemia: bien por los confinamientos, bien por la ansiedad y el malestar derivados de la incertidumbre…el caso es que desde 2020 se ha disparado el número de personas que se han iniciado en la práctica de la meditación. Además, en 2022 también se ha disparado el número de publicaciones científicas sobre los beneficios de la meditación y el mindfulness en la salud mental y el bienestar de las personas.

Aunque meditar ya no es solo cosa de unos pocos, hablar sobre meditación -con toda su profundidad- sí sigue siendo solo cosa de unos pocos sabios y expertos. No es lo mismo practicar mindfulness durante 30 minutos todos los días que vivir conectado con lo esencial y lo profundo de nuestro ser cada instante de la vida.

A punto de terminar este 2022, año en que la meditación ha alcanzado su mayor cota de popularidad en España, hablamos con uno de los mayores expertos en meditación de nuestro país. Jorge Antonio Larruy lleva más de 25 años acompañando a las personas “a que vuelvan a conectar con su esencia” desde el centro que fundó en Barcelona en 1995, Espacio Interior.

Larruy lleva prácticamente toda su vida investigando la mente y utilizando la meditación y su capacidad de ver las cosas en profundidad para vivir con la máxima presencia y plenitud. Parte de su labor es la de desmitificar lo que muchos consideran sobrenatural y romper el mito de que la meditación es algo sublime y elevado. Para él, la conexión con lo que somos, la indagación en lo esencial, es algo mucho más natural de lo que muchos creen.

Experimenta, siente, está en lo que hay, no te hagas ideas de las cosas, permítete ir más allá de la palabra, del concepto. Ese es el desafío: volver a la naturalidad (Antonio J. Larruy, experto en meditación)

Pregunta: Meditar es algo mucho más terrenal y físico de lo que muchos creen…¿qué papel juega el cuerpo en la práctica de la meditación?

Respuesta: El cuerpo es el primer elemento. Utilizamos la experiencia del cuerpo o de un objeto en el sentido de pasar del mundo mental y conceptual a una experiencia viva. La actitud meditativa tiene dos tránsitos: el primero es el tránsito del mundo conceptual a la dimensión experiencial. En este sentido, la conciencia del cuerpo te puede reinstalar en la experiencia y es extraordinariamente útil, igual que puede serlo cuando escuchas un sonido y, en lugar de quedarte con los significados, la definición, la conceptualización, simplemente reconoces ese sonido como lo que es, una vibración, una experiencia y una energía. La segunda gran fase en un proceso meditativo es darme cuenta de que toda experiencia tiene un origen y un fin. Eso nos adentra en la magia de lo que podemos llamar vacío, silencio, esencia, ser. Es decir, para nosotros, la mayor parte del tiempo el cuerpo es un concepto más, pero el cuerpo no es el concepto que tenemos de él, ni es estable, ni es autónomo…estos son errores, creencias erróneas que nos llevan a tener un acercamiento equivocado al cuerpo. Sabemos científicamente que son creencias erróneas. Cuando tú te sumerges en la experiencia del cuerpo, tu cuerpo te abre a la energía. Te abre a la pulsión, a las sensaciones, a la vibración, a la energía… y vas descubriendo que eso no tiene un límite, y esa energía, a su vez, te abre la puerta hacia esa dimensión profunda. O sea, el cuerpo por supuesto que es una herramienta importante. Cualquier cosa lo es para pasar de la idea a la experiencia y de la experiencia a esa esencia.

P: Qué curioso que vivamos en el paradigma del culto al cuerpo y, sin embargo, estemos la mayor parte del tiempo tan desconectados de esa dimensión tan profunda del cuerpo…

R: De hecho, un problema gravísimo para muchas personas es la identificación con una idea de un cuerpo y con la aspiración a un ideal, la frustración por estar lejos de ese ideal y el sufrimiento terrible que para muchas personas eso conlleva. Una de las cosas que enseñamos en Espacio Interior es: baja, experimenta, vuelva a sentirlo y a disfrutar el cuerpo, que es una energía maravillosa, gozosa, es puro bienestar. Pero cuando lo piensas, como todo lo que piensas, está vacío de contenido. Y el contenido lo proyectas hacia un ideal. El mecanismo de la mente es este: convierte la realidad en una idea carente de contenido, y el contenido tu mente lo proyecta. O sea, es un proceso de identificación que genera proyección. Entonces, todo el día vivimos de ideales; ideales a los que si me acerco me generan una especie de pseudobienestar artificial, pseudoeuforia y, si me alejo, me genera sufrimiento. Al final volvemos a la necesidad de: experimenta, siente, está en lo que hay, no te hagas ideas de las cosas, permítete ir más allá de la palabra, del concepto. Ese es el desafío: volver a la naturalidad.

 P: ¿Entonces podemos decir que meditar más que ‘elevarnos’ lo que nos permite es anclarnos en nosotros?

R: El proceso meditativo es esto al final. Es muy natural y simple, te permite un conocimiento de la subjetividad para desprenderte de ella, con lo cual te abres a una dimensión que no tiene rango personal, una dimensión de conciencia donde el límite no existe, una dimensión de energía donde el límite no existe, una dimensión de un sentir profundo donde el límite no existe. Entonces, poco a poco te vas encontrando que ese es tu hogar.

Yo sabía de algún modo que mi labor iba a ser otra y que iba a tener que ver con todo lo que para mí era verdaderamente relevante y con compartirlo con los demás llegado el momento (Antonio J. Larruy, experto en meditación)

P: ¿Cómo y cuándo te desprendiste tú de esa subjetividad?, ¿fue de una manera natural?

R: A mí, el encuentro con esa sabiduría natural se me produce muy temprano porque entro en contacto con una persona que es Antonio Blay -un sabio de primer orden cuyo legado no fue suficientemente valorado y reconocido-. Yo me encuentro con él en mi tierna infancia y a los 15 años ya me vuelco a entender estas cosas. A los 18 ya tengo ese compromiso con la sabiduría, con el conocimiento, con el buen vivir, con el poner por delante la autenticidad, con la conexión con lo que somos, con la indagación en lo esencial. Creo que todo eso ya estaba presente en mí, pero se me activa ahí.

P: A pesar de tener esto tan claro desde muy joven, tu debut en el ámbito profesional fue algo más 'estándar'. Creo que empezaste a trabajar en el negocio familiar…

R: Lo que ocurre en ese momento es que echo mano de lo que tenía. Lo que tenía cerca era mi entorno familiar en el que había un negocio textil en el territorio de la moda y bueno, al principio lo uso simplemente como medio de subsistencia para intentar en paralelo llevar mi vida contemplativa, que es lo que realmente me importaba. Lo otro era un medio para tener unos ingresos y poco más. Poco a poco entendí que debía implicarme, que todo esto interno y profundo estaba ahí para manifestarse en lo concreto, que todo esto tenía que impregnar y estar activo en cualquier actividad. Entonces me involucro en el ámbito del negocio familiar y voy adquiriendo responsabilidades mayores, pero con el convencimiento absoluto de que eso no es para mí. Yo me involucro en ese trabajo porque entiendo que me irá bien en una clave de crecimiento. Yo sabía de algún modo que mi labor iba a ser otra y que iba a tener que ver con todo lo que para mí era verdaderamente relevante y con compartirlo con los demás llegado el momento. 

P: El momento de volcar todo eso hacia fuera llegó después de un largo proceso de crecimiento personal…¿es así como debería ser siempre?

R: En mi caso sí pasó un periodo de tiempo largo de trabajo interno y de una integración de esas cosas que intuía al principio muy dentro. Hay cosas que al principio se entienden y se intuyen, pero hasta que eso se va integrando, se requiere una maduración que no suele ser rápida porque requiere una integración progresiva. Mi manera de trabajar en Espacio Interior ya nace desde ahí. No busco éxito, prestigio, reconocimiento, ni dinero. Por fortuna eso no me ha interesado nunca. Tuve ese afortunado despertar siendo muy joven de decir; todo eso que me promete el ‘tener’ sé que no me interesa. Esa etapa que tuve [en el mundo de los negocios] es una etapa de implicación en el mundo de la que tengo muy buen recuerdo. Disfruté esa etapa que fue muy distinta de lo que estoy haciendo ahora a sabiendas de que eso era algo temporal y que terminaría cuando cumpliera la misión de forjar aspectos de mí que necesitaban estar maduros.

En un momento de mi vida me di cuenta de que, si tú quieres vivir algo, eso ha de estar presente en todo instante de tu vida (Antonio J. Larruy, experto en meditación)

P: Te podías haber guardado para ti y para tu entorno más cercano todos esos aprendizajes ¿Por qué decidiste dar ese salto y compartirlo con otros?

R: Esto se produce porque me doy cuenta de que la manera de poder vivir instalado ahí es poder compartir esto: que solo integras y vives algo cuando lo compartes. Es evidente que podía compartirlo igual en cualquier ámbito, de eso soy muy consciente. Hoy en día que todo esto se ha puesto de moda, todo el mundo quiere hacer de coach y yo les digo a muchos que veo que eso requiere todo un talante, unas capacidades que unos las tienen más para unas cosas que para otras. Esto profundo es adaptable a cualquier ámbito ¡y eso lo que necesitamos! El que tiene un perfil más empresarial: Pues oye, despierta lo profundo en ese entorno empresarial. Lo que ocurre es que, en mi caso, siempre he tenido esa vertiente más vocacional de enseñanza y comunicación. En un momento de mi vida me di cuenta de que, si tú quieres vivir algo, eso ha de estar presente en todo instante de tu vida (…) A mí, lo que me pasa es que tengo una poderosísima necesidad de que allá donde esté impere un clima de verdad y luz, de buen rollo, de gozo, de energía. Hemos generado un espacio, que se llama Espacio Interior, que es un lugar donde eso es la prioridad y eso lo extiendo a todo en mi vida, a mi casa, a los lugares donde voy…

P: ¿Cómo haces para no frustrarte en una sociedad tan superficial como la nuestra, con tantas personas viviendo en una dimensión tan poco profunda?

R: Hay una etapa importantísima en la que te das cuenta de que cuando el otro te altera, es su problema y que, por tanto, es el mejor regalo que te pueden hacer. El otro se convierte en un espejo. Cuando uno ya entiende que el otro es un espejo de sí mismo, la proyección de su propia sombra, se abre un camino maravilloso y, en lugar de ser una maldición, se convierte en una bendición, en un eslabón necesario en tu crecimiento y tu despertar. 

Generar ese espacio de uno, ese espacio de libertad, requiere adquirir nuevos hábitos (Antonio J. Larruy, experto en meditación)

P: Miro a mi alrededor y tengo la sensación de que la mayoría de las personas tienen ese despertar o entrada de conciencia por una situación traumática, ¿tú qué crees?

R: Lo más frecuente es que haya un primer ‘despertar’ a través del sufrimiento, sí. Es bastante extraño que sea desde el discernimiento. Lo más habitual es que la persona entre en una crisis que le hace cuestionarse las cosas. Lo que pasa es que del cuestionamiento inicial a luego la progresiva maduración es donde media el trabajo. Esto es muy importante porque muchas personas, en el momento en que ponen en jaque o ponen en cuestión su manera de vivir  - y la pandemia ha propiciado mucho esto- esto les supone una revolución y empiezan a darse cuenta de que la solución no está fuera, sino dentro…eso es un cierto despertar, sí; pero luego ahí hay que trabajarlo. Está muy bien que te des cuenta de que ha habido mucha trampa y cartón, que muchas cosas de las que vivías son ilusorias, pero a partir de ahora hay que hacer todo un trabajo para reconocer lo que es real y para verdaderamente poderte desprender de todo esto, este sufrimiento que al final está ligado a una mentalidad. Se necesita un buen trabajo, completo e integral para que realmente la transformación sea una transformación completa. Eso es a lo que me he consagrado: no a una divulgación o una labor de meramente abrir una puerta, sino de acompañar a la persona ya cuando esa puertecita se empieza a abrir; acompañarla a traspasar el umbral y entrar en esa nueva casa, a volver a su hogar original.

 P: Para terminar: cuéntame qué hacéis exactamente en espacio Interior. Parece algo muy contracultural porque reivindicas la pausa y el silencio en lugar de mantener el ritmo frenético que nos impone la sociedad…

R: Adquirir rutinas es otra de las labores principales a las que me he comprometido en Espacio Interior; no solo ayudar, también a que la gente establezca nuevas rutinas en este sentido de tener espacio para poder generar esa intimidad y ese margen de conocimiento y de distancia. Desde hace 27 años estamos acompañando en la meditación a las personas cada mañana para establecer espacios de diálogo en los que vamos viendo los límites de la mentalidad y cómo hay que ir reformando esa mentalidad. Esto es más laborioso de lo que a priori pudiera parecer porque el mundo tiene su mejor aliado en nuestro inconsciente. Nuestro inconsciente ha estado programado por el mundo y entonces claro, si no hay un trabajo personal, estamos totalmente atrapados entre las creencias inconscientes y un mundo que las está reafirmando constantemente. Generar ese espacio de uno, ese espacio de libertad, requiere adquirir nuevos hábitos. Ese espacio de encuentro íntimo, llámalo meditar, llámalo como quieras, es un espacio íntimo donde uno escapa de la trampa de la mente a través del adentramiento en la experiencia. Esto se necesita para generar la fortaleza suficiente para plantar cara al fantasma del mundo. Desde ese lugar vas a poder restablecer una nueva relación con el mundo y vas a poder reorquestar toda esa mentalidad inconsciente que necesita ser reprogramada con urgencia.