Sanidad pagará 34.600 euros a los hijos de un hombre que murió por colocarle mal una sonda
El paciente murió tres meses después de haber regresado al hospital por dolores abdominales y de que se diagnosticara que la sonda funcionaba bien
Es la crónica de una agonía que acabó en muerte y que ahora obligará a pagar a Sanidad 34.600 euros por lo que considera "una actuación deficiente" de los profesionales,. según ha sentenciado el Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat. La mala colocación de la sonda provocó la muerte de un ciudadano que no paró de acudir a urgencias con dolores.
Todo se remonta a enero de 2022. Un hombre acude al servicio de urgencias de un hospital público valenciano porque tenía dificultad para tragar líquidos y sólidos y dolor en la garganta, pero tras hacerle unas pruebas le mandaron a casa porque no se consideraba que tuviese nada grave.
Sólo cuatro días después el hombre ingresó de nuevo en urgencias, con mayor dolor aún y le diagnosticaron una neoplasia laríngea.
Tras tres semanas hospitalizado le colocaron una sonda PEG (o gastrostomía endoscópica percutánea). Fue el principio del fin. Tras esa intervención, al día siguiente recibió el alta. Pero en casa en pocas horas empeoró y volvió al hospital. En el centro le volvieron a hacer pruebas y consideraron que ese PEG funcionaba bien, así que le volvieron a mandar para casa.
Un día después el hombre ya estaba muy grave. La sonda le había provocado tres síncopes y dos semanas después falleció en el hospital.
Qué había ocurrido. La mala colocación de la sonda gástrica le había provocado una infección peritoneal, que derivó en la muerte del paciente por un fallo hepático. El dolor que el hombre manifestaba era provocada por una infección agravada por el paso de los alimentos que ingería. El hombre necesitaba iniciar un tratamiento quimioterápico, pero en el hospital no pudieron hacerlo precisamente por esta infección.
Dos informes demoledores
La Inspección de Servicios Sanitarios consideró en un informe que sí había habido “un mal funcionamiento de la asistencia sanitaria” del hospital y que desde la unidad de endoscopias “no se actuó correctamente y no se comprobó tras el recambio que la sonda estuviera adecuadamente posicionada, dejándola fuera de la cavidad gástrica”.
Otro informe señaló que dejar la sonda fuera de la cavidad gástrica ocasionó al paciente “un cuadro infeccioso abdominal, que aunque fue tratado impidió iniciar el tratamiento de quimioterapia para su carcinoma con la consiguiente pérdida de oportunidad”.
La familia presentó una reclamación de responsabilidad patrimonial al considerar que los médicos no actuaron con la debida diligencia y cuidado en la atención al paciente y solicitó una indemnización de 76.780,72 euros. Solo reciben 34.600 euros porque la ley establece que por casos de pérdida de oportunidad -no poder darle en este caso tratamiento para el tumor-, como este, corresponde el 39% de la cantidad.