Tabaquismo

El humo del tabaco de los padres daña los pulmones de sus hijos hasta la adultez, según un estudio

Un padre fuma delante de su hijo. Pexels
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La exposición de un padre al tabaquismo pasivo durante la infancia puede perjudicar la función pulmonar de sus hijos durante toda su vida, poniéndolos en riesgo de padecer EPOC, un riesgo que aumenta aún más si ellos mismos son fumadores pasivos durante la infancia, según un estudio de la Universidad de Melbourne (Australia) publicado en la revista respiratoria 'Thorax'.

Los hallazgos resaltan los daños intergeneracionales del tabaquismo, comentan los investigadores, quienes instan a los padres a interceptar este legado dañino evitando fumar cerca de sus hijos. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), más conocida por sus siglas en inglés, incluye la bronquitis crónica y el enfisema.

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Esta es actualmente la tercera causa de muerte a nivel mundial, la EPOC causa la muerte de alrededor 3 millones de personas al año, según los investigadores.

Mayor riesgo de asma

Varios factores a lo largo de la vida pueden aumentar el riesgo de una función pulmonar deficiente y la posterior EPOC, y ahora se está empezando a prestar atención al papel potencial de los factores intergeneracionales, explican.

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Si bien investigaciones publicadas anteriormente mostraron que el tabaquismo pasivo durante la infancia de un padre puede estar relacionado con un mayor riesgo de asma en sus hijos cuando tienen siete años, no está claro si la función pulmonar comprometida puede extenderse hasta la mediana edad y más allá, agregan.

Para explorar esto más a fondo, los investigadores recurrieron a 8.022 niños participantes en el Estudio Longitudinal de Salud de Tasmania (TAHS), todos los cuales se sometieron a pruebas para evaluar su función pulmonar (espirometría).

Una encuesta exhaustiva sobre salud respiratoria

Sus padres completaron una encuesta inicial exhaustiva sobre su salud respiratoria y la de sus hijos. Se realizaron controles adicionales cuando los niños tenían 13, 18, 43, 50 y 53 años. Estos incluyeron una espirometría para evaluar dos medidas de la función pulmonar (FEV1 y FVC), así como cuestionarios sobre datos demográficos y síntomas/enfermedades respiratorias.

De los 7.243 padres que estaban vivos y que pudieron ser localizados en 2010, 5.111 fueron encuestados nuevamente para saber si alguno de sus padres había fumado cuando tenían menos de 5 años y/o hasta los 15.

De los 5.097 encuestados con datos completos, 2.096 eran padres. El análisis final incluyó 890 parejas padre-hijo con datos sobre la exposición pasiva al humo de tabaco del padre antes de la pubertad y datos de la función pulmonar de sus hijos hasta los 53 años. Más de dos tercios de los padres (casi el 69%) y más de la mitad de sus hijos (56,5%) habían estado expuestos al tabaquismo pasivo durante su infancia.

Alrededor de la mitad de los niños (49%) tenían antecedentes de tabaquismo activo en la mediana edad, y poco más del 5% de ellos había desarrollado EPOC en ese momento, según lo evaluado por espirometría.

Después de ajustar factores potencialmente influyentes, incluidos los antecedentes de asma y sibilancias del padre durante su vida y su edad, su exposición pasiva al humo de tabaco cuando era niño se asoció con un 56% más de probabilidades de tener un FEV1 por debajo del promedio, pero no una FVC, a lo largo de la vida de sus hijos.

 De igual manera, la exposición paterna al humo de segunda mano durante la infancia también se asoció con una duplicación de la probabilidad de una disminución temprana, lenta y rápida,del FEV1/FVC en sus hijos. Esto fue estadísticamente significativo incluso después de ajustar por factores potencialmente influyentes.

Duplicación del riesgo de EPOC

Además, la exposición paterna al tabaquismo pasivo durante la infancia también se asoció con una duplicación del riesgo de EPOC a la edad de 53 años en sus hijos, aunque esto ya no fue estadísticamente significativo después de ajustar los factores potencialmente influyentes.

Así, los niños cuyos padres habían estado expuestos al tabaquismo pasivo durante su infancia tenían el doble de probabilidades de tener un FEV1 por debajo del promedio si ellos también lo habían estado expuestos al tabaquismo pasivo durante su infancia. Las asociaciones observadas fueron mediadas solo parcialmente por el tabaquismo y las enfermedades respiratorias en los padres y sus hijos (cada uno contribuyó con menos del 15%).

Se trata de un estudio obervacional, por lo cual no se pueden extraer conclusiones firmes sobre la relación causa-efecto. Los investigadores reconocen que la TAHS carece de datos sobre la función pulmonar y la genética paternas, lo que impide evaluar la agregación familiar como posible mecanismo.

Además, la exposición pasiva al humo de tabaco durante la infancia de sus hijos se definió como que al menos uno de sus padres fumaba seis días a la semana, lo que podría haber clasificado erróneamente a los fumadores moderados o leves como no fumadores,  añaden.

Asimismo, agregan que el periodo anterior a la pubertad es especialmente crítico para los niños, cuando la exposición a sustancias nocivas puede cambiar la expresión genética y modificar los mecanismos de reparación, dicen los investigadores como explicación de sus hallazgos.

Unos "hallazgos novedosos" por ser "el primer estudio que investiga y aporta evidencia de una asociación pasiva al humo de tabaco por parte del padre antes de la pubertad, en lugar de solo el tabaquismo activo.

Concluyen que esos hallazgos "sugieren que fumar puede afectar negativamente la función pulmonar no solo en los fumadores, sino también en sus hijos y nietos, etc.Los padres expuestos al humo del tabaco durante la prepubertad aún pueden reducir el riesgo para las generaciones futuras al evitar fumar cerca de sus hijos".