Alergia al polvo: síntomas, causas y cómo tratarla

  • Los síntomas leves de la alergia a los ácaros del polvo se parecen a los del resfriado: estornudar y moquear, principalmente

  • La alergia se relaciona con la presencia de estos insectos microscópicos: la limpieza ayuda a acabar con ellos

  • En determinados casos los síntomas pueden ser peligrosos e implicarán acudir a un médico de urgencia

La primavera es época de alergias porque se asocia inevitablemente a la temporada de las flores y el polen en suspensión, pero existen otras alergias 'atemporales' que no dan tregua y que pueden empeorar nuestra calidad de vida si no aprendemos a controlarlas. Es el caso de la alergia al polvo que es, en realidad, alergia a los ácaros del polvo. Se trata de pequeños insectos que viven normalmente en los residuos del hogar. ¿Cuáles son los síntomas de la alergia al polvo y cómo se trata?

Alergia al polvo: síntomas, causas y cómo tratarla

Tal y como explica Mayo Clinic, los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo comprenden los signos frecuentes de la rinitis alérgica (fiebre del heno): "estornudar y moquear", principalmente. Además, muchas personas con alergia a los ácaros del polvo también presentan signos de asma, como silbido al respirar y dificultad para respirar.

Los responsables de esta alergia son los ácaros del polvo, que son cercanos a las garrapatas y las arañas, y cuyo tamaño es microscópico. Se alimentan de las células que desprende nuestra piel y proliferan en ambientes cálidos y húmedos. Por eso la limpieza y la ventilación son clave para los alérgicos al polvo: elementos como la ropa de cama, mantas, cojines, muebles tapizados, alfombras... son el hogar perfecto para estos insectos.

Sin embargo, no siempre podemos controlar la limpieza de los lugares en los que nos encontramos, y a veces ser muy pulcros tampoco basta. Por eso pueden ser necesarios medicamentos u otros tratamientos para aliviar los síntomas y controlar el asma.

Estos son algunos síntomas frecuentes de la alergia al polvo son:

  • Estornudos
  • Moqueo
  • Ojos rojos, llorosos o con picazón
  • Congestión nasal
  • Picazón en la nariz, el paladar o la garganta
  • Goteo nasal posterior
  • Tos
  • Dolor y presión facial
  • Piel azulada e inflamada debajo de los ojos

Si, además, la alergia a los ácaros del polvo desemboca en asma, es posible que aparezca estos síntomas:

  • Dificultad para respirar
  • Opresión o dolor en el pecho
  • Pitido o silbido que puede oírse al exhalar
  • Problemas para dormir causados por dificultad para respirar, tos o silbido al respirar
  • Episodios de tos o silbido al respirar que empeoran con un virus respiratorio, como un resfrío o influenza

También hay que tener en cuenta que la alergia a los ácaros del polvo puede tener distintos grados de intensidad, pudiendo llegar a ser crónica. Por lo general, es necesario consultar a un profesional si los síntomas persisten más de una semana, o si dificultan nuestro día a día de forma importante. Puede confundirse esta alergia con un resfriado, pero este último tiende a desaparecer a los pocos días.

Además, determinados síntomas pueden resultar peligrosos o especialmente incómodos: congestión nasal intensa, silbido al respirar o dificultades para dormir, merecen una llamada a tu médico; en caso de silbido al respirar, cuando la dificultad para respirar empeoren rápidamente, o si tienes dificultad para respirar con mínima actividad, busca atención médica de urgencia.

Por último, en cuanto cómo tratar la alergia al polvo, se pueden recetar medicamentos como los antihistamínicos tanto vía oral como en forma de aerosol nasal.

También pueden recetarse corticoesteroides suministrados como aerosol nasal pueden reducir la inflamación y controlar los síntomas de la rinitis alérgica. Por su parte, los descongestionantes pueden ayudar a reducir los tejidos inflamados en las fosas nasales y facilitar la respiración por la nariz.