Jeremy y Tori, una historia de amor nacida en pleno confinamiento en Nueva York

  • Jeremy, fotógrafo de la ciudad, observó a la joven bailar en su azotea

  • A través de un dron le pidió el número de teléfono y comenzaron a hablar

  • Millones de usuarios siguen su historia de amor

El confinamiento por la pandemia de coronavirus, que está dejando encerradas en sus casas a millones de personas en todo el mundo, está sacando a la luz historias de lo más peculiares. Es el caso del relato de dos jóvenes neoyorquinos, Jeremy Cohen y Tori Cignarella.

Él, fotógrafo de la ciudad, se pasaba los días observando las azoteas y haciendo fotos de los edificios cercanos y de como sus vecinos llevaban la cuarentena, hasta que en uno de sus momentos de trabajo descubrió a Tori. Ella bailaba en su azotea, y en ese momento surgió el flechazo.

Jeremy quiso contactar con ella y lo hizo adaptándose a las circunstancias: a través de un dron, adjuntó en una nota su número de teléfono y le pidió poder hablar con ella para conocerla. De esta manera tan peculiar comenzó su relación, charlando horas y horas a través de mensajes.

La relación fue a más y la pareja decidió tener su primera cita, eso sí, a distancia. Para ello, cada uno desde su punto elegido: la azotea de ella y el balcón de él, recrearon una mesa similar con una comida para dos, y mediante una videollamada comenzaron a tener su peculiar primera cena juntos.

Pero para la segunda cita Jeremy quiso ir a más y verla en persona, así que para no saltarse las reglas del confinamiento por el COVID-19 volvió a recurrir a otra espectacular idea: introducirse en una burbuja de plástico para poder salir a la calle sin tocar nada y manteniendo la distancia de seguridad requerida.

Ambos pudieron pasear, con el fotógrafo en su burbuja de plástico, y volver a disfrutar de una inolvidable segunda cita. Ahora la historia de estos dos jóvenes en medio de un confinamiento está siendo compartida por millones de usuarios a través de las redes sociales que agradecen un poco de amor en plena pandemia.

El COVID-19 no frena al amor

Afortunadamente, esta no es la única historia de amor que el coronavirus está dejando ver para aportar algo de luz a la pandemia. Hace unas semanas se conoció el día a día de una pareja que, aunque no se han conocido en plena crisis sanitaria, su historia también ha emocionado a muchos internautas.

Estos dos octogenarios tienen cada día una cita en la frontera entre Dinamarca y Alemania, cerrada por las restricciones impuestas por cada país. A pesar de ello no han querido renunciar a su amor, y cada día acuden al lugar para estar lo más cerca posible el uno del otro.

Así, separados por unos metros y una frontera, mantienen su cita diaria donde aprovechan para leer, contarse el día, tomarse un té disfrutando de su compañía y brindar para poder estar juntos de nuevo muy pronto.

Antonia y Antonio, juntos hasta el final de sus días

Desgraciadamente también hay historias que no tienen un final feliz, pero que siguen apostando por el gran poder de amor. Es el caso de Antonia y Antonio, que tras más de 50 años juntos, ingresaron infectados por COVID-19 en Hospital Mesa de Castillo de Murcia.

Allí, no se separaron en ningún momento de la mano, hasta que finalmente Antonia no pudo más y falleció al lado de su pareja, quien no se alejó de su lado ni un segundo, hasta el fin de sus días.