Si vas a tomarte un cóctel antes de echarte en la arena, ten en cuenta que deberás protegerte el doble y pasar menos tiempo al sol porque tu tolerancia a la radiación será menor. ¿Por qué?
La ciencia ha llegado a la conclusión de que los carotenoides podrían ser la causa de que nos quememos antes por el sol. Uno de los estudios que lo propusieron fue este publicado en la revista 'Skin Pharmacology and Physiology' en 2013. Analizó los efectos del sol antes y después de haber consumido alcohol. El resultado fue que "el consumo de alcohol es un factor de riesgo para las quemaduras, melanomas y cáncer de piel" por los carotenoides, los pigmentos naturales amarillos, naranjas y rojos de muchas plantas, y que en nuestro cuerpo se encuentran en el plasma y los tejidos. Estos son importantísimos para la salud humana, especialmente para la visión, aunque nuestro cuerpo no los fabrica de forma natural, sino que hay que sacarlos de alimentos como la zanahoria.
Cuando bebemos alcohol, los niveles de carotenoides disminuyen bastante, suprimiendo así el escudo que constituyen frente a la radiación ultravioleta del sol. Recordemos que durante el verano el índice de radiación UV es muy elevado e incluso extremo en casi todo el país y el riesgo de quemarse se dispara.
*Imagen: Índice de radiación UV máximo en condiciones de cielo despejado para el 30 de julio / Aemet
Otros estudios, publicados anteriormente como este de 'Nature', analizaron cómo el nivel de carotenoides disminuía en los sujetos fumadores o consumidores de alcohol, y cómo esto contribuía a una mayor exposición a la radicación solar.
Aunque muchos lo descuidan, es fundamental proteger nuestro cuerpo cuando vamos a tomar el sol por poco tiempo que sea. Seguro que has escuchado alguna vez eso de que la piel tiene memoria. Cuando te quemas, las secuelas quedan en las células y esto, entre otras cosas, acelera en envejecimiento y facilita la aparición de cáncer en la edad adulta, por eso se insiste tanto en no despistar a los más pequeños.