Por qué estamos hoy más inflamados que hace 50 años, según una experta dietista
La inflamación crónica se ha convertido en el concepto médico de moda, pero hace 50 años apenas se hablaba de esta condición
La dietista Clàudia Llopis explica por qué la inflamación crónica es más prevalente con el estilo de vida moderno
Clàudia Llopis, sobre qué hacer si te sientes inflamado: “A partir de los 50 hay cambios celulares y metabólicos”
En los últimos tiempos la inflamación crónica se ha convertido en el concepto médico de moda. Cada vez más gente se reconoce víctima de este mal silencioso que ya es la principal causa de muerte en el mundo, según una investigación publicada en 'Nature'. Desde principios de siglo, se han multiplicado los estudios que asocian la inflamación sistémica con múltiples enfermedades, desde la diabetes hasta el alzhéimer, pasando por el asma o el cáncer. Hace 50 años apenas se hablaba de esta condición, pero ¿significa eso que las generaciones pasadas vivieron menos inflamadas que nosotros?
En realidad, si la inflamación silenciosa antes pasaba más desapercibida era porque faltaba tecnología de diagnóstico. Ni existían métodos tan precisos para detectar marcadores inflamatorios de bajo grado, ni se entendía su rol como denominador común en las enfermedades comunes. Además, la inmunología ha avanzado en las últimas décadas lo suficiente como para que ahora sepamos que la labor del sistema inmune va mucho más allá que solo combatir infecciones.
Pero aunque la inflamación no tuviera tanta atención antes como ahora, sí es cierto que hoy estamos más inflamados. "Actualmente la inflamación crónica de bajo grado es un problema mucho más frecuente que hace 50 años. Aunque la esperanza de vida ha aumentado, también lo han hecho las enfermedades inflamatorias como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, los trastornos autoinmunes y las enfermedades neurodegenerativas", nos explica la dietista integrativa y experta en estilo de vida antiinflamatorio Clàudia Llopis, autora del libro 'Vida antiinflamatoria' (Zenith).
Son múltiples los factores relacionados con el estilo de vida moderno que han cambiado drásticamente en las últimas décadas, contribuyendo a que la inflamación crónica sea más prevalente. Llopis nos detalla los siguientes:
Cambio en la alimentación
"Antes, la dieta estaba basada en alimentos frescos, de temporada y mínimamente procesados. Ahora, gran parte de la alimentación proviene de productos ultraprocesados, ricos en azúcares refinados, harinas, aceites vegetales refinados y aditivos químicos", nos explica la experta. También contribuye a aumentar la inflamación sistémica el "mayor consumo de azúcar y harinas refinadas, que generan resistencia a la insulina, y la "reducción de grasas saludables (omega-3) y aumento de grasas inflamatorias (omega-6 en exceso) presentes en aceites refinados y procesados".
Disrupción de los ritmos circadianos y peor calidad del sueño
"La exposición excesiva a pantallas y luz artificial en la noche ha alterado la producción de melatonina, afectando la calidad del sueño", indica Llopis, lo que contribuye a que durmamos menos y peor, aumentando así el estrés oxidativo y la inflamación.
Estrés crónico y aumento del cortisol
"Hace 50 años, la vida tenía un ritmo más pausado, con menos estímulos constantes. Ahora, estamos hiperconectados y sobrecargados mentalmente, lo que mantiene altos los niveles de cortisol", explica la dietista. Esta hormona, cuando se mantiene elevada, provoca que la inflamación aumente.
Sedentarismo y menor contacto con la naturaleza
El signo de nuestros tiempos es pasar muchas horas sentados, con escasa actividad física diaria. "Antes era más común caminar, hacer trabajos manuales y estar en movimiento", apunta Llopis, que también hace referencia a un menor contacto con la naturaleza en la sociedad actual, "lo que afecta la regulación del sistema nervioso y la inflamación".
Mayor exposición a toxinas ambientales
La experta subraya que "en los últimos 50 años, ha aumentado la contaminación ambiental, la presencia de disruptores endocrinos en cosméticos y plásticos, y el uso de pesticidas en la agricultura". Estas sustancias alteran el sistema inmunológico y favorecen la inflamación crónica.
Pérdida de la diversidad de la microbiota intestinal
Nuestra dietista concluye advirtiendo de cómo la alimentación moderna, el exceso de antibióticos y el estrés han afectado a la microbiota intestinal, "reduciendo su diversidad y aumentando la permeabilidad intestinal (intestino hiperpermeable), lo que facilita la inflamación sistémica".
