El test para saber si estás quemado en el curro y 7 consejos de experto para remediarlo
Para Carlos Cenalmor, “sufrir burnout supone la destrucción de tu cuerpo, de tu mente y de tu espíritu. Una destrucción lenta... pero firme”.
El síndrome de trabajador quemado no se cura, y la única manera de que no acabe contigo es salir de la situación que lo provoca
Cuidarse física y mentalmente, decir “no” más a menudo y establecer relaciones enriquecedoras, entre las recomendaciones para evitarlo
“Lo peor del burnout es que te va quitando la vida sin que te des cuenta”, así de contundente se muestra el doctor Carlos Cenalmor cuando habla del burnout, el síndrome de agotamiento profesional que afecta al 70% de los trabajadores según el estudio "Global Workforce of the Future 2024" del Grupo Adecco.
Cenalmor sabe de lo que habla, sufrió este síndrome, reconocido como enfermedad por la OMS, y decidió cambiar de vida. Él logró escapar, y ahora publica El síndrome de burnout, donde explica porqué ha decidido dedicar su vida a ayudar a otros a salir del atolladero.
Tómatelo en serio
Si estás quemado en el trabajo no te lo tomes a la ligera. “Padecer burnout no significa simplemente pasar por una etapa de estrés alto y de cansancio o estar harto de tu trabajo. Tu cuerpo está reaccionando de una manera muy lógica a un estilo de vida y a un modo de trabajar que no es nada lógico, sino antinatural, pero las consecuencias son graves. Supone la destrucción de tu cuerpo, de tu mente y de tu espíritu. Una destrucción lenta... pero firme. Una destrucción que deberías intentar evitar a toda costa. Y si ya estas dentro, deberías poner toda tu energía para salir de ahí”, explica el doctor Carlos Cenalmor. Y añade algo importante: “el burnout no se cura, y no se puede vivir con él eternamente. Hay ambientes o ritmos de trabajo que son imposibles de sobrellevar. No hay manera de gestionar con éxito el estrés crónico. La única forma sana de hacerlo es evitarlo. Punto”, afirma.
El test
Quien más quien menos todos pasamos malas épocas en el trabajo, y no por ello decidimos cambiar de vida. Generalmente aguantamos hasta que pase el chaparrón, pero ¿cómo diferenciar una mala temporada laboral, de sufrir síndrome de burnout?
El doctor Cenalmor ha elaborado un test que te permite medir tu nivel de burnout. Se debe puntuar cada pregunta según esta escala:
- A veces me pasa, 0 puntos.
- Es raro o nunca me pasa, 1 punto.
- Me sucede con frecuencia, 2 puntos.
- Me sucede casi todos los días, 3 puntos.
Estas son las preguntas:
- No soy capaz de separar con éxito mi vida laboral de mi vida personal.
- Estoy cada vez más cansado, tanto dentro como fuera del trabajo.
- Mi trabajo no me devuelve una sensación de satisfacción personal, más bien lo vivo como algo mecánico o monótono.
- Las personas a las que ayudo en mi trabajo -clientes, pacientes, compañeros…- cada vez me importan menos y más bien las trato como objetos impersonales.
- No me siento ni involucrado ni ilusionado con mi trabajo.
- Me doy cuenta de que disfruto mucho menos que antes de mi día a día, tanto en mi trabajo como en mi vida personal. No conecto con lo que vivo.
- Tengo dificultades para concentrarme bien y aprovechar el tiempo.
- Tengo problemas digestivos, dolores musculares, irritaciones en la piel o problemas de salud que nadie me logra resolver ni se conoce la causa.
- Me siento más inseguro que antes en el trabajo. Procrastino tareas o decisiones para no enfrentarme a ellas.
- Mi trabajo me agota emocionalmente, me deja sensaciones de apatía, tristeza o angustia.
- Siento que no me queda tiempo para nada en mi vida cuando termino de trabajar.
- Con frecuencia estoy enfadado o irritado en mi día a día laboral, y a veces en casa.
- Duermo mal. Tardo en quedarme dormido por la noche o me despierto a las pocas horas con la cabeza acelerada, pensando en todo lo que tengo que hacer.
- Ahora no le veo sentido a mi trabajo, incluso aunque antes me llenara profundamente.
Suma el resultado y comprueba cuál es tu nivel de burnout. Si el resultado está entre el 0 y el 6, estupendo, no tienes estrés laboral. Si estás entre el 7 y el 25 tu nivel de burnout es moderado y deberías hacer algunos cambios, si no quieres que la cosa vaya a más. Si estás entre el 25 y el 42, estás realmente quemado, y debes tomar medidas urgentes para evitar serios problemas físicos y mentales.
Los 7 consejos para escapar del burnout
Hace unos años el doctor Cenalmor se dio cuenta de que estaba quemado. Su trabajo no le hacía feliz, al contrario, le producía desasosiego, cansancio, insomnio e incluso depresión. Siguió durante un tiempo aguantando hasta que una hernia discal lo tumbó en cama. Fue la señal de que había llegado el momento de cambiar. Y lo hizo. Se fue a vivir a la montaña, montó una clínica allí y tomó las riendas de su vida. Ahora se dedica a ayudar a personas que sufren burnout a salir de él, y ha establecido un método que, según asegura, funciona. Lo resume en 7 claves:
- Pon un límite claro ente el tiempo de trabajo y el resto de tu vida. Aquí la palabra clave es “(des)conexión”. La única forma de conectar contigo mismo, con tu vida y con tu trabajo plenamente, es saber desconectar del trabajo cuando llega el momento. O desconectas bien, o empezarás a llevar a tu mente al agotamiento. Sin desconexión no hay conexión.
- Haz una lista de las cosas que te apasionan fuera del trabajo y dedica tiempo a ellas: ese hobbie que siempre has querido hacer, esa novela que tienes en tu lista de pendientes, o ese grupo de amigos que hace tiempo que no ves. Para que la desconexión sea efectiva, debes tener otras cosas fuera a las que conectarte, y así se lo estarás poniendo fácil a tu mente.
- Introduce pequeñas dosis de autocuidado físico a lo largo de la jornada laboral: hacer breves descansos en los que cambies de postura, en los que salgas, sientas el contacto de la luz solar, dejes que tus ojos posen su mirada en el horizonte y en el que te muevas físicamente (caminar, hacer algunas sentadillas u otro ejercicio) es beneficioso para liberar tensiones y mantener la mente clara. Estos pequeños descansos sirven para estar fresco durante el máximo tiempo posible.
- Establece límites claros y aprende a decir no. Algunas personas no lo hacen por sensaciones de culpabilidad, por necesidad de agradar a los demás, o por deseo de querer poder con todo. Un “no” a tiempo te ahorrará muchos problemas futuros.
- Desarrolla relaciones significativas y positivas con tus compañeros de trabajo. Algunas personas prefieren tener relaciones distantes en su ambiente laboral porque piensan que así les será más fácil desconectar después del trabajo. Pero es un error: tener vínculos sólidos y en los que te encuentres a gusto en tu ambiente laboral aumentará tu sensación de seguridad, confort y disfrute en el trabajo. Especialmente tus compañeros: te servirán de refugio en las épocas marcadas por los problemas o la sobrecarga.
- Establece metas claras: desde el micro al macro. Por un lado, ten claro hacia qué objetivo a medio y largo plazo te estás dirigiendo con tus esfuerzos. Por otro lado, en cada día y semana ten claras tus tareas a completar. Sé realista con lo que puedes lograr en un día, para marcharte a casa con la sensación de haber cumplido lo que debías y poder así desconectar. Si te pones metas irreales estarás destinando irremediablemente a tu mente a volver a casa con sensación de insatisfacción, incluso a pesar de haber trabajado con mucha intensidad ese día. Y esta sensación será un paso más hacia el burnout o el empeoramiento de este.
- Plantéate retos que te ilusionen: a veces el problema que nos está llevando al burnout es la monotonía, la falta de retos, el sentir que no tenemos un rol especial a través de nuestro trabajo. Plantéate en que rama de tu profesión te gustaría crecer, o hacia qué rumbo te gustaría orientar tu carrera. Un nuevo camino puede hacer que veas tu itinerario profesional con una mirada mucho más fresca y estimulante.
El experto nos deja una reflexión para terminar: “no olvides que este momento no volverá. Que la vida es un regalo que se te da a cada instante. Y que el estrés crónico y el burnout te arrebatan cada uno de esos momentos. Momentos que no volverán. La vida es un regalo que se te da a cada instante. Y el estrés crónico y el burnout te arrebatan cada uno de esos momentos. Momentos que no volverán. ¿Vas a hacer algo?”.
