Begoña Slocker, grafóloga: “La gente me persigue para que hable de los políticos, pero yo uso la grafología para hacer el bien”

A Begoña Slocker la pasión por la grafología le viene de familia. Su padre, Luis Pérez Slocker, ya era un reconocido psiquiatra y grafólogo allá por los años 50 cuando ella nació. Begoña recogió el testigo de su padre y a día de hoy, después de más de 30 años de profesión y enseñando grafología, se puede decir que es una de las grafólogas más prestigiosas de nuestro país.

No es raro encontrarla por los pasillos de los tribunales de justicia, ya que parte de su tiempo lo dedica a la pericia caligráfica, tal vez la aplicación más conocida de la grafología...Sin embargo, otra parte de su tiempo la dedica a hacer informes grafológicos para la selección de personal o para consultas privadas...

Pregunta: La grafología es el estudio de la personalidad a través de la letra. Después de los miles de informes grafológicos que habrás hecho en todos estos años, imagino que te has convertido en una experta en personas. ¿Qué dice nuestra letra de nosotros?

Respuesta: La grafología, precisamente, lo que ayuda es, a través de los rasgos de la escritura, conocer la personalidad. Hay dos formas de hacerlo: una es la caricatura grafológica, que es a través de los cuatro o cinco rasgos más importantes de una persona decir cuatro o cinco cosas sobre la personalidad, como si es extrovertido, si es agresivo, si es tímido, bueno o malo…todas esas cosas salen rápidamente. Y luego está el estudio grafológico (…) que es un análisis grafológico de esa persona en el que se estudian más de 500 rasgos. Y ese análisis ya te da un concepto claro de la persona en cuanto a la inteligencia, la voluntad y la personalidad. Pero hay una premisa en grafología fundamental que para mí es la más importante: por un solo rasgo, no se puede definir a una persona. Porque tú puedes tener un rasgo de ladrón y no ser ladrón. Porque para ser ladrón necesitas cinco rasgos mínimos de diferente tipos asociados al egoísmo, a la acaparación etc…el conjunto de los rasgos son los que te hablan de la personalidad.

A través de tu escritura hablas de tantas cosas: de que tienes una preocupación por el futuro, de que tienes miedos…(Begoña Slocker)

P: Conocernos mejor a nosotros mismos es una herramienta fundamental para nuestro bienestar y desarrollo personal. Muchas personas van a terapia durante años para este tema, porque a veces nuestro sufrimiento viene porque no nos conocemos bien, no sabemos cómo gestionar nuestras propias emociones y nuestra vida…¿hay personas que usan la grafología con este fin?

R: Hay un apartado que es precisamente la grafopsicología, que es cuando una persona va al grafólogo a que le hagan un estudio grafológico de sí mismo, para saber en qué puede mejorar o cual es el problema que tiene. Pero el interés de las personas es sobre todo el de conocerse a si mismas. Yo me encuentro muchísima gente que lo que quiere es hacerme a mí mis 15 líneas para que yo les haga un estudio de sus propias letras. La gente está muy necesitada de conocerse más. Y muchas veces, aunque hay muchas cosas que ya saben de sí mismas, prefieren oírlas para confirmarlas (…) Una vez me pasó en un curso que estaba dando de mujeres y liderazgo, que hice una caricatura grafológica a cada una de ellas. Les dije cuatro o cinco cosas a cada una, y una de ellas al final me dijo: “acabas de resumir en un minuto cinco años de psicólogo, dos años de psiquiatra y tres años de terapia”. Lo que ocurre es que yo, en un minuto, le he dicho lo que le pasa...y eso tiene mucha fuerza.

P: O sea, que nuestra letra, no sólo dice mucho de cómo somos, sino también de cómo estamos en ese momento…

R: Hablamos de emociones, de sentimientos, de que tienes angustia en la toma de decisiones, de que te falta valor para algo, de que te sientes oprimido por una situación, de que tienes rencor, de que estás con alteraciones emocionales o labilidad emocional, de que tienes problemas de ansiedad. A través de tu escritura hablas de tantas cosas: de que tienes una preocupación por el futuro, de que tienes miedos…Todo eso, como grafólogo, lo ves; lo que le ocurre a la persona en el presente aparece reflejado en la escritura.

P: Entonces ¿podemos decir que nuestra escritura va cambiando según el momento? ¿qué está viva?

R: Claro, claro, partimos de la base de que nuestra letra va evolucionando según vamos evolucionando nosotros…Está totalmente viva. De hecho, tú tienes un shock hoy, y mañana no puedes escribir de la misma manera (…) Hay ciertos rasgos que cambian inmediatamente, como puede ser la tristeza o la alegría. Por ejemplo, tú tienes un disgusto grande con una gran pena, con tendencia a la depresión, y las líneas de la letra empiezan a caerse. Ojo que digo las líneas, no las letras. Las líneas empiezan a hacer como un tobogán para abajo...

Realmente no es nuestra mano la que escribe, es nuestro cerebro (Begoña Slocker)

P: Pero nuestra letra es más o menos parecida toda la vida, entiendo que son cambios sutiles no fáciles de apreciar por un inexperto...

R: Los cambios de escritura de un día para otro son los emocionales, pero hay ciertas cosas que las tienes desde que naces y toda tu vida van marcando tu personalidad. Los cambios no significan que tengamos ocho tipos de escritura a lo largo de nuestra vida, quiere decir que tenemos una evolución de nuestra escritura, que poco a poco la vamos marcando…si la persona no ha evolucionado, no ha cambiado, por ejemplo, tiene 60 años y tiene la letra que aprendió en el cole, esa persona mentalmente no ha evolucionado.

P: Podemos decir que nuestra mano, a través de la escritura refleja quiénes somos y cómo estamos…

R: ¿Escribe la mano?... ¿o el cerebro? Esa es la primera clase que suelo dar a los que no saben nada de grafología…lo explico de esta manera: realmente no es nuestra mano la que escribe, es nuestro cerebro. De hecho, hay un ejemplo de una persona que perdió las manos y aprendió a escribir con los pies y cuando había practicado suficiente, le salían los mismos rasgos con los pies que con la mano (…) por ejemplo, tú cuando entras en un sitio y te sientes bien, con la autoestima alta, ¿cómo entras? Pues con la cabeza alta, el cuello estirado, mirando al frente y hacia arriba; pues en la escritura es lo mismo: si tú estás contento, tus líneas van para arriba porque el cerebro va para arriba(…) Cuando la escritura está inclinada a la derecha quiere decir que esa persona va para adelante, que tiene impulsividad, pero en cambio si tienes miedo y te asustas ¿qué sueles hacer? tu cuerpo se echa para atrás…pues la letra hace lo mismo… por eso, cuando la letra es invertida, quiere decir que la persona tiene miedos, que es una persona temerosa.

P: Dices que usas la grafología para hacer el bien…¿ qué quieres decir con esto?, ¿que solo dices a la gente las cosas buenas?

R: Siempre empiezo por lo bueno: les digo, por ejemplo, tienes agilidad mental, eres generoso, eres una persona cariñosa…pero yo no me quedo a gusto si no les digo lo malo. También meto caña, pero digo las cosas de manera que ayude a las personas a mejorar. Si yo quiero decirte a ti, por ejemplo, que eres tramposa…yo no te digo que eres una tramposa directamente. Digo; "mira, yo veo que muchas veces utilizas métodos que no son del todo limpios para llegar a tus objetivos y eso, de alguna manera no te hace bien". Yo me considero una divulgadora de la grafología de la manera más positiva del mundo. Muchas veces la gente me va persiguiendo para que hable de los políticos, pero yo uso la grafología para hacer el bien y para ayudar a las personas.