Luz infrarroja, la tecnología que descubrió la NASA y mejora tu energía: “10 minutos al día es suficiente”

Una persona toma un baño de luz infrarroja
Una persona toma un baño de luz infrarroja. MitofitX
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Imagina una tecnología que, sin pastillas, cirugías ni ningún tipo de tratamiento invasivo, pueda ayudarte a tener más energía, recuperarte más rápido después del gimnasio y mejorar tu piel. Suena a ciencia ficción, pero es real y está respaldada por médicos y científicos de distintas áreas. Se trata de los baños de luz roja infrarroja cercana y están ganando popularidad día a día.  

Roberto Espinosa, responsable de la empresa Mitofit-X, es experto en este tipo de tratamientos: "Esto no es nuevo. Se descubrió hace más de 30 años gracias a la NASA. Estaban probando luces para hacer crecer plantas en el espacio, y un astronauta notó que una herida en su mano se curaba más rápido bajo ciertas longitudes de onda. A partir de ahí, empezaron a investigar y descubrieron que estas luces interactúan con las mitocondrias, las 'centrales energéticas' de nuestras células, mejorando la regeneración celular y la producción de energía”, explica.  

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Estas luces interactúan con las mitocondrias, las 'centrales energéticas' de nuestras células, mejorando la regeneración celular y la producción de energía

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Lo que hace unas décadas era una tecnología reservada a la NASA, con el paso del tiempo comenzó a ser de uso habitual entre los atletas de élite y hoy en día es accesible tanto para ellos (más del 50% de los medallistas olímpicos americanos en los Juegos de París usan luz roja como parte de su entrenamiento) como para cualquiera que quiera dar un paso extra en su cuidado personal, sentirse mejor, rendir más y envejecer con salud.  

Vivir en interiores

La explicación de por qué el ser humano necesita este tipo de luz se apoya en el hecho de que ahora vivimos en interiores y perdemos gran parte de la aportación que el sol nos ofrece de ella. “El 53% de la luz solar que nos llega es luz roja e infrarroja, pero al vivir en interiores perdemos esa radiación, lo que afecta a nuestras células. La luz roja infrarroja actúa como un suplemento de sol, ayudándonos a compensar esa carencia”, comenta Roberto, que tiene en su equipo expertos en diversos campos que respaldan estos baños de luz. 

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Es el caso, por ejemplo, del doctor Óscar Baro Pato, quien nos ofrece una explicación más técnica:  “La fotobiomodulación con luz roja aumenta el potencial de la membrana mitocondrial y la producción de ATP (molécula portadora de la energía). De esta manera puede incrementar la demanda de glucosa en las células, disminuyendo sus niveles sanguíneos, como así indican ya estudios publicados, concretamente en febrero de 2024”.

Gema Casado, nutricionista y directora del equipo médico-científico de Mitofit-X, nos aporta también su visión como experta: “La luz roja es una herramienta innovadora que nos permite mejorar los ciclos naturales impulsando la salud y el equilibrio del organismo”.

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“A través de la ciencia, la terapia de luz roja consigue rejuvenecer la piel, acelerar la recuperación muscular y combatir el dolor”, añade Álvaro Otero, fisioterapeuta y asesor del equipo científico.

Todos ellos coinciden en que los baños de luz roja no son la panacea sino que ayudan a mejorar tu saluda. Que nadie busque en esto un tratamiento milagroso.

"Esto no es una solución mágica. Es un complemento que puede aportar un 5% o 10% extra en tu salud, pero debe acompañarse de un estilo de vida saludable”, apuntan.  

Esto no es una solución mágica. Es un complemento que puede aportar un 5% o 10% extra en tu salud

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Roberto Espinosa, de hecho, profundiza en este aspecto: “Es como tomar un suplemento de magnesio o de omega-3. Si puedes tomar el sol, tómalo. Pero como hoy en día pasamos tanto tiempo en interiores, la luz roja infrarroja es una forma de compensar esa falta de exposición solar”.

Tiempos, distancias y momentos

Así pues, y conociendo bien cuáles son sus beneficios y su respaldo científico, pasemos a conocer cómo se puede acceder a este tipo de tratamiento. “Los baños deben durar entre 10 y 20 minutos al día. Con eso es suficiente. Y se deben hacer entre tres y siete días a la semana y situándose a unos 40 centímetros de los paneles”, comenta Roberto, que además puntualiza: “El mejor momento para hacerlo sería al amanecer o al atardecer, para sincronizar además con tu ritmo circadiano”.  

Más allá de esos 20 minutos, de poco o nada sirve exponerse a este tipo de luz: “No tiene sentido exceder estos tiempos", advierte Roberto. "Los beneficios siguen una curva: después de un punto, no obtienes más ventajas. Es como hacer ejercicio: más no siempre es mejor”.  

Hablemos de la seguridad de estas terapias. “No hay efectos adversos descritos en los estudios científicos que se han realizado. Esta luz es inofensiva y no tiene contraindicaciones conocidas. Sin embargo, siempre recomendamos consultar con un médico en casos de enfermedades específicas, como cáncer o diabetes”, advierte Espinosa.  

La ruz infrarroja, así las cosas, es recomendable para cualquiera pero aún lo es más si te gusta hacer ejercicio: “Puede ayudarte a mejorar tu recuperación y rendimiento. Recomendamos usarla antes y después del entrenamiento. Una media hora antes para mejorar el rendimiento, y en las dos horas siguientes para acelerar la recuperación. No solo te ayudará a recuperarte más rápido sino que también puede mejorar tu rendimiento”, explica Roberto.  

Puede ayudarte a mejorar tu recuperación y rendimiento. Recomendamos usarla antes y después del entrenamiento

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Mención aparte merecen las personas con algún tipo de molestia, dolor crónico o articular, muy comunes después de los 50. Aquí, la luz roja también puede ser una gran ayuda: “Hay estudios que respaldan su uso para el dolor lumbar, las rodillas y otras dolencias comunes. Hay mucha evidencia de que ayuda a reducir el dolor crónico y agudo, incluyendo dolores postoperatorios y neurológicos".  

Para finalizar, no podemos pasar por alto la relación entre la luz infrarroja y el envejecimiento. No en vano, el propio Roberto nos explica que se interesan mucho más por sus productos los que ya han superado los 50 que los que aún no han llegado a los 30. 

Y es que uno de los aspectos más interesantes de la luz roja es su impacto en la longevidad. Roberto lo explica así: "La mitocondria es clave en el envejecimiento. Mantenerla eficiente ayuda a retrasar el deterioro celular. La luz roja puede mejorar la función mitocondrial, contribuyendo a una mayor longevidad y calidad de vida. En sólo unas semanas se notan mejoras en las arrugas, pero el beneficio real es interno: mantener el sistema inmunológico fuerte y las células funcionando correctamente. Esto no es magia, es ciencia. Y aunque no es la solución a todos los problemas, puede ser ese extra que necesitas para sentirte mejor, rendir más y envejecer con salud", concluye Espinosa.