Tres síntomas previos con los que debes ir al médico por si es diabetes: "Atención si tienes mucha sed"

Para el Dr. Carlsson, de Yazen, el mensaje es claro: “No esperes a sentirte peor"
Tom Hanks, Halle Berry y otros famosos que probablemente no sabías que son diabéticos
En sus fases iniciales, la diabetes tipo 2 puede no doler, no interrumpir apenas la rutina diaria y, por eso mismo, pasar desapercibida. Pero el cuerpo casi siempre avisa antes de que aparezcan las complicaciones. Saber detectar a tiempo esas señales permite frenar el avance de la enfermedad, adaptar el tratamiento y, en muchos casos, mejorar radicalmente la calidad de vida.
El Dr. Martin Carlsson, médico endocrinólogo con más de 30 años de experiencia y director médico de Yazen, la mayor clínica digital de obesidad de Suecia, insiste en la importancia de no minimizar estos síntomas. “Veo cada día a pacientes que subestiman cambios sutiles… hasta que esos cambios derivan en complicaciones graves”, advierte. Estas son, según él, las tres señales de advertencia más relevantes que deberían llevarte al médico.
Dificultad creciente para controlar el azúcar en sangre
No es necesario sentirse enfermo para que la diabetes se esté descontrolando. Uno de los primeros indicios de que algo no va bien es notar que, aunque se mantenga la dieta, la medicación y los hábitos habituales, los niveles de glucosa comienzan a desestabilizarse. “Este tipo de cambios suele requerir ajustes tanto en la medicación como en el estilo de vida, no simplemente más disciplina”, señala Carlsson.
Y es que la diabetes tipo 2 no es una línea recta: pueden intervenir factores hormonales, el estrés, una ganancia de peso o incluso otra enfermedad que esté interfiriendo con el equilibrio metabólico. Si estás haciendo “lo mismo de siempre” y los resultados empeoran, ese es el momento de consultar, no de esperar.
Esta pérdida de control puede venir acompañada de otros síntomas como sed constante, aumento de la orina o fatiga persistente.
Sobrepeso u obesidad en combinación con otros síntomas
El exceso de peso no solo aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, sino que también agrava su evolución y sus complicaciones. “La gran mayoría de las personas que desarrollan diabetes tipo 2 ya tienen sobrepeso u obesidad”, afirma Carlsson. Y cuando ambas condiciones coinciden, el riesgo de enfermedad cardiovascular, apnea del sueño o incluso ciertos tipos de cáncer se dispara.
Desde su clínica, Carlsson apuesta por un enfoque moderno y multidisciplinar para abordar este problema. “Hoy sabemos que la regulación del peso está influida por la genética, las hormonas, las señales del cerebro y el entorno, no por la fuerza de voluntad. Por eso el tratamiento debe ir mucho más allá del clásico consejo de ‘come menos y muévete más’”.
Sus tratamientos combinan el uso de fármacos como semaglutida o tirzepatida con atención personalizada que incluye médicos, psicólogos, dietistas y coaches de salud. Los resultados hablan por sí mismos, con más de 43.000 pacientes tratados y más de 361 toneladas de peso perdidas con acompañamiento estructurado.

Sed excesiva, fatiga y aumento de la micción
Si estás constantemente cansado, si tienes mucha más sed de lo habitual o te levantas a orinar varias veces por la noche, tu cuerpo te está diciendo algo. Y no es normal.
“Estas señales pueden indicar que tus niveles de azúcar han aumentado”, explica Carlsson. Son síntomas típicos, aunque muchas veces infravalorados, del desarrollo o empeoramiento de la diabetes tipo 2. Se producen porque el exceso de glucosa en sangre obliga al riñón a trabajar más, provocando deshidratación, y porque las células no pueden usar bien la glucosa como fuente de energía, lo que genera agotamiento constante.
Carlsson lo resume con claridad: “Si estás agotado constantemente, hay un motivo. Busquémoslo juntos y solucionémoslo. No normalices un estado de salud que esté por debajo de lo que mereces”.
Actuar pronto puede cambiarlo todo
La diabetes tipo 2 no siempre da la cara desde el primer momento, pero sí deja huellas. La clave está en no ignorarlas. Según la American Diabetes Association, detectarla y tratarla pronto puede reducir de forma drástica el riesgo de complicaciones a largo plazo .
Si has notado alguno de estos síntomas, como tener más sed de lo habitual, sentir más cansancio, aumentar de peso sin cambiar de hábitos, o tener unos niveles de glucosa más difíciles de controlar, acude a tu médico. Pedir una analítica completa, revisar tu hemoglobina A1c y valorar un plan de tratamiento individualizado puede marcar la diferencia.
“Mi mensaje es claro: no esperes a sentirte peor. La diabetes es compleja, pero con el enfoque adecuado, se puede controlar antes de que controle tu vida”, concluye el Dr. Carlsson.

