Sustituir al sol es posible: cómo conseguir vitamina D durante los días de confinamiento

  • La sociedad se preocupa ante un posible déficit de la vitamina D

  • Existen alternativas a la luz solar

  • El secreto está en una alimentación rica en este tipo de vitamina

La llegada del coronavirus ha supuesto irremediablemente importantes cambios en nuestro estilo de vida. Las medidas implantadas por el Gobierno ante su expansión han transformado nuestros hábitos en muchos ámbitos.

Tras más de un mes de confinamiento casi sin ver la luz solar una duda nos asalta: ¿qué ocurre con nuestro nivel de vitamina D si no podemos beneficiarnos de la luz solar? Nuestro cuerpo produce este tipo de vitamina principalmente al estar expuesto directamente al sol. Parece que su síntesis se complica ante la imposibilidad de salir a la calle.

Algunos afortunados cuentan con espacios al aire libre en sus viviendas: terrazas, patios o jardines que les permiten aprovechar los rayos de sol durante varias horas. Otros lamentan tener que conformarse con las ventanas. No obstante, según publican webs especializadas, bastan unos quince minutos tres o cuatro días a la semana sin protección solar para alcanzar la dosis necesaria. Por lo que, en caso de no disponer de espacios abiertos en nuestros hogares, saber aprovechar la orientación del sol hacia nuestras ventanas facilitaría igualmente el alcance de la cantidad recomendada.

También existen alternativas basadas en una buena alimentación para suplir ese contacto con la radiación solar o para completar la que obtenemos de esos breves ratos de sol. Algunos alimentos la contienen de manera natural. Es el caso de los pescados grasos, que serán la mejor fuente para adquirirla durante el confinamiento. Atún, salmón, caballa, boquerones, emperador, sardinas... La ingesta de todos ellos facilitará su síntesis.

A la lista de los pescados grasos se suman otros alimentos que también suministran vitamina D, aunque en menores cantidades. El hígado vacuno, el queso y las yemas de huevo también contribuirán.

Los hongos también se suman a la lista. Además, es probable que en los supermercados encuentres, por ejemplo, champiñones con más cantidad de vitamina D por haber estado expuestos a luz ultravioleta.

El consumo de cereales en el desayuno y de leche de almendras, soja o avena también facilitará la obtención de los niveles necesarios.

En definitiva, a pesar de que el déficit de vitamina D se ha convertido en objeto de preocupación en la sociedad durante al cuarentena, podemos colaborar para que no suceda. Si incluimos estos alimentos saludables ricos en este tipo de vitamina a nuestras dietas, nuestro cuerpo sintetizará los valores que necesite acorde a nuestro estado y edad. Además, los tiempos a los que debemos exponernos al sol para producirla tampoco son extensos. De hecho, más exposición al sol de la recomendada sólo traería efectos negativos. La responsabilidad a la hora de exponerse a la radiación solar es fundamental para evitar riesgos como el cáncer de piel.

Por lo tanto, disponemos de opciones naturales para compensar esa falta de sol a la que nos vemos sometidos debido a la situación excepcional que atravesamos. Mantener la dosis que necesitamos de vitamina D es posible. Los expertos recomiendan seguir estas pautas y no tomar ningún complemento vitamínico que no haya sido recetado previamente.