Educación

Cómo gestionar la carga mental y organizar tu calendario, tareas y vida social sin que te explote la cabeza

Se pueden utilizar agendas o aplicaciones para descargar la mente. Freepik
Compartir

MadridTodos hemos podido sentir en alguna ocasión un peso extra al tener que gestionar múltiples responsabilidades, preocupaciones y tareas en nuestra vida diaria. Este es un peso emocional y psicológico al que hay que prestar atención. Es lo que conocemos como carga mental: un agotamiento invisible que no proviene de hacer tareas concretas, sino de tener que recordarlas, organizarlas y mantenerlas en equilibrio constante.

¿Cómo se puede organizar la vida con todas las responsabilidades de estudios, trabajo, casa y tiempo libre? Por suerte, existen estrategias, validadas por la psicología y la neurociencia, que permiten gestionar mejor la carga mental y organizar el calendario de manera realista.

PUEDE INTERESARTE

¿Cuál es la ciencia detrás de la carga mental?

La carga mental está muy relacionada con el concepto de funciones ejecutivas, que incluye la memoria de trabajo, la planificación y el control de la atención. Es una constante preocupación, porque siempre hay algún pensamiento rondando la mente. Incluso cuando las acciones que se están realizando no están relacionadas. Siempre se está recordando, planeando y coordinando diferentes tareas e ideas. Esta carga implica un esfuerzo a nivel mental al planificar, pero también emocional, ya que por la mente pasan acciones, imágenes o pensamiento que siempre llegan acompañados de creencias o estados de ánimo.

Esta carga mental, puede hacer que el cerebro se enfrente a demasiada información simultánea, disminuyendo nuestra capacidad de rendimiento y aumentando la probabilidad de error. Cuando se falla, es porque el cerebro no está diseñado para gestionar múltiples frente sin ningún apoyo externo.

PUEDE INTERESARTE

Hay varias señales que pueden indicar que hay una carga mental muy alta como: dificultad de concentrarse incluso en las tareas más simples, sentir cansancio constante aunque no se haya hecho nada físico, se olvidan los compromisos o detalles importantes con frecuencia, sentir enfado fácilmente por cosas pequeñas, y tener la sensación de no acabar nada aunque no se pare de hacer cosas.

Estrategias para organizar el calendario y las tareas

Externalizar la memoria

No hay que recordarlo todo. Varios psicólogos señalan que descargar las tareas en un calendario o lista reduce la ansiedad y libera espacio mental. Se pueden utilizar aplicaciones como Google Calendar, Notion Calendar o las aplicaciones de notas que vienen con el móvil, o también una agenda en papel. Lo importante es que todo lo que se pueda pensar que no hay que olvidar esté anotado.

Dividir el tiempo en bloques

El método del time blocking consiste en reservar espacios concretos en el calendario para cada tarea, en vez de confiar que se encontrará un rato, se busca. Así, se evita la multitarea y se reduce la carga de decidir en cada momento qué hacer. Se pueden poner bloques para estudiar, para hacer deporte, para alguna gestión dentro del trabajo como contestar correos.

Aplicar la regla 80/20

Este es el principio de Pareto e indica que el 20% de las tareas suelen generar el 80% de los resultados. Por lo que, a la hora de organizarse, uno puede preguntarse cuáles son las actividades que realmente pueden acercarnos a los objetivos. Ésas son las que deben priorizarse y aprender a dejar para más tarde lo que no es importante.

Establecer un sistema semanal de revisión

Las agendas y calendarios deben ser dinámicos. Cada semana se debe poder tener la libertad de reorganizar, eliminar lo que ya no es importante y planificar de nuevo la semana para poder adaptarla lo mejor posible. Este hábito evita que se acumulen compromisos que no son importantes o relevantes.

Ser realista con el tiempo libre

No todo es productividad. Se deben incluir en el calendario espacios de ocio, descanso y vida social. Esto no es perder el tiempo, es recargar la energía mental. El bienestar emocional está directamente relacionado con la capacidad de aprendizaje y rendimiento.

Cómo equilibrar la vida social sin sentir culpa

Equilibrar la vida social no significa estar disponible para todos los planes ni tener que asistir a todos los eventos. La culpa suele aparecer cuando se piensa que decir “no” es decepcionar a los demás. Sin embargo, aprender a poner límites claros es fundamental para cuidar la salud mental.

Una estrategia muy útil es priorizar la calidad de los encuentros. Quedar con un amigo y dar un paseo mientras se tiene una buena conversación puede ser más enriquecedor que ir a tres fiestas en una semana en las que apenas hay tiempo para compartir nada. Lo importante es escoger planes que puedan aportar energía y bienestar, en lugar de aquellos que pueden generar más cansancio y sensación de obligación.

El calendario social debe encajar en la planificación general, y no al revés. Conviene anotar los compromisos familiares, académicos o de descanso, y después, añadir los planes sociales. Esto permite tener una visión más realista de lo que se puede asumir y lo que no.