'All too well', el corto de Taylor Swift, ilustra muy bien las relaciones tóxicas: desde idealización hasta la luz de gas

Taylor Swift lo ha vuelto a hacer. Trending topic en Twitter, primera artista femenina en lograr 100 millones de reproducciones en un solo día, y lo más importante de todo, responsable de que la mitad de la población mundial esté llorando a moco tendido mientras escucha la canción ‘All too well’.

La cantante ha reeditado su álbum ‘Red’, publicado originalmente en octubre de 2012 bajo el sello del productor Scooter Braun, que más tarde vendió los derechos los primeros seis discos de Taylor Swift por 300 millones de euros. Es por ello que, en los últimos años, la artista ha decidido regrabar todas sus pistas musicales para recuperar de una vez por todas los derechos de autor de sus temas. Sin embargo, el furor causado por el relanzamiento de este álbum no se debe solo a la noble guerra en la que Swift está inmersa. Lo que nos interesa al público también es, por supuesto, el cotilleo.

En junio de 2021 la artista anuncia que va a regrabar la canción ‘All too well’, convirtiéndola en una versión extendida de 10 minutos. Sus fans enloquecen, y es que no se trata de un tema cualquiera. Es nada más y nada menos que la historia de desamor entre la cantante y el actor Jake Gyllenhaal.

El lanzamiento de la canción ha provocado un hype incontrolable, pero la gran ovación final se la ha ganado el cortometraje inspirado en el tema musical dirigido por Swift y protagonizado por Sadie Sink y Dylan O’Brien.

Más allá de las habladurías y la necesidad de buscar significados ocultos a las letras de la artista, es cierto que tanto la canción como el cortometraje ‘All too well’ son auténticas obras de arte con un trasfondo psicológico que merece la pena ser analizado.

1. El inicio de una relación tóxica

El cortometraje comienza con los protagonistas tumbados, abrazados, mientras ella le pregunta “si es de verdad”. Él responde que a qué se refiere, a lo que ella contesta “A veces siento que yo te he inventado”. Tras esta conversación aparentemente inocente comienza a sonar la música y nos vemos inmersos en el comienzo de esa relación ideal o, mejor dicho, idealizada, como bien reflejaban esas primeras líneas del guion.

Ella conoce a la familia de él. Él conoce al padre de ella. Todo fluye, se divierten, hay una afinidad increíble, pero siempre lejos de la ciudad y del resto de la gente, como si él se avergonzase y quisiese ocultarla.

Se trata de una relación muy intensa, y es que es muy habitual que en parejas tóxicas se produzca un proceso de love bombingde love bombing al principio. Se trata de una estrategia para atrapar a un ligue “bombardeándole” de afecto, palabras bonitas y falsas promesas.

Esa etapa inicial de luna de miel no dura eternamente, algo que el cortometraje ilustra con el título ‘La primera grieta en el cristal’.

2. La luz de gas

Él decide presentarle a sus amigos, todos ellos de 30 años, mientras que la protagonista sólo tiene 21.

En la fiesta se siente fuera de lugar. Hablan entre ellos, se ríen, beben, tienen conversaciones de adultos o de historias del pasado y apenas puede participar. Él, su pareja, que es quien debería incluirla en la conversación y hacer que se sienta cómoda, la ignora y se limita a mostrar esa faceta encantadora frente al resto de los invitados. Incluso en un momento de la velada ella le intenta dar la mano, a lo que él responde soltándose de forma brusca y dándole una palmada condescendiente.

Acaba la fiesta y ella está fregando todos los vasos (pese a estar en casa de su pareja, que es el anfitrión). Él se acerca por detrás, dejando más platos en el lavabo y preguntándole de forma seria que por qué está tan cabreada. Ella intenta quitarle importancia. “Es ridículo”, suelta él. Nos encontramos con la primera muestra de luz de gas.

Cuando tu pareja tacha tus sentimientos y tus necesidades de “ridículas” o “exageradas”, en realidad está empequeñeciéndote para ganar poder sobre ti. Es una dinámica de luz de gas habitual en las relaciones abusivas, y Taylor Swift consigue ilustrarlo a la perfección.

“Eran mis amigos y han sido jodidamente amables contigo”, dice él. Este comentario consigue que ella se pregunte si ha exagerado, si todos piensan igual que él, o si ha actuado como una cría frente a los amigos adultos y maduros de su pareja. Nos encontramos con otra pauta de las relaciones tóxicas que consiste en convencer a la víctima de que ella es la mala de la película, la inmadura, la irracional, la impulsiva, la tóxica y, en definitiva, la culpable.

En ese momento la joven estalla. “Tus amigos me caen bien, nunca he dicho que no me gusten tus amigos. Lo que no me gusta es cómo te comportas tú cuando estás con ellos”. Él le reprocha que ha estado callada todo el rato y que ha actuado de forma rara. “Porque ni siquiera me mirabas. No me has preguntado ni una sola cosa en toda la noche. Me apartaste la puta mano, ¿cómo debo reaccionar? No conocía a nadie, todos son mayores que yo. Me sentía fuera de lugar, eras la única persona que me podía hacer sentir cómoda”. Él en todo momento se justifica diciendo que eso son gilipolleces, que no se dio cuenta de haberle apartado la mano y que por qué le ataca por algo que él hizo de forma inconsciente. “Me haces sentir estúpida”, dice ella. “No te estoy haciendo sentir así, eres tú la que se siente así”, reprocha él mientras la llama egoísta y sigue poniendo platos para que ella los friegue.

Los abusadores narcisistas pueden insultar, ningunear, castigar con el silencio, dar un empujón… La lista de conductas tóxicas –e incluso violentas– es eterna. Y cuando la víctima pide explicaciones, la justificación es que “fue sin querer”. No se daba cuenta de lo que hacía, e incluso es capaz de convencer a la víctima de que eso no ha ocurrido, que es fruto de su imaginación.

En el cortometraje la conversación acaba cuando ella no puede más y comienza a llorar. Él le abraza, le dice que no quiere pelear y se disculpa por haberle soltado la mano. Ella se muestra avergonzada y se reinicia el círculo del abuso narcisista.

Sin embargo, el comportamiento de él en la fiesta no es la única red flag que Taylor Swift expone. Destaca también una escena muy breve y sutil, pero con un gran poder visual. Están en el coche, él frena en medio del bosque y se baja enfadado mientras ella le mira perpleja. Le tira las llaves con desprecio y se va a hablar por teléfono. La letra musical que ilustra esta escena dice “And you were tossing me the car keys. ‘Fuck the patriarchy’ keychain on the ground”, en castellano “Me tiraste las llaves del coche. ‘Que le den al patriarcado’ dice el llavero que se cae al suelo”.

Este verso refleja como en muchas ocasiones los abusadores narcisistas se disfrazan de aliados feministas. Son perfectos de cara a la galería, pero perpetúan y muestran conductas machistas constantemente enmascaradas.

3. La diferencia de edad

Otro de los temas a los que hace referencia la artista en la letra de la canción y en el cortometraje es la diferencia de edad. Ya se intuía en la discusión tras la fiesta, en la que la protagonista se sentía abrumada porque todos los amigos de su pareja eran mayores y tenían temas de conversación que le hacían sentir fuera de lugar. Él aprovecha la diferencia de edad para convertirla en una diferencia de poder, haciendo que la joven se sienta dependiente, inmadura e inexperta en todo momento.

Cuando tu pareja no solo es mayor, sino que además te hace creer que es más maduro que tú, inevitablemente provoca una asimetría en la relación. Él es quien lleva las riendas de la relación y quien tiene potestad para decidir cuándo una discusión es ridícula, cuando estás actuando de forma exagerada, y cuando es conveniente que guardes silencio para no molestar.

Todas estas dinámicas son agotadoras, algo que Swift refleja en una parte de la canción que dice “You, who charmed my dad with self-effacing jokes, sipping coffee like you're on a late night show. But then he watched me watch the front door all night willing you to come and he said: It's supposed to be fun turning 21”. Es decir, que él se gana al padre de ella con comentarios graciosos mientras charlan y toman café juntos, pero cuando el padre la ve constantemente nerviosa, esperándole toda la noche, le dice que algo no va bien, que una relación a los 21 años debe provocar alegría y no ansiedad constante.

Y no podemos hablar de diferencia de edad sin hacer referencia a la frase de la canción que más revuelo ha causado: “Nunca he sido buena contando chistes, pero la gracia de esto es que yo creceré pero tus novias tendrán todas mi edad”, mostrándose crítica con los artistas de Hollywood que se emparejan exclusivamente con jóvenes veinteañeras, véase Jake Gyllenhall (de 40 años) o Leonardo DiCaprio (47 años).

Podríamos analizar la canción y el cortometraje durante horas buscando mensajes ocultos que revelen los protagonistas reales de esta historia de desamor, aunque como bien dijimos, para la mayoría de fans es obvio que son la propia cantante y el protagonista de la película 'Donnie Darko'. Sea como sea, la propia Taylor Swift ha expresado que da igual en quién se inspirase, lo que importa es que sus fans puedan sentirse identificados y superar una relación tóxica gracias a la historia de ‘All too well’.