Coronavirus: claves de una pandemia que mata a las personas destruyendo nuestro sistema sanitario

  • La gripe contagia a 1 % de la población y deja al borde del colapso a la Sanidad

  • En China, la tasa del COVID-19 ha llegado al 17 % de la población

  • El sistema sanitario no puede absorber tasas de contagio 150 veces superiores

Los españoles entramos de lleno en nuestra segunda semana de confinamiento por la alerta de coronavirus conscientes de que el horizonte del 11 de abril parece demasiado pronto para que las autoridades puedan levantar las restricciones impuestas en esta cuarentena preventiva. Mientras eso ocurre, y falta aún bastantes días, los especialistas en virología intentan darnos las claves exactas que nos ayuden a entender lo que está pasando. Una de estas expertas es Margarita del Val, investigadora del CBMSO (CSIC-UAM) y miembro de la Sociedad Española de Virología.

Del Val explica por qué hemos pasado de un escenario de "riesgo personal" a otro de "riesgo colectivo" en el que las medidas de confinamiento buscan proteger a las personas más vulnerables y al sistema sanitario para garantizar la supervivencia de todos.

¿Por qué se han tomado estas medidas tan excepcionales?

Se han adoptado no solo para protegernos a cada uno de nosotros, sino especialmente para proteger a los vulnerables y especialmente a los que nos curan, para que los sanitarios no se saturen ni enfermen en masa y puedan curarnos a todos.

¿Qué diferencia al coronavirus de la gripe?

Este coronavirus denominado COVID-19 es un virus nuevo y la ciencia sabe muy poco de él. Y por tanto puede predecir muy poco. Pero hacemos bien los científicos en afanarnos e intentar entender todo lo posible.

Ante el COVID-19, no tenemos ni un antiviral ni una vacuna, mientras que frente a la gripe tenemos vacunas, mejorables, pero tenemos. Ni sabemos si toda la ciencia logrará producir vacunas; es posible, pero hasta que no las tengamos, no sabemos.

Tenemos vacunas frente a pocas enfermedades infecciosas, no olvidéis que hay infecciones que se resisten a pesar de esfuerzos científicos mundiales tremendos, como HIV o dengue, malaria o tuberculosis, y muchas más.

El COVID-19 es bastante más contagioso que la gripe, entre otras cosas quizás porque mal que bien contra la gripe tenemos algo de inmunidad pasada, pero frente a este virus estamos totalmente inermes. Y esta diferencia se acumula con cada salto de contagio.

Y, ¿por qué se hace con el COVID-19 y no con la gripe?

La mortalidad del coronavirus parece ser algo superior que la de la gripe, pero el grupo más vulnerable es parecido y hablar como de gripe no es alejarse mucho de lo que es. La gripe, por cierto, no es tan banal como nos creemos.

De gripe se enferma (o sea, con síntomas como para ir al médico) alrededor de un 1% de la población cada año en la temporada de invierno.

Se ha estimado que en los dos últimos inviernos ha habido entre 6.300 y 15.000 defunciones atribuibles a la gripe. Muchas más que por accidentes de tráfico.

Este 1% de gripe anual en invierno es lo que absorbe el sistema sanitario, que llega en esos meses a sus niveles máximos de saturación.

Por eso no podemos permitirnos la libre circulación del coronavirus porque enfermaría (grave o crítico) quizás hasta un 17 % de la población (datos de China actuales), que, en el peor de los casos, es un número de pacientes graves unas 150 veces superior que con gripe, número que no puede absorber el sistema sanitario.

La importancia de evitar que el sistema sanitario colapse

En los casos graves esta enfermedad es mucho menos dañina y mucho menos mortal con asistencia sanitaria, que sin ella: oxígeno, hidratación, antipiréticos, antiinflamatorios, antibióticos si se complica, soporte vital... - lo saben los médicos para las demás neumonías, pero quizás este virus tiene patologías y secuelas propias.

En China, en la "zona cero" de la ciudad de Wuhan, la mortalidad ha sido entre 8 y 30 veces mayor que enotras provincias de China y la explicación a este dato por parte de las autoridades chinas fue "por falta de recursos".

Y eso que en esta provincia china de Hubei han ganado tiempo, y se ha infectado aproximadamente “solo” 1 de cada mil personas.

¿Qué ocurre si sube la tasa de sanitarios contagiados?

Está protocolizado que los sanitarios se pongan en cuarentena cuando han estado expuestos sin saberlo y sin protegerse a un enfermo. Esto se hace ya para neumonías, sarampión, por ejemplo, y también ahora para coronavirus.

Si ellos se infectan, aunque sea levemente, y se tienen que poner en cuarentena, para evitar contagiar a su

vez a pacientes muy vulnerables, van bajando los recursos humanos sanitarios.

Muchos enfermos, los leves, podrán pasar la infección aislados en casa. Pero, con las medidas necesarias de aislamiento para los enfermos graves, el personal sanitario no podrá atendernos adecuadamente si llega a enfermar gravemente el 0,1 % de la población en unos meses, es decir, si se llega al nivel habitual de hospitalizados que alcanza la gripe en invierno, ni si llega a ser un año de gripe duro.

En la provincia china de Hubei han llegado a un máximo de 1.200 casos/millón. Por eso han tenido

que construir 16 hospitales en pocos días y reclutar a decenas de miles de sanitarios de otras provincias.

La observación de Italia, de España, nos muestra que cada semana o diez días se multiplica el número de casos por 10. Es tal la incertidumbre, es tan nuevo, que no podemos correr el riesgo de no actuar.

Así, a nivel individual no hay que sobrepreocuparse. Si tenemos síntomas por los que por gripe no iríamos al médico, y si no somos contacto de un infectado o hemos viajado a lugares de riesgo, solo

tenemos que seguir las instrucciones de Sanidad, quedarnos tranquilos, y no saturar los centros médicos por el miedo.

La importancia de las medidas de reclusión

La cuestión no es solo si me infecto yo o no, sino sobre todo si yo puedo infectar o no a otras personas, justo lo contrario. Recordad, es una epidemia.

Por eso, cancelar congresos de sanitarios. Por eso, evitar viajes innecesarios y en los que estemos expuestos y exponiendo a mucha gente de orígenes diversos. Por eso, evitar multitudes, festejos y reuniones grandes. Por eso, si te cierran el cole de los niños no los mandas con los abuelos ni al parque. Por eso, si te cierran la universidad o el instituto te quedas en casa en lugar de ir de fiesta.

Por eso, cuando te cierran la empresa porque hay un caso de coronavirus en tu departamento, no te vas a tomar una copa o a visitar a tu madre o a hacer la compra en un momentito: te envían a casa no para protegerte a ti, que estás fuertote, joven y sano, sino para que no seas un vehículo de contagio que podría llevar a la muerte a personas más vulnerables en un par de saltos de contagio, e incluso a ti si inopinadamente sufres una apendicitis y no te pueden curar.