Una familia cobaya de Vila de Cruces será analizada por los expertos por sus diferentes síntomas ante el coronavirus

  • Una familia de Vila de Cruces participará en un experimento

Luis y su familia de Vila de Cruces y están orgullosos de ser una familia cobaya para investigar el gran misterio que supone en coronavirus. Lo son por dos razones. La primera es que sobrevivieron todos, de distintas edades y géneros al virus, la segunda que a cada uno de ellos le dio un síntoma distinto. Luis reconoce que el suyo fue un vomito de noche con escalofríos y febrícula. "Fui al médico de cabecera y me diagnosticó un virus estomacal. Con algún altibajo y síntoma un poco más severo, pero sin problemas respiratorios graves".

Luis Sobrado, de 44 años, fue el primero que tuvo síntomas, y más tarde también su esposa Cristina Antón, con dolores de cabeza mientras su hijo pequeño Gonzalo, de 6 años, apenas tuvo un poco de fiebre. Su hijo mayor no tuvo ni eso pero también dio positivo. Ahora, las diferentes pero leves formas en las que les artaó el virus son objeto de estudio. "Para poner nuestro granito de arena estamos participando en un estudio del Hospital Clínico de Santiago que investiga el COVID 19", confiesa después de que cada miembro presentara síntomas diferentes. Todo un misterio que ahora investiga la ciencia en busca de anticuerpos.

Los recuperados, la esperanza dentro de la tragedia

Juan es de Ourense, Policía Nacional, trabaja en Madrid pero había vuelto a su tierra unos días con su familia. Fue allí cuando comenzaron los síntomas. Empezó a sentirse mal, tenía fiebre muy alta y, después de una semana, fue al hospital. Su estado ya era grave y lo ingresaron directamente en la UCI con oxígeno. Los días fueron pasando y su estado no mejoraba, él fue uno de los primeros pacientes intubados en la provincia.

Pasó así dos semanas, dos de las cuatro que estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos. Se sentía solo, admite, intentando reconocer a los sanitarios que se le acercaban por sus ojos, lo único que veía de ellos. Y a ellos agradece su trabajo, que le salvaran la vida porque él se había rendido, pero ellos no. Un mes después de ingresar en el Hospital de COGASA, Juan ha recibido el alta. Ha salido del centro entre los aplausos de quienes se han convertido en su nueva familia. Se puede ganar al virus.