Cataluña registra 816 nuevos casos de coronavirus y suma otra víctima mortal

  • 190 de ellos en la comarca leridana del Segrià, en confinamiento

La preocupante evolución de los brotes de coronavirus en Cataluña, especialmente los de Lleida y el surgido en L'Hospitalet, en cuatro barrios del norte pegados a Barcelona, ha hecho que la cifra de nuevos casos sea de más del doble que la ofrecida el sábado: de 361 a los 816 de este domingo.

En las últimas horas, se han registrado en Cataluña un total de 816 nuevos casos, 190 de ellos en la comarca leridana del Segrià, en confinamiento perimetral desde hace una semana, y se ha contabilizado una nueva víctima mortal, frente a las nueve de ayer.

Estos nuevos casos positivos elevan la cifra total a 76.318 desde el comienzo de la pandemia, mientras que el número total de personas fallecidas en Cataluña por coronavirus, entre casos confirmados y sospechosos, se sitúa en 12.617 según los datos aportados por las empresas funerarias.

Preocupa el brote de Segriá, pero también el de L'Hospitalet (Barcelona), cuyo Ayuntamiento ha cerrado este domingo pistas deportivas al aire libre para evitar contactos que faciliten la propagación del virus, sobre todo entre los jóvenes que se concentran en ellos para jugar al baloncesto.

Las autoridades sanitarias trabajan en la identificación de los focos que han ocasionado un rebrote en esta ciudad -la segunda mayor de la región-, con 107 casos en una semana, algunos de ellos en una residencia de ancianos.

Los ocho ancianos de la residencia La Torrassa que han dado positivo a COVID-19 con un PCR son asintomáticos, pero la "sorpresa" ha llegado cuando se ha comprobado que cinco de ellos eran "repositivizaciones", es decir, personas que semanas o meses atrás habían pasado la COVID con un PCR positivo y que a los 15 días habían dado negativo y, ahora, han vuelto a dar positivo.

La alcaldesa de L'Hospitalet, Nuria Marín, ha dicho que se irá viendo el desarrollo del rebrote y si hay que tomar medidas más severas "se tomarán, sin problemas". Y todo sucede, mientras Galicia y el País Vasco celebran elecciones autonómicas entre medidas de seguridad y protección extremas para evitar que las votaciones supongan una extensión de la pandemia.