España, frente al reto de combatir el coronavirus con las Fallas y la Semana Santa en el horizonte

  • El calendario trae fechas señaladas que prevén una masiva aglomeración de gente

  • Preocupa el incremento del riesgo al contagio por coronavirus

  • Sanidad, por el momento, no aplica nuevas medidas extraordinarias

El coronavirus sigue expandiéndose en España y ya son más de un centenar los contagiados. El Covid-19 avanza en nuestro país, –donde en menos de 24 horas ha sido capaz de dejar hasta 40 casos más–, mientras las autoridades sanitarias miran con preocupación el panorama al frente. Porque el calendario tampoco ayuda a rebajar la preocupación. Al contrario, trae fechas muy señaladas que tienen como denominador común la masiva aglomeración de gente, con lo que ello supone en lo que se refiere al riesgo de contagios. Partidos de fútbol de competición internacional, conciertos, fiestas populares y tradiciones anuales… Todo se aúna en un momento en el que coronavirus se propaga por el país.

No hay que “entrar en estado de alarmismo”, pero “hay que preocuparse”. Son palabras del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en el plató de Informativos Telecinco. Y lo cierto es que la preocupación se incrementa atendiendo a lo que España tiene por delante: la Crida ha dado el pistoletazo de salida a las Fallas valencianas, –llamadas como cada año a congregar a miles y miles de personas–, y apenas estamos a un mes de que dé comienzo la Semana Santa, que anualmente supone millones de desplazamientos, aglomeraciones masivas y una lluvia de procesiones que riegan al país en el marco de unas tradiciones que, en una situación y unas circunstancias singulares, despiertan cierta preocupación. Fundamentalmente, porque en algunas de las manifestaciones religiosas que se producen son tradicionales los actos como los besamanos o los besapiés, razón por la cual son ya muchos los que se preguntan si se deben aplicar restricciones especiales o si se deben aplicar medidas extraordinarias más allá de las recomendadas por Sanidad.

De momento, todo transcurre con normalidad, pero hay quien pone el foco en la posibilidad de dejar en el olvido besos, abrazos o incluso aquello de estrechar las manos. La imagen más representativa de ello, –y la más mediática–, se ha producido más allá de nuestras fronteras en el preciso instante en que Angela Merkel iba a saludar a su ministro del Interior, quien le rechazaba el saludo mientras ella se resignaba a entender la situación y el contexto.

Más de 3.000 muertos

El brote de coronavirus preocupa ya en casi todo el mundo, que hoy contempla cómo la cifra de muertes ha superado los 3.000. Ya está presente en 70 países del planeta y cerca de 90.000 personas contagiadas. Solo en China, el epicentro del coronavirus, los contagios están disminuyendo. Sus férreas medidas de confinamiento y sus medidas para proceder a la desinfección parecen estar dando resultados después de dos meses de auténtico pánico en el país. Pánico, pese a que las estadísticas demuestren que el índice de letalidad del coronavirus se sitúe entre el 2 y el 3%.

Torrejón de Ardoz y Vitoria, los focos que más preocupan

Es por esto, precisamente, por lo que las autoridades sanitarias llaman a no caer en alarmismo ni en la psicosis. En España, la preocupación se centra en dos focos: Torrejón de Ardoz, en Madrid, y Vitoria, en el País Vasco. Fundamentalmente, por el origen desconocido de una veintena de contagios.

Solo en estos dos focos Sanidad se plantea aplicar el escenario 2, que podría incorporar medidas como prohibir aglomeraciones de personas, cerrar colegios o poner en cuarentena determinados recintos y empresas, como se ha visto en otros países de Europa. Sin ir más lejos, nuestro país vecino, Francia, ya procedió a prohibir las concentraciones de más de 5.000 personas en espacios cerrados, así como ha cerrado colegios para tratar de contener el virus, que en su caso ha afectado especialmente al departamento de Oise.

Lo que ha hecho China no ha sido fácil. Cerrar sus puertas, confinar ciudades enteras, paralizar el transporte… Son medidas drásticas que han tenido un impacto directo tanto en la vida de sus ciudadanos como en la economía. Llegar a ese extremo al que hubo de llegar el país en el que se desencadenó el brote no es una decisión fácil de tomar ni tampoco una que deba regirse por el miedo, por eso, de momento, Sanidad apuesta por la sensibilidad del sistema para la detección precoz de casos, la prevención y la concienciación. Por el momento, no se aplican medidas extraordinarias, pero a la luz de las circunstancias todos los escenarios están previstos.