Civismo, respeto o responsabilidad: el coronavirus nos puede hacer aprender

  • Nos ayudará a aprender a vivir con la incertidumbre, valorar la familia y ser capaces a afrontar crisis

¿Qué nos va a enseñar la situación ante la pandemia del coronavirus? Las autoridades españolas piden tener sentido común ante una pandemia como se ha convertido la expansión del SARS-CoV-2. Desde esta semana, ya son muchos los trabajadores –los que pueden- los que comienzan a aventurarse en el teletrabajo. Una práctica novedosa para nuestra sociedad.

“Es una prueba muy importante para la sociedad española. Tanto como sociedad civil como sistema público. Nos encontramos ante un escenario muy inesperado. Igual tenemos la oportunidad de ver el espejo como lo que ha ocurrido en Italia y China. Lo que está claro es que es una situación de crisis. Tenemos que afrontar las cosas. Veremos la respuesta ciudadana y de las instituciones”, señala a Informativos Telecinco Sergio Andrés Cabello, sociólogo y profesor de la Üniversidad de La Rioja.

La sociedad se encuentra inmersa en un momento de incertidumbre ante la situación actual. “Va a generar un impacto económico grave. Lo bueno es saber aprender. Hay formas de vida colectiva que podrían ser mucho mejores. Cuando nos ponen en una situación límite vemos lo peor de nuestra vida cotidiana y cómo tendríamos que dar respuesta. Hay que asumirlo, yo creo que hay que aprender a vivir con unos niveles de falta de certeza mucho mayores de los que hemos vivido hasta ahora. Todo parecía seguro, que iba a seguir igual. Hay que tener planes de contingencia, se puede aprender a ser más previsor”, señala a Informativos Telecinco el sociólogo Salvador Cardús.

La población se encuentra pendiente de las medidas que surgen desde el Gobierno central. Medidas como el cierre de los colegios o las restricciones de movilidad –la recomendación de no salir de la Comunidad de Madrid, por ejemplo-. “Los gobiernos están actuando con prudencia. Hemos pasado de una situación en la que parecía que había un alarmismo excesivo a otra situación en la que parece que pedimos una respuesta mucho más contundente. En 24 horas casi hemos pasado de un extremo al otro. Las autoridades están considerando las consecuencias de las medidas duras, de manera inmediata. Van escalonando la reacción”, comenta Cardús sobre las futuras decisiones.

La salud prima por encima de todo. Pero el impacto económico será una realidad. “El hecho de la actividad económica, hay muchas personas, sectores más sensibles, como el turismo, que vamos a ver cómo se quedan y como pasan estas semanas y meses. Este colectivo se verá perjudicado. Tiene que haber una respuesta institucional y de sistema. Una respuesta no solo del Gobierno español, sino de la Unión Europea, aquí es donde surgen mis dudas. Italia ha dicho que los han dejado solos. Perturba el cómo se va a salir a nivel económico”, señala Cabello sobre las posibles consecuencias de la contención ante la epidemia por coronavirus. El BCE ya ha anunciado ayudas al respecto, ampliación en 120.000 millones del programa de compra de deuda

Pero en la desgracia, también se aprende. “Como familia podemos aprender muchas cosas. Lo primero es que nuestros quehaceres diarios, la saturación de información y el ritmo que llevamos de vida nos hace ir de un sitio para otro siempre corriendo persiguiendo muchas veces objetivos que no sabemos muy bien en qué consisten. Sin embargo, la familia es atemporal, siempre merece la pena apostar por ella. Es un tiempo en el que volvemos a tener la oportunidad de caer en la cuenta de la importancia de la familia. Por una situación excepcional negativa, pero la familia siempre está para lo bueno y para lo malo. Una vez más se demuestra”, señala a Informativos Telecinco Javier Rodríguez, presidente del Foro de Familia.

Teletrabajo y familia, el problema de la conciliación

Son numerosas las personas que ya teletrabajan para evitar el contagio. Y muchas de ellas son padres, que trabajan y conviven con sus hijos, que no tienen clase por las medidas excepcionales. “Lo que vamos es muy atrasados en la cuestión del teletrabajo. No solo en este ámbito, sino también en el trabajo flexible, el trabajo organizado por objetivos y no por estancia física en un lugar. Quizá una buena noticia y consecuencia de lo que está pasando es que se ponga más atención en las posibilidades de flexibilidad en las formas de trabajo. Esto va a provocar cierto desarrollo de las nuevas tecnologías. Se va a descubrir una bondad de ese tipo de trabajo. Aunque es cierto que no se está preparado, se puede solucionar en un tiempo prevé. Para esta ocasión no, que va a crear muchas tensiones, pero si en otras situaciones no tan extremas como esta”, señala Cardús.

“Las dificultades de conciliación son reales. Se están generando estrategias. La sociedad es mucho mas consciente de lo que nos pensamos. Están tratando de evitar dejar a los hijos con los abuelos. Aquí es una cuestión de necesidad. Todos los que podemos hacer teletrabajo. El teletrabajo con hijos no es nada fácil. La situación es complicada, pero la sociedad tendrá que hacer estrategias sobre la marcha. No nos hemos enfrentado a una situación como la que estamos viviendo. Esto va a marcar un antes y un después en muchas cuestiones. Es una transformación muy sistémica. Espero que salgamos reforzados como sistema”, dice Cabello.

No todo el mundo puede teletrabajar. “Son medidas necesarias, pero esto va a afectar a las empresas y particulares. La gente que no puede teletrabajar tiene un problema. Volvemos a recurrir a la familia como solución privada a la falta de políticas públicas de apoyo a la familia precisamente. Menos mal que la familia siempre ha estado. Lo demuestra en época de crisis y siempre estará. Debe haber una apuesta fuerte pública por la defensa y promoción por la familia como institución más valorada de España. En estas circunstancias se pone de manifiesto las carencias que hay en el sistema laboral. Hay mucho terreno que recorrer en conciliación”, comenta Rodríguez.

La preocupación por dónde dejar a los hijos es real. Y dejar a los niños con la población mayor, la más vulnerable, puede suponer un problema. “Si resulta que los niños portan el virus, los abuelos están expuestos. Pero si no lo portan mejor con ellos a que estén en la escuela, no hay una solución fácil. Hay soluciones con menor riesgo, pero el riesgo cero no existe. Hay que afrontarlo. Un 60% de la población va a pasar por esta epidemia. Las autoridades tienen miedo de que se colapse el sistema sanitario. Se trata de una gripe débil. Si los abuelos están relativamente bien de salud no van a tener tampoco problemas”, señala Cardús.

Pedro Sánchez ha ordenado que las familias que tengan que cuidar a sus hijos estén subvencionadas. “Han anunciado una medida de una prestación a los padres y madres que así lo pidan para el cuidado de los hijos, pero sabemos que muchas empresa no permiten faltar al trabajo. Es complicado. Es una pena que tengamos que vivir estas situaciones inesperadas. Es una pena que tengamos que esperar a estos momentos para saber qué decisiones tomar de forma general. Pedimos concreción, las cuantías definirlas claramente. Medidas de apoyo a las empresas para que faciliten a los trabajadores poderse hacer cargo de sus familias. Más aun ahora. Nuestra valoración es positiva, pero pedimos más concreción”, concluye Rodríguez.

La cara y la cruz de la moneda sobre la situación actual

La sociedad muestra lo mejor y lo peor de sí misma en situaciones de crisis. “No todo el mundo reacciona de la misma manera. Algunos actúan con serenidad y sentido común y otros, se ha visto que no., que han agotado la existencia de productos incluso necesarios para los hospitales. De manera poco racional. Por otra parte siempre suele ocurrir en estas situaciones aparece lo mejor y lo peor. Aparece la capacidad de solidaridad, de apoyo, de ayuda mutua. No se puede decir que estemos en una sociedad fundamentalmente egoísta, sino todo lo contrario”, añade Cardús.

“El ser humano y las sociedades suelen responder a las crisis mejor de lo que se espera. La situación de los supermercados deja una imagen apocalíptica. Este tipo de cuestiones también son muy dficiles de controlar. El miedo es libre. Es un poco el efecto dominó”, señala Cabello. Habrá que estar pendientes a la evolución de la pandemia por el nuevo coronavirus.