Cómo frenar el desarrollo de las alergias y dermatitis

  • La prevención frente a la dermatitis atópica y cualquier tipo de alergia cutánea puede y debe iniciarse desde el nacimiento

  • La dermatitis atópica suele comenzar durante la infancia, y que puede perdurar durante la edad adulta en los casos más graves

  • El factor de riesgo principal de la dermatitis atópica es la existencia de antecedentes personales o familiares de eccema, alergia, rinitis alérgica o asma

Cuando se trata de cuidar nuestra piel y mantenerla sana durante el máximo tiempo posible, un factor clave es comenzar con los cuidados desde edad muy temprana e introducir ciertas rutina en nuestra higiene diaria. Por eso hay que tener en cuenta que la prevención frente a la dermatitis atópica y cualquier tipo de alergia cutánea puede y debe iniciarse desde el nacimiento, según ha asegurado la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). ¿Qué podemos hacer para evitar este tipo de trastornos? ¿Cómo frenar el desarrollo de las alergias y la dermatitis?

Cómo frenar el desarrollo de las alergias y dermatitis

Se calcula que entre el 15 y el 20 por ciento de la población infantil sufre dermatitis atópica en España y esta cifra, además, ha aumentado sustancialmente durante los últimos años. Esta tendencia podría seguir avanzando si no tomamos las medidas adecuadas a nivel preventivo, especialmente ante casos de riesgo, tal y como relata SEICAP.

Es importante saber que la dermatitis atópica suele comenzar durante la infancia, y que puede perdurar durante la edad adulta en los casos más graves. En concreto, tal y como explica Mayo Clínic, la dermatitis atópica o eccema consiste en un trastorno que provoca enrojecimiento de la piel y picazón y que, si bien es más frecuente en niños, puede manifestarse a cualquier edad. En ocasiones, esta dolencia puede aparecer junto con asma o con rinitis alérgica. Además, se trata de una enfermedad para la que no se ha encontrado cura, si bien existen tratamientos y medidas de cuidado personal que pueden evitar o aliviar el picor y prevenir posibles nuevos brotes.

Así, a la hora de frenar el desarrollo de alergias y dermatitis a tópica, se recomienda evitar el uso de jabones fuertes, hidratar la piel de forma regular e incluso aplicar cremas o aceites medicinales indicados para este tipo de dolencia. Se trata de prácticas que, además, resultan saludables de forma general para nuestra piel.

Hay que tener en cuenta que cualquier proceso alérgico cutáneo puede condicionar la calidad de vida de niños y adultos. El primer paso es evitar su aparición, pero, en caso de que ya exista este tipo de problema, tomar medidas para ponerle freno puede evitar el desarrollo de otras enfermedades atópicas, como la rinoconjuntivitis alérgica.

Por tanto, si quieres evitar la aparición de esta incómoda enfermedad en los más pequeños de la casa, lo mejor es comenzar desde el nacimiento, hidratando la piel del niño a través del uso de cremas emolientes y humectantes. El objetivo es evitar la sequedad de la piel y la aparición de eccema. En este sentido, existen distintos estudios que demuestran que las anomalías en la barrera cutánea facilitan la penetración de alérgenos en la piel con mayor predisposición a la irritación y a la posterior inflamación cutánea. Una barrera de hidratación es la mejor forma de mantener el equilibrio de la barrera cutánea, evitando que la atopía pueda evolucionar a una enfermedad crónica, como la dermatitis atópica.

Por último, conviene saber que el factor de riesgo principal de la dermatitis atópica es la existencia de antecedentes personales o familiares de eccema, alergia, rinitis alérgica o asma. Si esta tendencia se repite en tu familia, ten en cuenta que deberás acudir al médico cuando tú o tu hijo sintáis molestias que impidan descansar o realizar actividades cotidianas, cuando exista una infección en la piel, o cuando los síntomas persistan a pesar de haber utilizado remedios caseros. Además, en caso de fiebre o si la zona de sarpullido aparece infectada, debes acudir a un profesional para que pueda realizar un diagnóstico y ofrecerte un tratamiento adecuado.