‘Cookie jarring' o ligar teniendo pareja: “No quiero nada, pero me gusta tener opciones”

Agárrate que vienen curvas, y es que un nuevo término inglés se ha puesto de moda: se trata del cookie-jarring’. No es ni una receta de galletas ni el título de una canción de Harry Styles, sino una dinámica bastante tóxica en las relaciones de pareja que probablemente has vivido alguna vez.

¿Qué es el cookie-jarring?

Conoces a una persona, empezáis a quedar y decidís, de forma consensuada, cerrar la relación para que sea exclusiva y monógama. Hasta aquí, todo bien. Pero de repente, descubres que tu pareja tontea con otras personas. Le plantas cara y su argumento es que “no quiere nada, pero le gusta tener opciones”.

Esta es precisamente la situación de P., de 29 años. El joven, que ha pedido no revelar su nombre para mantener el anonimato, confiesa que en las relaciones de pareja le gusta tontear con otras personas. “En primer lugar, me gusta gustar”, reconoce abiertamente, “pero también me gusta saber que si una relación va mal, tengo algo de repuesto”.

De vez en cuando, P. hace lo que él denomina “dosis de recuerdo”: escribe a sus exligues y, si tiene ocasión, tontea con desconocidas a las que sigue en Instagram. Así amplía su cartera de potenciales ligues. “Con esto consigo que se acuerden de mí. Quiero ser inolvidable”. Finalmente, cuando una relación seria sale mal, busca entre sus contactos. “Siempre funciona”, afirma orgulloso. Lo que no suele funcionar son sus relaciones de pareja, puesto que su última novia le dejó precisamente al descubrir esto.  Para lidiar con el duelo post-ruptura, salta a otra nueva relación a veces de solo sexo y a veces algo más seria.

Lo que este joven realiza es, por desgracia, más frecuente de lo que pensamos, y es que el ‘cookie-jarring’ hace referencia a la tendencia a salir con una persona, pero tontear con otras para tener un “reemplazo” por si la relación falla. Siguiendo la analogía, tienes una jarra llena de galletas que guardas en la despensa por si te entra hambre.

Las inseguridades detrás del cookie-jarring

El comportamiento de P. (y de muchas otras personas) a menudo se justifica o incluso se toma a broma, pero detrás del cookie-jarring encontramos grandes inseguridades y riesgos:

  • El miedo atroz a la soledad. Es como si no tener pareja fuese lo peor que te puede pasar.
  • Los problemas de autoconocimiento y, a mayores, de autoestima. Si no dedicas tiempo a conocerte, difícilmente vas a quererte.
  • La predisposición a las relaciones de pareja codependientes. Si vuelvas tus miedos en la primera persona que te hace caso, es muy fácil desarrollar problemas de celos, posesividad, hiperexigencia y pasivoagresividad.
  • La ausencia de conexión emocional con tu pareja. Tienes muchas personas en tu lista de contactos amorosos, pero nadie con quién conectes del todo a nivel psicológico. ¿Te suena?
  • La falta de responsabilidad afectiva y la consecuente cosificación de tus ligues. Tratar a tus ligues como “galletas” que puedes comerte a tu antojo o dejar pudriéndose en un bote es un indicador de poca empatía. No pasa nada si no quieres una relación seria, pero es bastante injusto que juegues con los sentimientos de los demás.

Para evitar estos riesgos, lo ideal es crear relaciones sinceras y dedicar algo de tiempo a autoconocerte. Descubre tus necesidades, tus miedos, tus carencias, y no proyectes tus inseguridades en los demás.

Si tienes dificultades a la hora de relacionarte de forma sana contigo mismo o con los demás, busca ayuda psicológica.

¿Estás siendo víctima de cookie-jarring?

Si tu pareja tiene a otras personas en el banquillo por si las moscas, tienes todo el derecho del mundo a enfadarte y comunicarlo. Pero, ¿cómo?

  1. En primer lugar, expresando tus emociones. ¿Qué es lo que te molesta? ¿Por qué te molesta? ¿Qué te hace sentir esta situación? Pon en común esto con tu pareja.
  2. En segundo lugar, dejando claro a tu pareja lo que esperas de él o de ella. No importa si tenéis una relación monógama, abierta, poliamorosa o si simplemente estáis tonteando. Tienes derecho a poner tus límites y reglas.
  3. En tercer y último lugar, priorizando tu autocuidado. Si tu pareja no quiere cumplir tus límites o te da la razón, pero a la hora de la verdad los ignora, aléjate.

Si una relación tóxica está destruyendo tu autoestima y no sabes cómo actuar, busca ayuda profesional.